¿Quieres celebrar un enlace diferente a la par que romántico? Te proponemos el ritual de la arena.
No está muy claro de dónde proviene exactamente la ceremonia de la arena. Hay quien asegura que tiene su origen en una antigua tradición hebrea llamada «pacto de sal». Este pacto se utilizaba para sellar acuerdos entre amistades y contratos.
El ritual de la arena: todo lo que debes saber
Cada parte llevaba un saco de sal y los mezclaban en el suelo. Una vez que la sal se mezclaba era imposible separar los granos, como nunca podría romperse el acuerdo, que se convertía en un pacto para toda la vida.
Hay quienes dicen que la ceremonia de la arena proviene de las bodas hawaianas, que se celebraban en la playa para sellar la unión de las parejas. La arena cumplía el mismo papel que la sal. Los novios traían puñados de arena para mezclarlos con su pareja, y la mezclaban convirtiendo su unión en un pacto de amor imposible de romperse.
Lo habitual en una ceremonia de la arena es que los novios porten unos recipientes de cristal y viertan el contenido en un jarrón de cristal mucho más grande con capacidad para ambos recipientes. Estos jarrones o recipientes se suelen personalizar a gusto de cada pareja, ya sea con cuerda de yute, encaje, lazos o incluso pegatinas. Sin embargo, existe una variante de lo más original y decorativa. En lugar del jarrón o recipiente grande de cristal, podéis utilizar un bonito reloj de arena, y así podréis colocarlo en vuestra casa y recordar cada día lo bonita que fue vuestra unión mediante la ceremonia de la arena. También podéis buscar un jarrón con forma de corazón, ¡hay muchas opciones!
El ritual de la arena suele hacerse justo después del intercambio de las alianzas y de las lecturas de los votos. La ceremonia la dirige un oficiante, y mientras la pareja vierte a la vez sus respectivas arenas en el recipiente elegido, él puede leer unas palabras para hacer aún más emotivo el momento. Los pequeños granos de arena se mezclarán y no podrán separarse jamás.