La boda de Jackie Kennedy y Aristóteles Onassis fue en 1968 aunque no fue muy bien aceptada por el público. ¿Por qué? Os contamos la historia.
La boda de Jackie Kennedy y Onassis fue una ofensa al mundo. La opinión general que se tenía de estos dos personajes cambio por completo tras el enlace. Jackie era una de las mujeres más populares de Estados Unidos y una de las más célebres del mundo. Cogió fama en su primer matrimonio, el presidente John Fitzgerald Kennedy. Era una mujer bella, que desprendía elegancia y tenía un saber estar que representaba la cara más amable de la “nueva frontera”, algo muy importante en política. Hasta los comunistas de Venezuela la amaban y rezaban por ella con carteles en los que se podía leer: “Kennedy no, Jackie sí”.
La tragedia del asesinato del presidente, la entereza que demostró durante el funeral, su rectitud como viuda y madre de dos niños pequeños, habían emocionado a todo el mundo. Pero lo que pocos se podrían imaginar fue la posterior boda de Jackie Kennedy al poco tiempo, traicionando a ojos de muchos el legado de su marido. Y no con un hombre cualquiera, no. Con un señor multimillonario, veinte años mayor que ella y no muy agraciado. Él ya tenía una pareja oficial, la famosa cantante de ópera María Callas, pero parece que esto no fue impedimento para Jackie y Onassis.
“Es la unión perfecta. Mi padre adora los apellidos y Jackie adora el dinero”. Estas fueron las palabras de Alexander, hijo de Aristóteles Onassis, después de celebrarse la boda de Jackie Kennedy y Onassis. Una boda que se llevó a cabo en la isla de Skorpios el 20 de octubre de 1968. Podría haber sido una boda romántica pero nadie la vio así.
Hijos de Onassis
Aristóteles Onassis ejercía de griego, uno de los griegos supervivientes de la matanza turca de Esmirna. Había recuperado y engrandecido el negocio familiar en América, en Argentina. De limpiacristales había pasado a ser el hombre más rico del mundo. Se enriqueció a lo grande. Para mediados del siglo era el principal magnate naval del mundo, un hombre un poco turbio que había conseguido la fama. También era padre de dos hijos, Alexander y Christina, fruto de su matrimonio con Athina Livanos, hija de otro importante empresario naval.
Esta boda fue por pura conveniencia . Para “sorpresa” de todos Onassis le era infiel a Athina de forma habitual. Uno de sus romances extramatrimoniales fue el de María Callas, que luego se convertiría en el amor de su vida. La historia entre estos dos comenzó en un barco.
María Callas y Onassis
El Christina, el majestuoso yate de Onassis, zarpó desde Capri a Estambul con Montecarlo como destino final. Entre los invitados figuraban personajes como Wiston Churchill o la soprano María Callas en compañía de su marido y agente, Giovanni Battista Meneghini. Estos no tenían un matrimonio feliz. María decía que había elegido a su marido “como a un padre”, para que cuidara de ella y de su carrera, de hecho, ella misma confesó que no mantenían relaciones sexuales. Meneghini empezó a sufrir náuseas desde el principio del crucero y se pasaba los días encerrado en su camarote. Mientras, María Callas y Onassis charlaban hasta la madrugada. Ambos eran griegos y en el mismo barco se convirtieron en amantes.
El día que el barco llegó a Montecarlo, María le anunció a su marido que iba a dejarle. Meneghini no se lo tomó muy bien. “Yo creé a la Callas y ella me ha pagado con una puñalada en la espalda. Cuando la conocí era una mujer gorda y mal vestida, una refugiada, una gitana. No tenía ni un céntimo ni la menor posibilidad de hacer carrera”. María no sabía que Meneghini había desviado el dinero ganado por ella a cuentas en las que solo aparecía el nombre de él
Aristóteles anunció la separación con su esposa y su relación con la cantante: “Soy un desgraciado, soy un asesino, soy un ladrón, soy un impío, soy el ser más repugnante de la tierra, pero soy millonario y déspota, así que no renuncio a María”. La incipiente relación entre la pareja protagonizó cientos de portadas y titulares en prensa. Ella lo amó con locura, llegando a descuidar su profesión por él, algo que produjo desinterés por parte de Onassis. María empezó a sufrir frecuentes infidelidades. Entonces, en el 63, apareció Jacqueline Kennedy, aunque todavía no como una amenaza para la pareja.
La primera dama de Estados Unidos acababa de sufrir un fuerte golpe: su recién nacido, Patrick, moría a los dos días de vida por complicaciones en los pulmones. Ya antes de tener a Caroline y a John había sufrido un aborto involuntario y dado a luz a una niña que nació muerta, Arabella. Para recuperarse de este mal trago, su hermana Lee Radziwill le propuso pasar unos días abordo del yate de Aristóteles Onassis, que era su amante esporádico. María Callas no estuvo invitada a estas minivacaciones. Jackie y Aristóteles se hicieron amigos y confidentes y ahí quedó el tema hasta un mes después. JFK fue asesinado por Lee Harvey Oswald. Se dice que al ver las imágenes del funeral por televisión, Onassis señaló a Jackie y dijo: “he ahí mi próxima esposa”.
Tardó cinco años pero finalmente lo consiguió. Para lograrlo tuvo que morir otro Kennedy. Bobby y Jackie se había hecho muy íntimos tras la muerte de John. Tan íntimos que algunos señalaban tener una relación sentimental a espaldas de Ethel, la mujer de Bobby. No seria la primera vez que la endogamia Kennedy entraba en acción. De hecho todo el mundo sabe que John y Bobby compartieron amantes como Marilyn Monroe. Bobby ejercía de protector y figura paterna de los hijos de Kennedy, todo hasta que murió asesinado de un tiro en el 68. Para darle un giro más turbio a la historia, el biógrafo de Onassis, Peter Evans, asegura que el empresario estaba implicado en el asesinato de Bobby Kennedy, ya que era un obstáculo para casarse con ella.
Cuando su cuñado murió en circunstancias parecidas a las de su marido, Jackie enloqueció. Declaró: “Odio América”, temió por la vida de sus hijos y decidió refugiarse en el pretendiente con el que llevaba cuatro años de secreta relación. Aristóteles Onassis podía proporcionarle seguridad económica y física. Aceptó su propuesta de matrimonio y ese mismo año se casaron en su isla privada de Skorpios, rodeados de fotógrafos llegados de todo el mundo, entre ellos, Jaime Peñafiel.
Boda de Jackie Kennedy y Onassis
El Vaticano se enfadó mucho con la nueva boda de Jackie Kennedy, viuda del único presidente católico de Estados Unidos, con un divorciado. María Callas se enteró del enlace gracias a la prensa. Tuvo que ser hospitalizada por una sobredosis de píldoras para dormir y se sumió en una depresión de la que ya nunca saldría del todo. Los hijos de Onassis estaban contrariados; ya no les gustaba María Callas, a la que culpaban de la separación de sus padres, pero tampoco se sentían atraídos por Jackie. Los hijos de Jacqueline Kennedy, al ser más jóvenes, parecían resignados. La forma de vida de Caroline y John Jr. no cambió mucho con este matrimonio. Siguieron escolarizados y viviendo en Nueva York. Se rumoreaba que Jackie y Onassis firmaron un contrato prematrimonial donde se especificaban cosas como que: no se exigiría que Jackie tuviese otro hijo, que él se comprometía a dormir en otra habitación, que ella solo estaba obligada a pasar fiestas y verano con él y que podía viajar sola sin necesidad de permiso marital.
Por otro lado, Alexander, el hijo al que Onassis había sacado del colegio para que aprendiera de los negocios a su lado, al que humillaba públicamente a la menor ocasión, inició una escandalosa relación con Fiona Campbell-Walter, una amiga de su tía Eugenia 16 años mayor que él y tercera esposa del barón Thyssen. Aristóteles enfureció, pero Alexander le dejó claro a su padre que no iba a renunciar a Fiona. En enero del 73, el joven sufrió un terrible accidente de avioneta. Pasó varias semanas en coma y después de desconectarlo de las maquinas que lo mantenían con vida, fue enterrado en el recién inaugurado panteón familiar de la isla de Skorpios. Aquello hundió al magnate. Intentó que Christina fuese la heredera de los negocios, pero la joven no fue educada ni entrenada para ello. Un año después, una criada encontró a Christina inconsciente tras ingerir una sobredosis de pastillas. No era la primera vez que lo hacía y tampoco sería la última.
La historia después de la boda de Jackie Kennedy y Onassis: El matrimonio estaba roto
El matrimonio de Jackie y Onassis estaba roto. Pasaban mucho tiempo separados y las visitas de ella a la isla privada del magnate eran cada vez más esporádicas. El armador le reprochaba a Jackie su vida ajetreada y su nivel de gasto. Parecía claro que el matrimonio iba a divorciarse pero, una vez más, el destino se adelantó.
El 15 de marzo del 75, Aristóteles Onassis moría a los 69 años en el Hospital Americano de París, con su hija Christina presente. Jackie confesó: “Aristóteles Onassis me rescató en un momento de mi vida envuelto en sombras. Me llevó a un mundo donde se podía encontrar la felicidad y el amor. Hemos vivido juntos muchas experiencias hermosas que no olvidaré, y por ello le estaré eternamente agradecida”.
Después de la muerte del empresario, Jackie y Christina empezaron una lucha por la herencia del millonario. Al final, Jacqueline Kennedy Onassis recibió una pensión anual de 250.000 dólares y 26 millones de dólares en efectivo a condición de no enfrentarse más contra Christina. Dos veces viuda, se refugió en su piso del 1040 de la Quinta Avenida y emprendió una carrera como editora de libros de bastante éxito, además apoyó al resto de los Kennedy en sus intenciones políticas y alimentó el legado de sus hijos. Desde el año 80 mantuvo una discreta relación con el empresario Maurice Tempelsman.
Con el paso de los años, Jacqueline consiguió que su segundo matrimonio ya no se viera como un insulto al recuerdo de los JFK.
Jaqueline Kennedy Onassis causa de muerte
El 19 de mayo de 1994, Jackie murió tras un cáncer fulminante y fue enterrada con todos los honores en el cementerio de Arlington junto a su primer marido.
María Callas nunca superó la muerte de Aristóteles. Tras su ruptura volvió a ganar peso y se volvió dependiente de los tranquilizantes y barbitúricos. Murió con solo 53 años en su piso de la Avenida Georges Mendel, un regalo de Onassis. Su exmarido, Meneghini, aseguró que se suicidó porque tenía el corazón roto. Él también sufrió una terrible depresión tras la muerte de María, falleció en Verona en el 81, a los 85 años.
Athina Livanos, la primera mujer de Aristóteles Onassis, se casó con John Spencer-Churchill y años después con Stavros Niarchos, el enemigo de Aristóteles y marido a su vez de su hermana Eugenia, ya fallecida. Athina era adicta al alcohol y a los barbitúricos, no logró nunca superar la muerte de su hijo Alexander. La encontraron muerta el 10 de octubre del 74 en su piso de París, a los 45 años.
Christina Onassis, la superviviente
Christina Onassis era la única hija superviviente del empresario griego. Vivió entre Skorpios y Suiza rodeada de fiestas, amigos interesados y profundas infidelidades. Se hizo dependiente de los somníferos, de las pastillas adelgazantes y de la cocacola light. Dicen que tomaba 24 latas al día y pesaba unos 110 kilos. Tuvo tres matrimonios que duraron nada y menos antes de enamorarse de un antiguo amigo, el francés Thierry Roussel. Él aceptó casarse con ella si perdía 25 kilos.
En el 85 tuvieron una hija a la que llamaron Athina, pero la felicidad les duró poco. Christina descubrió que su marido tenía una vida paralela con otra mujer y que tenía un bebé de la misma edad que su hija. Se divorciaron, aunque Thierry seguía pidiéndole dinero y ella se lo daba. Pasaron los años y Christina se fue a Buenos Aires para empezar una nueva vida con Jorge Tchomielkgjoglu, pero un día, una amiga íntima la encontró muerta en la bañera. La causa de su muerte fue un infarto de miocardio. Su hija Athina Roussel se convirtió en la heredera del legado Onassis con tan solo tres años.
La isla de Skorpios fue vendida por Athina en 2013 a su amiga Ekaterina Rybolovleva, hija de un magnate ruso, por unos 120 millones de euros. La condición para la venta fue que el panteón donde reposan los restos de la familia Onassis se mantuviera intacto.