Seguramente te hayas creado unas expectativas bastante altas sobre la noche de bodas. Pero, ¿quieres que te contemos algo? No todo es tan bonito como parece. ¡Te contamos 5 “crudas realidades” de la noche más esperada!
4 verdades sobre la noche de bodas
1. Tu vestido puede ser precioso, pero…
Tu vestido ha sido un espectáculo, ha robado todas las miradas y, ahora que quieres quitártelo, te está robando la noche de bodas.
Hasta el momento, tus amigas habían sido las encargadas de ayudarte y sabían cómo hacerlo. Pero, ahora te va a tocar pedírselo a tu marido. Si también lo pasa mal, al menos os podréis reír juntos. Nadie habla de esta parte de la noche (y corta mucho el rollo). Pero, ten paciencia y no dejes que un vestido lo estropee todo.

2. Tu lencería nupcial (también) puede ser preciosa, pero…
Tu lencería nupcial puede ser una auténtica locura, pero tal vez estés demasiado cansada como para ponerte a buscar ese increíble sujetador o esos tacones con pelo. Además, no serás la única, tu marido seguramente irá algo “achispado” y le costará hasta mantenerse en pie. En ese caso, lo mejor será que descanséis disfrutando de unos buenos mimos, y que reserves esa lencería tan sexy para una noche loca de la luna de miel.
3. No lograste llegar a la parte sexual, pero…
Según una encuesta, la mitad de los recién casados reconoce no haber realizado sexo durante su noche de bodas. Así que, si te pasa lo mismo, no te sientas decepcionado, ¡eres uno/a más! Organizar una boda es casi tan casando como preparar una maratón. Así que, si llegáis agotados a la noche que tanto llevabais esperando, no os preocupes, es lo que suele pasar, ¡y os quedan mil noches juntos por delante!

4. Has llegado a la parte sexual, pero…
El sexo de la noche de bodas, a pesar de todo lo que te han contado, probablemente no será el mejor sexo de tu vida. De hecho, lo más seguro es que se vea afectado por el estrés y la intensidad de tu gran día. Esperarás un sexo romántico, mágico y apasionado, pero, en cambio, será agotador, incómodo y mecánico. No te crees demasiadas expectativas. A veces, demasiada presión conduce a un rendimiento pobre. Daos un respiro, nos os sintáis decepcionados, mantened vuestra confianza y probad cosas nuevas al día siguiente.