Vestido
Lidia se decantó por un vestido de YolanCris. A pesar de no verse con un vestido clásico de novia (como a muchas nos pasa), después de ver su colección Lumiére, no pudo resistirse y cayó rendida ante los tejidos, la originalidad de los diseños y el toque bohochic de sus vestidos. Una pieza diferente para una novia diferente y muy original. Un vestido que se caracteriza por la combinación de los perfectos tejidos artesanales como los bordados, el guipur, los flecos…
Lo completó, teniendo en cuenta que la ceremonia era religiosa, con un velo bajo, un tocado de inspiración años 20 creado por Cherubina y unos pendientes lágrima de brillantes, procedentes de su madre. Además, como la boda se celebraba en pleno diciembre en Andalucía, se decantó por incluir un abanico de YolanCris con los mismos tejidos del vestido.
Zapatos
El detalle más destacado de la boda y que quitó el hipo tanto al novio como a los invitados, fueron las esparteras. Lidia al ser una apasionada de los zapatos (como casi todas), estuvo buscando algo especial para su gran día, algo que le expresara más, un zapato distinto, diferente, Y aquí es cuando se topó (buscando en la red) con el blog de Elenovari y sus originales esparteras llenas de arte y color. Otro flechazo más para Lidia que no dudó en ponerse en contacto con Elena, la propietaria.
Tras ver varios modelos y gracias a la confianza, la accesibilidad y las facilidades que le ofreció Elena para llevar a cabo su diseño ideal, consiguieron un resultado final que quitó el hipo. Unas esparteras con una mezcla ecléctica de cuero rosa, perlas y guipur, con una pintura vintage y un mensaje dedicado al novio que Lidia quería que quedase completamente claro después de tanto años de relación. Decía así: Sí quiero.
Ceremonia y celebración
El lugar escogido para la boda fue en la Antequera, una ciudad monumental en el corazón de Andalucía, debido a que allí fue donde sucedió su historia de amor y porque allí están las raíces de los dos.
La ceremonia se llevó a cabo en la Iglesia del Real Monasterio de San Zoilo y el banquete en un precioso patio andaluz de la Finca Montepilar.
Algunos detalles especiales
La pintura estuvo muy presente en algunos de sus detalles. Por ejemplo: en las invitaciones, diseñadas por ellos mismos, en las que se plasmaba el lugar donde se conocieron gracias al pintor Juan Carlos Pastrana Molina y con una caligrafía realizada por el hermano de la novia. También, la acuarela fue utilizada para los menús.
Otros detalles destacados fueron los meseros realizados por el tío de Lidia. Los números quedaban plasmados en tejas en tonos azulados, a juego con el precioso patio andaluz donde se celebró el banquete.
Por último, para las fotografías contaron con la empresa The Fog House.
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