Se conocieron en una fiesta de verano y, desde entonces, no se volvieron a separar. Años después se dieron el “sí, quiero” y hoy te contamos todos los detalles de su gran día.
Mayte y Jorge se conocieron en una fiesta de verano gracias a Ángela, prima de Jorge, y Teresa, amiga de la novia. Fueron amigos durante años y comenzaron a salir en el verano de 2007. En 2019 dieron un paso más y nuestros protagonistas pasaron por el altar. ¿Quieres saber cómo fue su boda?
Mayte, una novia espectacular
- El vestido y los complementos
Mayte confió en Inés Martín Alcalde para el diseño de su vestido.
“Todo lo que hace, y la mayoría de referencias que tenía, eran de vestidos suyos, así que era visita obligada”. Tras hacer una visita a esta diseñadora, Mayte no tuvo dudas. Entendió a la perfección lo que buscaba. “Me sentí comodísima en todo momento y todo el mundo coincidió en que el vestido era ‘muy yo’, algo que me parecía importantísimo porque no quería sentirme disfrazada. Tengo que darle las gracias a todo su equipo, Inés me ayudó mucho a gestionar los momentos de estrés quitándole importancia, y tengo que hacer mención especial a Rosa, que siempre tenía una palabra bonita para mi”, nos cuenta nuestra novia.
- Las joyas
En cuanto a las joyas, Mayte llevó unos pendientes que le regaló su abuela a su madre, un discreto colgante de un diamante, regalo de sus amigas del colegio por su 30 cumpleaños, y el anillo de pedida que le regaló Jorge, un ojo de perdiz de Suárez, sencillo y elegante a partes iguales.
- Los zapatos
Mayte quiso llevar algo a medida porque su prioridad era poder darlo todo en su gran día sin perder comodidad. Al principio se planteó llevar un salón blanco, algo muy clásico, pero que nunca falla.
Pero cuando empezó a buscar se enamoró de unos zapatos de novia de terciopelo color mostaza de Salo Madrid. “Fueron super amables siempre y me dieron todas las facilidades de cara a las pruebas del vestido”, asegura la novia.
- Las flores
Mayte dejó las flores en manos de Kokoro Eventos, a quienes únicamente les dio unas pautas sobre los tonos que le gustaría que predominaran. El resultado fue espectacular, cuidaron hasta el más mínimo detalle. De las flores de la iglesia se encargó Flores Pili, que “lo dejó todo precioso”.
- El maquillaje y el peinado
Mayte se dejó aconsejar por sus amigas para ambas cosas. Su amiga Nora le recomendó a la maquilladora Ángela Blanco. Esta profesional no solo le realizó un maquillaje natural que resistió hasta el final, unos meses antes le asesoró con una rutina para cuidar la piel y prepararla para el día de la boda. “Consiguió lo más difícil, que a día de hoy conserve el cuidado de mi piel”, asegura.
Para el peinado, su amiga Bea le puso en contacto con María (Têtê à têtê). Mayte tenía claro que quería una coleta, pero María hizo que fuese única. Además, nos cuenta la novia, le ayudó mucho en la prueba haciendo peinados de novia de diferentes estilos para dar con la clave. La sinergia entre Ángela y María fue increíble y sumada a la ayuda de su amiga Andi, hizo que los preparativos fueran inmejorables.
El novio, derroche de elegancia
Jorge se hizo un chaqué a medida en una sastrería de Toledo, de donde es su familia materna. Como complementos, llevó unos gemelos que le regalaron los padres de Mayte el día de la pedida y un reloj regalo de Mayte.
- La madrina y la madre de la novia
La madrina optó por la diseñadora Carmen Halffter, que le hizo un fantástico vestido acompañado de un abrigo en terciopelo azul petróleo que le favorecía muchísimo.
Los acompañó también con unos zapatos a medida de Salo Madrid. La madre de Mayte confió el diseño de su vestido a una diseñadora malagueña, María Jesús Márquez (Márquez&Márquez). Eligió un color burganvilla que le quedaba espectacular, con unos complementos más sobrios.
Ceremonia y celebración
Mayte guarda recuerdos imborrables de su etapa de colegio, y no se le ocurría mejor sitio que ese para casarse. La ceremonia se hizo en la iglesia del colegio Sagrado Corazón de Chamartín. “Fue increíble recorrer los pasillos en los que tengo tan buenos recuerdos, esta vez, vestida de novia”.
La celebración posterior se llevó a cabo en la Finca Dehesa del Valbueno. “Llevaba muy poco tiempo abierta, así que fue un descubrimiento para la mayoría de los invitados. Pertenece al catering de Samantha de España, una apuesta segura”. El catering se encargó de todo y su comida estaba exquisita.
- Invitaciones
Las invitaciones las diseñaron los propios novios. Contaron con la ayuda de su amiga Gabri para el dibujo del plano y el misal, y las imprimieron en Gráficas Capitolio.
El momento más emotivo
Mayte destaca tres momentos muy especiales:
“Al finalizar la ceremonia es tradición en mi colegio que los novios recen una oración frente a Mater, la virgen del colegio. No pude parar de llorar”. También destaca la apertura del baile con su padre. “Bailamos un rock and roll que me devolvió a mi infancia, cuando bailábamos juntos en nuestro salón”. Además, menciona el discurso de sus amigos cuando les dieron su regalo, y la actuación de Drums on Live, que animó la fiesta al máximo.
Invitada o invitadas más elegantes
A Mayte le cuesta elegir una, ella novia destacaría a todas las testigos. “Aunque entre mi familia triunfó Teresa, con un sombrero cordobés que lució como nadie, un guiño perfecto a mis orígenes maternos”, explica.
Fotógrafo
Una prima de Jorge les recomendó a Sara y Car, las fotógrafas de Caleidoscopia. Y no pudieron hacer mejor elección, ya que realizaron unas instantáneas muy naturales con las que captaron a la perfección cada momento especial. La complicidad de los novios quedó reflejada en cada imagen.
Y es que, el equipo de Caleidoscopia conoce perfectamente qué es lo que no puede faltar en unas fotografías de boda. “Pudimos disfrutar de una pequeña selección en tiempo récord y me sorprendió mucho como cuidan los detalles a la hora de entregar el reportaje completo. Para el video contamos con los chicos de Cinematempo. No puedo evitar alguna lágrima cada vez que lo veo…”, cuenta nuestra protagonista.
Luna de miel
Mayte y Jorge optaron por una mezcla un tanto extraña, pero que unía cultura y relax. Pasaron una semana viajando por Jordania y terminaron con unos días en Seychelles, que fue el destino perfecto para recuperar fuerzas y descansar.