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Ana y Juan: la margarita que terminó en el “sí, quiero”

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Oscuro Claro

Ana y Juan se conocieron en la capital. La noche madrileña les hizo descubrir que eran la pareja perfecta con la que bailarían el resto de sus vidas.

 

La novia

  • El vestido de la novia

El vestido fue obra de la diseñadora Beatriz Álvaro. Ana lució una maravillosa y distintiva pieza en la que reinaba la elegancia y la sencillez a través de un cuerpo superior semi transparente  en el que se intuía un doble fondo con escote en forma de pico.

vestido de la novia
Fotografía: Ochoveinticuatro

Las mangas poseían un fruncido en los hombros para armar el vestido, y terminaban en una manga francesa con puños bordados que combinaban a la perfección con la ceñida cintura que dibujaba la pieza. Uno de los elementos centrales del vestido de nuestra novia era el cuello alto.

Ochoveinticuatro

El velo constituía el remate final a un estilismo de 10. Una delicada pieza rematada con encaje de camariñas, “un guiño a la Galicia que me vio nacer” nos cuenta Ana, y un artículo que también lució su hermana mayor en el día de su boda.

novia
Fotografía: Ochoveinticuatro

 “Como arquitecta y amante del diseño que soy, tenía una idea muy clara en la cabeza y conecté con Beatriz desde el primer momento para hacerla realidad”, nos cuenta Ana. “Con su cercanía en el trato, cuidado con los detalles y dominio de la costura creamos juntas el vestido que había soñado. Cada visita al atelier la guardo en el cajón de los recuerdos de la boda con mucho cariño”.

  • Las joyas

Para dejar que todo el protagonismo recayera sobre el cuello alto, Ana solo lució tres joyas en su gran día. En primer lugar,  una preciosa diadema que poseía un especial simbolismo, puesto que era herencia de pasadas generaciones de su familia.

diadema
Fotografía: Ochoveinticuatro

Unos sencillos y elegantes pendientes que daban luz al rostro de nuestra novia y, por último, el anillo de pedida con el que Juan le pidió matrimonio.

anillo pedida
Fotografía: Ochoveinticuatro
  • Las flores

Ana se confiesa una “amante de los campos de margaritas”. Por ello, tenía muy claro como quería que fuese su ramo de novia. Floristería Pili hizo realidad sus sueños a través de un precioso ramo compuesto por un fondo verde, multitud de margaritas y algunos capullos de color amarillo que se fundían con los tonos verdes.

ramo de la novia
Fotografía: Ochoveinticuatro
  • Los zapatos

“Di prioridad a la comodidad con unos zapatos de Salo Madrid sencillos para poder disfrutar al máximo de ese día, color verde eucalipto a juego con el ramo, un regalo de boda de una amiga de toda la vida”.

zapatos
Fotografía: Ochoveinticuatro
  • El maquillaje y el peinado

Ana se puso en manos de Bibi Redondo, de Bobie Brown, para su maquillaje y peinado.

peinado
Fotografía: Ochoveinticuatro

Consiguió un look muy natural que reflejaba el estilo de nuestra novia. Además, según cuenta Ana, el estilista tuvo una doble tarea este día tan especial: “Le tocó difícil tarea de transmitirme tranquilidad en la mañana de la boda, y la superó con mucho éxito. Sin duda, todo un acierto porque me sentí totalmente yo”.

maquillaje
Fotografía: Ochoveinticuatro

El novio

Juan vestía un chaqué a medida de Hackett, complementos en verdes siguiendo la temática de la boda y su reloj, regalo de la familia de Ana. Sus gemelos con forma de velero simbolizan un grupo de grandes amigos.

reloj novio
Fotografía: Ochoveinticuatro

Tanto él como sus amigos más cercanos llevaban los mismos calcetines de Jimmy Lion, una oveja negra rodeada de ovejas blancas, con los que nombró a uno de sus testigos.

amigos
Fotografía: Ochoveinticuatro

La ceremonia donde se ha celebrado

El “sí, quiero” se produjo en la Capilla Gótica del Colegio Nuestra Señora del Pilar, donde juan vivió toda su etapa escolar y que a Ana enamoró desde el primer momento.

anillos
Fotografía: Ochoveinticuatro

La ceremonia, adornada con el coro Grupo Alborada, la ofició un sacerdote amigo de los novios. Un enlace “con una cercanía y pasión que recordaremos siempre”, confiesa la pareja.

capilla
Fotografía: Ochoveinticuatro
  • La celebración
invitados
Fotografía: Ochoveinticuatro

Celebraron su gran día en el Castillo de Batres, un lugar histórico donde vivió Garcilaso de la Vega, pero bastante nuevo en la celebración de bodas. “Resultó ser la combinación perfecta con Medems, un catering con mucha experiencia que cuidó al máximo todos los detalles para hacernos la vida fácil y que todo saliese sobre ruedas”.

novios
Fotografía: Ochoveinticuatro

Las invitaciones y detalles de la boda

invitaciones
Fotografía: Ochoveinticuatro

Ana diseñó toda la papelería y detalles de la boda a través de su marca, Art dR (@art.dr_), que nació durante los primeros meses de la pandemia y poco a poco se está abriendo camino en el mundo del diseño digital.

invitaciones
Fotografía: Ochoveinticuatro

El sello de Art dR es la personalización, esencia que transmitieron en todos los detalles de su boda. En las invitaciones, Ana y Juan quisieron congelar el recuerdo donde se comprometieron, las Fraguas del Eume en La Coruña. Los misales tenían el Pilar en acuarela en portada y contaban toda la historia del Colegio.

sobres
Fotografía: Ochoveinticuatro

El seating plan eran mapas bordados de los destinos de viaje preferidos de los recién casados.

seating plan
Fotografía: Ochoveinticuatro

Como recuerdo y agradecimiento a los invitados que les acompañaron en su gran día, Ana y Juan les dedicaron unas palabras personalizadas para cada uno de ellos en una madera tallada con la planta del Castillo de Batres que dejaron en las mesas del banquete.

Fotografía: Ochoveinticuatro

El momento más emotivo

“Hay muchos momentos emotivos a lo largo de la boda y no podría quedarme solo con uno. Las entradas y salidas de la iglesia, la llegada al banquete, el vals al que se sumaron gran parte de los invitados…. La verdad que fue, por ahora, el día más bonito y especial de nuestras vidas. ¡Ojalá fuera eterno”, confiesa Ana.

amigos novio
Fotografía: Ochoveinticuatro
iglesia coche
Fotografía: Ochoveinticuatro
Fotografía: Ochoveinticuatro

Niños Arras

Fotografía: Ochoveinticuatro

La entrada a la iglesia no habría sido lo mismo sin los sobrinos de Ana, vestidos de Boh Yourself, una marca nueva dedicada a moda infantil con mucho encanto.

Fotografía: Ochoveinticuatro

Beatriz , su fundadora, supo captar a la perfección el estilo que Ana quería para los pequeños y diseñó los trajecitos.

niñas de arras
Fotografía: Ochoveinticuatro

Fotógrafo

Fotografía: Ochoveinticuatro

Ochoveinticuatro inmortalizó los mejores momentos de esta boda con mucha discreción, aunque con un trato muy cercano.

Luna de miel

“Nuestra luna de miel fue un viaje mágico con el que soñábamos desde hacia tiempo: un safari por Kenia y Tanzania, unos días en el paraíso de Maldivas y un poco de turismo urbano de arquitectura moderna en Dubái. Todo el itinerario lo organizó Juan, que además de estar muy familiarizado con el mundo del turismo profesionalmente es un apasionado de los viajes y no le faltó detalles. Un paseo en globo por el Serengeti, un safari a caballo, buceo por los arrecifes de Maldivas y una noche en el desierto fueron algunas de las experiencias que vivimos antes de volver a la realidad”.  Una realidad que volvió a la normalidad con un “sí, quiero”, una boda de ensueño y toda una vida por delante para Ana y Juan.

Fotografía: Ochoveinticuatro
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