Es bastante probable que el vestido de novia solo lo utilices una vez en la vida (dos si contamos con la sesión fotográfica). Pero, también es bastante probable que quieras guardar ese vestido con todo tu amor para poder enseñárselo a tus nietos. O, quizás, lo quieras vender y poder sacar algún dinerillo extra. Te contamos todos los trucos para mantener tu vestido en buen estado.
¿Quieres que tu vestido tenga una segunda vida después de dar el ‘sí, quiero’? Te contamos qué es lo que tienes que hacer para que tu vestido sea eterno.
Conserva tu vestido en buen estado para toda la vida
1. Limpiarlo con delicadeza. Evita utilizar productos que puedan dañar la tela del vestido. Todo lo que pueda contener amoniaco, lejía o cualquier químico, evítalo. Esto es perjudicial para el mantenimiento del vestido. Te recomendamos usar un programa de lavadora delicado agregando jabón neutro. Si es posible que el secado sea al sol, de manera natural, mucho mejor.
2. Guardarlo en cajas. Lo ideal es guardarlo en cajas artesanales. Consíguelas o fabrica las tuyas propias. Nuestro consejo es que la caja sea de unas medidas acordes al vestido. De esta manera no tendrás que preocuparte por el espacio que ocupe en tu armario. Bajo ningún concepto debes guardar tu vestido en una bolsa de plástico porque el tejido no podrá transpirar y pueden aparecer manchas de humedades y moho.
3. Entre algodones. Envuelve tu vestido entre algodones. Esto es mucho más que una expresión porque permitirá que el tejido transpire. Si esta idea no te termina de convencer, puedes sustituir el algodón por papel de seda. Si utilizas esta opción, asegúrate de que el papel sea transparente ya que es posible que si es de color, con el paso de los años el vestido se fuera tiñendo.
4. Guarda la caja. El sitio elegido para proteger nuestro tesoro debe ser un lugar en el que no penetre la luz ni pueda haber ninguna probabilidad de humedades. La luz puede provocar que el vestido cambie de color y se ponga de color amarillento.
5. Revisión. Abre la caja, por lo menos, una vez al año. Revisa que tu vestido siga en perfectas condiciones y vuelve a repetir todo el proceso. Te recomendamos que cambien el algodón o el papel de seda para evitar posibles accidentes.
¡Irán pasando los años y tu vestido estará en buen estado!