Kim Kardashian deslumbra con un vestido blanco hecho a medida en la fiesta posterior a la gala de los Oscars 2025 de Vanity Fair
Rara es la alfombra roja en la que ya no vemos vestidos blancos de inspiración nupcial. Cada vez más famosas apuestan por diseños blancos para la celebración, es el caso de Kim Kardashian que, sin querer, se vuelve la protagonista de cualquier evento. En este caso lo ha hecho en el Vanity Fair Oscar Party 2025, una fiesta a la cual acudió vestida de novia pero sin novio, sin ramo y sin anillo. Y si hay alguien con quien está casada Kim, es con el diseñador Demna para Balenciaga. La estrella apuesta siempre por las creaciones de la casa de moda española, ahora con seda en París. No le importa lo arriesgado que sea el diseño que ella siempre le da su «sí, quiero» a este diseñador. Pero esta ocasión, el diseño no podía ser más acertado.
El look de Kim Kardashian de inspiración nupcial
La top del clan Kardashian-Jenner optó por un vestido a medida inspirado en la colección de alta costura primavera 2025 de Balenciaga, una pieza con un volumen estructural que no pasó desapercibido.
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El vestido, de palabra de honor y una gran escote en la espalda, jugaba con un contraste etéreo minimalista. Cuerpo marcado con una especie de bustier que le marcaba mucho el pecho y falda con gran estructura y voluminosidad. Un look confeccionado en Tyvek, un material más utilizado en la industria del embalaje pero que Demna ha sabido llevar de la mejor manera a su terreno.
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En cuanto al resto del look, Kim lució un peinado pulido, un moño a media altura de estilo bailarina que le sentaba fenomenal y que dejaba su rostro totalmente descubierto. El maquillaje, una obra de Rokael Lizama de lo más sobrio: ojos en tono taupe y labios sin maquillar. Un look de lo más impactante. Tampoco llevó joyas porque con el vestido fue suficiente para deslumbrar.
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Y si a Kim le sienta bien el blanco, el negro tampoco se queda atrás. Unos días antes, en la cena anual previa a los Oscars, brilló con un look de Chanel inspirado en el glamour de Claudia Schiffer de 1995, firmado por Karl Lagerfeld de la colección de otoño-invierno 1992.