El enlace se celebró el pasado 7 de junio y reunió a grandes personalidades de la corona como el Príncipe Guillermo
El pasado viernes, 7 de junio, se celebró una de las grandes bodas reales del año en Reino Unido. El duque de Westminster, Hugh Grosvenor, y Olivia Henson se dieron el “Sí, quiero”, en la catedral de Chester y después se trasladaron a Eaton Hall, la gran mansión familiar del novio donde tuvo lugar el banquete. El enlace acogió a más de 400 invitados, entre los que se encontraban grandes personalidades de la corona como el Príncipe Guillermo, quien ejerció de acomodador y acompañó a algunos de los asistentes a sus asientos, aunque casi no fue visto ya que accedió por una puerta lateral. Además, la Princesa Eugenia de York tampoco se perdió la ceremonia.
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Así fue la boda de los duques de Westminster
Tras tres años de relación, Hugh Grosvenor y Olivia Henson ya son marido y mujer. La catedral de Chester fue la elegida para la ceremonia y su decoración no dejó indiferente a nadie con flores de Flower and Press, una empresa que garantiza que todas sean cien por cien británicas. Además, por deseo de los propios novios, serán reutilizadas y se convertirán en ramos que se entregaran benéficas, iglesias y entidades de Chester. Después, los novios y sus invitados se trasladaron a Eaton Hall, una mansión rodeada de 4.000 hectáreas de amplios jardines y tierras de cultivo donde el duque de Westminster y sus hermanas crecieron.
El novio llegó a la catedral en un Range Rover verde acompañado de su bestman, una especie de padrino de boda que suele ser uno sus mejores amigos. Y como en cualquier boda, la novia llegó la última en un Bentley antiguo de 1930 y no dejó indiferente a nadie con su look nupcial. Obra de Emma Victoria Payne, el vestido, con una cola desmontable de dos metros, estaba confeccionado en seda de color marfil y organza con detalles bordados. En la espalda, además, llevaba un elegante escote.
Para rematarlo, lució el velo que usó su abuela en 1880 y siguiendo la tradición de las novias de Westminster, llevó la tiara de hojas de laurel Fabergé Myrtle Leaf, creada en 1906. En el pelo, un moño alto adornado con una trenza y como ramo, flores recogidas de los jardines de Eaton Hall con margaritas, rosas o lirios, entre otras.
Por su parte, la condesa viuda de Westminster y madre del novio, Natalia, apostó por un sofisticado estilismo rosa y un tocado en el pelo. Las hermanas del novio, Lady Edwina y Lady Viola Grosvenor, no se perdieron el enlace. Como hemos dicho, tampoco faltaron numerosas personalidades de la realeza. Aunque los reyes Carlos y Camila de Inglaterra no pudieron acudir, el Príncipe Guillermo no se perdió la ceremonia y ejerció de acomodador junto a otras 10 personas. Su mujer, Kate Middleton, tampoco pudo asistir debido a los problemas de salud que ella misma comunicó hace unos meses.
La Princesa Eugenia de York también se dejó ver y para el gran día escogió un diseño verde de corte midi, falda plisada y un tocado con red en el pelo. La española Isabel Rodríguez-Legorburu, hija de los condes de Asmir y novia de Jasper Henson, el hermano de Olivia, apostó por un vestido fucsia con botonadura en la zona lateral, fruncido en la cintura y un fular a juego.
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Con esta boda, Reino Unido acogió uno de los grandes enlaces del año.
