Álvaro y Ana Carmen celebraron su boda el 16 de marzo de 2024 en la exclusiva finca granadina de Torre del Rey. Tres cambios de look, los puestos gastro más top, un banquete en un emplazamiento de ensueño y la fiesta más loca fueron algunos de los ingredientes de su inspirador enlace. Te lo mostramos.
La historia de Álvaro y Ana Carmen nace en su más tierna infancia: “Nos conocimos en el colegio, cuando éramos pequeños. Siempre fuimos inseparables, incluso en nuestra adolescencia, disfrutando de alguna que otra fiesta juntos. Sin embargo, el destino nos separó cuando llegó la época de la universidad y no volvimos a saber nada el uno del otro hasta que un 30 de diciembre, en una emblemática plaza de Granada, nos reencontramos de una manera mágica”, relata Ana. “Pocos meses después, con la certeza de no querer volver a separarnos nunca, Álvaro decidió pedirme que me casara con él delante de mis padres y en un restaurante, cosa que le había dicho que jamás hiciera. Pero fue justo por eso que consiguió que fuera sorpresa total. ¡Y es muy difícil sorprenderme, las pillo todas!”, sonríe la novia.
A partir de aquella inesperada pedida comenzaron los preparativos de una boda repleta de detalles y de aciertos, con la elección de la finca Torre del Rey como uno de los más destacados.
El vestido de novia y los complementos
“La elección de mi look de novia fue una auténtica locura”, asegura Ana. “Visité todas las tiendas de novia de Granada, consulté con varios diseñadores e incluso fui a Madrid. Al final, el estilo de Rafa Valverde fue el que me encajó. Tenía mil ideas en la cabeza y él supo organizarlas”.
“Quería algo sencillo, que me siguiera gustando dentro de 10 años. Lo que tuve claro desde el principio fue la capa, a la que llamaba ‘Mis alitas'”.
“A lo largo del gran día tuve varios cambios de ropa. Durante una de las pruebas, mi madre sacó un poncho de flecos de uno de los burros de exposición y nos enamoramos al instante. Colocado sobre el vestido, del que retiramos la capa, fue mi segundo look”.
“Y como las prendas que más me representan son los trajes de chaqueta, no podía faltar uno de Blanam Traxe para la barra libre y la fiesta”.
“Pero, sin duda, la prenda más especial de todas fue el kimono que confeccionó mi mejor amiga, diseñadora de AIBON y que me entregó la noche antes de la boda para que lo llevara durante los preparativos. ¡Me hubiera casado con él en blanco!”
“Respecto a las joyas, evité los diamantes hasta el último momento. Un día, una amiga me recomendó la Joyería Ansorena, en Madrid. Fuimos en busca de algo que pudiera volver a usar y que no quedara guardado en una caja cogiendo polvo después de la boda. Encontré un conjunto desmontable de oro amarillo de 18kt con diamentes, sencillo pero diferente, que me enamoró al instante. ¡Perfecto para mi gran día y para muchas ocasiones más!”
“En todo mi look de novia buscaba la sencillez, pero con un toque diferente. Y eso también se reflejó en los zapatos. Aunque los míticos Manolo Blahnik son siempre una opción, me enamoré de unos mules en cuanto los vi. Además de estar muy de moda, son comodísimos. ¡Fueron la elección perfecta para completar mi look!”
El maquillaje y el peinado
“Elegí a Rocío García, de Rogardi MakeUp y a Rosa Moleón, de Castillero Peluqueros. No hay otras como ellas en Granada”.
“Y, como anécdota, cambié el peinado la mañana de la boda, ¡en el último momento! Eso que nunca se debería hacer”.
El ramo y las flores
“Para el ramo y para la decoración floral elegí a @monicaflorista, una mujer de otro planeta. Sus ideas son infinitas. Yo tenía la idea clarísima, quería un estilo rústico y que los invitados sintieran como si estuvieran en un bosque. Ella y todo su equipo hicieron magia en el espectacular escenario que es Torre del Rey”.
“Lucí un ramo de estilo silvestre, en verde salpicado de florecitas blancas”.
“Otra de las cosas más especiales fue el puesto de flores. Los invitados podían elegir las flores que más les gustasen y les hacían un tocado natural en directo con ellas”.
“¡Había más gente eligiendo su tocado natural que en el puesto de jamón!”
El novio, la madrina y la madre de la novia
“Me decidí por un chaqué moderno en color gris marengo de la firma Lander Urquijo, hecho a medida y con un diseño alucinante”, explica Álvaro.
Respecto a la corbata, “elegí un diseño en tono verde, el color favorito de Ana, de Carolina Herrera, a juego con los tirantes. Además, me enamoré de unos gemelos Montblanc muy elegantes. El reloj TAG Heuer fue el regalo de la familia de Ana en nuestra pedida y, por supuesto, no podían faltar unos calcetines atrevidos de Scalpers”.
La madrina se hizo el vestido en Victoria Colección.
Eligió un diseño en tonos azules con plumas que acompañó con un tocado de la firma Mimoki que le quedó maravilloso.
“Mi madre también confió en Rafa Valverde para su traje. Fiel a su estilo, optó por unos elegantes pantalones y un blusón con una lazada que caía en la espalda. Y, por supuesto, eligió su color favorito: el lima. ¡Estaba espectacular!”, añade la novia.
La ceremonia y la celebración
“Nos casamos en la Parroquia de Santo Domingo, la iglesia del Convento Santa Cruz la Real, de Granada”, explica Ana. “Nos tenía cautivados: la plaza, la entrada y fachada con los frescos… tenía que ser allí”.
“En cuanto a la celebración, Torre del Rey fue la ‘culpable’ de hacer de nuestro día un recuerdo maravilloso”.
“La Finca nos regaló el poder crear diferentes espacios para cada momento del gran día, lo que hizo la boda muy amena. Cuando pensabas que no podía haber un lugar más bonito, ¡te sorprendías con el siguiente! Cada rincón estaba mimado al detalle”.
“Celebramos el cóctel en el Patio de los Olivos. La recepción del equipo en ese espacio único fue inigualable”.
“En el Patio de los Olivos, de estilo andaluz, amplio y luminoso, disfrutamos de infinidad de córners gastro alojados bajo su fabulosa pérgola de sombreo y en torno a ella”.
Había puestos de bebidas, desde vermutería a vinoteca o champagnería.
Respecto a los puestos de comida, los invitados dispusieron desde un showcooking de carne a la brasa hasta de una ostrería, pasando por el cortador de jamón, el córner de quesos, la chacinería, la despensa o una fabulosa panadería.
El espacio es tan amplio que, además de permitir alojar nada menos que hasta mil personas, posibilita la instalación de foodtrucks y otras propuestas de lo más divertidas.
Y todo ello con el encanto de contar con Sierra Nevada al fondo. Quien quiso tomar su cóctel sentado o de pie pudo hacerlo y quien quiso aprovechar la ocasión para echarse unos bailes, lo hizo también.
“El banquete lo disfrutamos bajo una preciosa carpa beduina instalada en el Jardín Mirador”.
“Se trata de un amplísimo espacio de césped infinitamente versátil, donde pudimos recrear el escenario de nuestros sueños”.
“Rodeado de palmeras y olivos, el lugar es un sueño que permite ofrecer un banquete en un espacio absolutamente natural al aire libre”.
“¡Estaba todo precioso y a pesar de ser el mes de marzo, disfrutamos de una temperatura muy agradable!”
“Para la fiesta pasamos al fabuloso Salón Campanario. Un espacio súper versátil donde suelen celebrarse banquetes a cubierto, que aquel día se transformó en una auténtica sala de fiestas”.
“Lo acompañamos de una zona de Glitter bar que fue un éxito”.
También hubo candy bar, photocall… ¡Infinitas opciones de diversión!
“La hora loca fue brutal, ¡lo dimos todo todos!”
“Para rematar la faena, disfrutamos de una recena impresionante en el Patio de los Olivos, que se comunica con el salón. Hubo recena americana, con hamburguesas, hubo pizzería, puesto de kebab…”
“Del banquete se ocupó Catering Lumière. No pudimos elegir mejor catering en Granada, todo personalizado y de una calidad extrema, un sueño para recordar siempre”.
“El postre fue el plato más especial de la boda. Diego, el hermano de Álvaro, recreó la receta más famosa de su padre: ¡una torrija! No podía ser otro postre, es el que siempre pedimos cuando comemos fuera si está en carta y, teniendo en cuenta que estábamos en Semana Santa, nos pareció muy buena elección. ¡La gente todavía sueña con ella!”
Las invitaciones y los detalles de los invitados
“Para las invitaciones no dudé en contactar con Lucía, de De Plumas y Letras. Bastaron dos llamadas y parecía que éramos amigas de toda la vida. Quise que una parte de la invitación la tuvieran presente los invitados y que no acabara ocurriendo como sucede con la mayoría, que o se tiran o se guardan en un cajón. Así que, como todo el motivo de la boda era muy andaluz, decidimos poner una tarjeta con la canción de “A tu vera”, de Lola Flores, una frase que Álvaro y yo nos decimos mucho. La acompañamos con un imán de ramas de olivo para que los invitados pudieran poner la tarjeta en la nevera”.
“En la parte más ‘fría’, la del número de cuenta, quisimos hacerle un guiño a nuestra ciudad y, con un toque de humor, añadimos el famoso refrán de: ‘Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada. Aparte de los imanes, pusimos unas botellas de cócteles que vinieron de Suecia y desaparecieron a la velocidad de la luz”.
“También quisimos tener un detalle con las madres y con mis amigas, a las que entregamos unos ramos de flores. Les añadí una cinta que ponía sus nombres y la frase: ‘Ay compañera, si vienes tú conmigo, yo voy a tu vera’.
El momento más emotivo
“¿Es posible elegir solo uno?”, se preguntan los novios.
Para Ana Carmen, hubo varios muy especiales: “El primero, cuando me vio mi padre vestida de novia”.
“El segundo, el momento en el que veo y beso a mi hijo de camino al altar.”
“Abrazar a Álvaro en el altar fue inigualable”
“Por último, me quedo con la entrega del ramo a mi madre y a mis amigas con nuestras canciones”.
Álvaro destaca varios momentos también:
“Vestirme con mi familia y recordando a mi padre en el hotel fue muy emocionante”.
“La llegada de Ana Carmen a la iglesia y verla preciosa vestida de blanco fue increíble, como lo fue también el momento de intercambiarnos las alianzas”.
“El discurso de mi hermana en la iglesia y la entrega de ramos a las madres y hermanas fue otro momento muy especial para mí.”
“Por último, los discursos al final de la comida de Ana y de Rodrigo hacia mí”.
Fotógrafo y Wedding Planners
Para inmortalizar su gran día, los novios eligieron al equipo de La Huella Que Dejas. “Los seguía desde hace tiempo y desde el primer momento supe que serían ellos”, explica Ana. “Creo que las fotos hablan por sí solas”.
Respecto a la organización del gran día, “Tuvimos la suerte de contar con un equipazo de personas que nos apoyaron todo el año de preparación de la boda. Diego,María, Bea y Ariadna de Catering Lumiere parecían incluso más emocionados que Álvaro y yo, lo mismo que Pilar y Loli, de Torre del Rey que, además, fueron un gran apoyo en el día de la boda. Con tanto cambio, fue esencial para mí tenerlas a mi lado ayudándome y pendientes de todo”.
Luna de Miel
Los novios no pudieron irse en marzo, pero tienen previsto escaparse en noviembre a Japón y Tailandia. “Después de la boda sí que nos escapamos unos días al VIVOOD Landscape Hotel para recargar pilas”.
¡Que sigáis siendo tan felices, pareja!