Claudia y Pepe se casaron la tarde del 19 de septiembre en la Iglesia de las Anas de Murcia. Desde el momento en el que se empezó a organizar la boda, los invitados podían ir siguiendo el calendario de días que faltaban para que llegara el día B en la página web que Andrea Carta preparó para el evento.
La novia y más detalles…
Fue un día de esos que te sorprenden con lluvia, pero pese a eso todo el día B, de Claudia y Pepe, salió genial. Claudia eligió un modelo de Rosa Clará, de corte clásico y entallado. Llevaba joyas de Álvaro Olivares y pendientes de la madre del novio. El tocado, de Le touquet. El maquillaje corrió a cargo de los maquilladores de MAC.
Como dato curioso, decir que la madre de la novia la acompaño al altar. Iba espectacular de color turquesa con un diseños de La tienda de los Sueños, una boutique de Murcia. La madrina iba vestida por Borja Furió en un rosa pálido y mantilla negra.
La ceremonia religiosa
Parecía la entrada a un bosque. Una línea de flores enmarcaba cada lado del pasillo, en tonalidades pastel y blancos. Con una alfombra en tonos tierra.
El ramo, lisiantus, rosas y brunia transmitían el romanticismo que Claudia buscaba. Unas cintas de raso caían del tallo.
El arroz para darle un toque original iba en bolsitas de papel de arroz cerradas con pegatinas con el logo de la pareja. Los misales, hicieron las veces de pai pai, pues aunque llovió un poco, septiembre es un mes caluroso en Murcia.
La celebración
La finca elegida fue La Casa del Alambre. Una finca rodeada de un palmeral espectacular. El grupo de Jazz Classical Jazz Project amenizó el cóctel. El seating plan estaba formado por una gran noria blanca, llena de hortensias, donde los invitados encontraban su mesa en cada una de las cestitas. Todo el mobiliario y las mantelerías eran de Pedro Navarro.
El equipo de Eterna Princesa Prometida personalizó un panel de madera con el logotipo de los novios, en el color predominante de la boda, el turquesa. Prepararon un bodegón con una bicicleta vintage en cuya cesta ya daba una pista de cual sería el regalo para los invitado: una botella de vino de “El Colmado” de Murcia.
El salón, curioso por su forma circular, era impresionante por su cerramientos de cristal e interior blanco, por eso no dudaron en elegir una mantelería en el color de la boda: el turquesa.
Detalles, detalles y más detalles
- Una iluminación compuesta por candelabros con velas en tonos pastel de diferentes tamaños según la mesa.
- Los novios estaban sentados con sus amigos, lo que hizo la velada la mar de divertida.
- La madre de Claudia personalizó unos tapetes de tela de rafia con una cenefa de bolitas en color beige para cada una de las mesas de la cena.
- Los centros de mesa: unas hueveras turquesas a las que se les puso flores en tonos blancos y pastel. Los números de mesa en cartón kraft.
- Las minutas, personalizadas con su logo, iban impresas en papel vegetal sobre cartulina kraf.
- La entrada a la pista de baile estaba enmarcada por unas grandes letras con corchos de vino.
- A las invitadas se les regaló unas bailarinas “enrolladas”, y para los invitados botellas de vino que la bodega preparó con la impresión del logo de la pareja.
- La repostería, impresionante, fue de Lorettas Cupcake & Cookies
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