La boda de Gisela y Juan Pablo es una boda urbana que no lo parece. La clave de ello es la elección de la finca, un espacio exclusivo que lo tiene todo a escasos minutos de la capital. A nosotras nos ha encantado, ¿qué te parece a ti? ¿Te inspira?
Gisela y Juan Pablo se casaron el 27 de abril de 2019. Él, de origen colombiano, y ella, argentina, se conocieron, por circunstancias de la vida, en Madrid. «Nos presentó un amigo y el flechazo fue inmediato», asegura Gisela, que siempre había pensado que compartiría su vida con un español.
La boda de Gisela y Juan Pablo, al detalle
El vestido y los complementos de la novia
Gisela llevó un vestido camisero cruzado de Valenzuela atelier. De estilo minimalista, le incorporaron unos maravillosos botones que la diseñadora compró a un anticuario italiano.
Durante el baile lo acompañó de una espectacular diadema de plumas de Lindabambolina.
Además, lució varias joyas muy especiales: su anillo de compromiso y su alianza, ambos de la Joyería Suarez; unos pendientes de diamantes y aguamarina, regalo de la madre del novio; y dos pulseras, una de Aristocrazy y la otra, una reliquia de la familia con un gran valor sentimental, puesto que fue la que utilizó su abuela el día de su boda. «Lamentablemente no pudo asistir a nuestro día porque se encuentra en Argentina y es muy mayor», explica Gisela, de ahí su gran valor sentimental.
El espectacular ramo fue de Arbolande, como el resto de las flores de la finca.
El maquillaje y el peinado
Gisela quería un look desenfadado para la iglesia, pero a la vez chic. Para lograrlo, recurrió a David Martinez, que lo consiguió con creces. Para el baile hizo un cambio de look, tanto de peinado como de maquillaje, y lució la preciosa diadema de plumas de Lindabambolina.
El outfit del novio
Juan Pablo vistió chaqué de Silbon, corbata y tirantes de Solo IO, camisa a la medida de la sastrería Camille de Le Mans y zapatos de Meermin Mallorca Shoes.
La madrina y la madre de la novia
La madrina eligió un elegante vestido azul oscuro de Carolina Herrera, que combinó con un tocado de Mimoki.
La madre de la novia, por su parte, lució un diseño de Sonia Peña.
La ceremonia y la celebración de la boda
Gisela y Juan Pablo se casaron en la Iglesia del Perpetuo Socorro, de Madrid. La decoración floral del interior, a cargo de Arbolande, fue espectacular.
Las niñas de arras, vestidas de Teresa y Leticia, llevaron unas bolsitas de arras muy especiales, puesto que habían sido confeccionadas por la madre de la novia.
De camino a la finca en los autobuses que los novios habían contratado para desplazar a sus invitados, les sorprendieron con un vídeo de la pareja y unas bolsitas con snaks y agua. Fue todo un éxito.
El cóctel y el banquete de bodas tuvieron lugar en Zalacaín La Finca, un exclusivo espacio especializado en la celebración de los eventos más especiales a un paso de Madrid. «Elegimos esta finca porque encajaba perfectamente con nuestras expectativas, por su localización, gastronomía y por el trato excelente de Mónica y su equipo. Sin dudarlo volvería a casarme allí», asegura Gisela. Y es que Zalacaín La Finca no solo ofrece unas instalaciones espectaculares y muy versátiles, tanto exteriores como interiores y adaptables a las necesidades y gustos de cada pareja. Además, puede presumir de contar en exclusiva con el servicio gastronómico de Zalacaín Catering, que destaca por su excelencia.
«La finca estaba preciosa, toda decorada con las flores de Arbolande», asegura Gisela, a excepción de los espectaculares centros de mesa del banquete, de los que se encargó Pablo, de Zalacaín.
The Big Day Wedding Planner se encargó de la organización, la decoración y la coordinación de la boda. Entre otras cosas, se ocupó del rincón de bienvenida, del seating plan, del candy bar, con tarta de Corist, del photocall o de los artículos beauty para los baños, con perfumes Ovehco.
Las invitaciones y los regalos de los invitados
Gisela y Juan Pablo encargaron sus invitaciones a Invitarte, que cuidó, además, todos los detalles de la papelería. Además, sorprendieron a los testigos con una tarjeta especial en la que les pedían que lo fueran, emocionando a muchos de ellos.
Hubo regalos para futuros padres y parejas próximas a casarse.
El momento más emotivo de la boda de Gisela y Juan Pablo
«Juan Pablo me sorprendió en el cocktail con un grupo cubano que tocó la canción con la que él me pidió matrimonio: Volví a Nacer, de Carlos Vives, y ese fue el momento más emotivo pasa mi», afirma Gisela.
Respecto a la luna de miel, Gisela y Juan Pablo decidieron disfrutarla en noviembre y aplazó la decisión acerca del destino. ¡Esperamos que seáis muy felices!