Sabes que tu boda será uno de los días más importantes de tu vida. Y aunque todas las miradas suelen estar puestas en la novia (y con razón), hay un personaje clave en este gran día que merece su propio foco: el padrino de boda.
Sí, hablamos de él. Esa figura discreta, elegante, con nervios de acero (o al menos lo intenta) y con un papel mucho más importante de lo que muchas veces se piensa. Tradicionalmente, el rol de padrino recae en el padre de la novia, pero ya sabes que en las bodas actuales las reglas las marcas tú. Puede ser tu hermano, tu tío favorito o ese amigo que ha estado contigo en todas, desde el primer desamor hasta la pedida. Lo importante es que sea alguien especial, que te conozca de verdad y que sepa estar a la altura de un día inolvidable.
¿Pero qué hace exactamente un padrino de boda? ¿Cuáles son sus funciones y qué etiqueta debe seguir? Tranquila, porque te lo vamos a contar todo para que no se te escape ni un solo detalle y puedas elegir (o guiar) al padrino perfecto.

Sea quien sea el padrino de boda es fundamental que conozca todas las funciones que debe cumplir. ¿Qué es lo que hace un padrino en una boda? ¡Toma nota!
Quién puede ser padrino de boda y cómo elegirlo
La tradición dice que es tu padre quien te acompaña hasta el altar, quien te toma del brazo y te entrega, emocionado, a ese alguien con quien vas a empezar una nueva vida. Pero ya lo sabes: la vida no siempre sigue el guion clásico, y eso está bien. Porque una boda también es una celebración de los vínculos que realmente importan. Y si tu padre no puede estar, hay alternativas preciosas, llenas de emoción y significado.
Tu abuelo
Quizá es quien te contaba cuentos, te preparaba el desayuno o te enseñó a montar en bici. Para muchas novias, un abuelo ha sido una figura paterna de esas que dejan huella, así que entregarse del brazo de él es un gesto tan simbólico como conmovedor. Un homenaje en toda regla.
Tu hermano
Si tienes uno, lo sabes: los hermanos tienen ese tipo de amor que no necesita demasiadas palabras. Si tu padre no está, él puede ser el elegido perfecto. Lo va a vivir con una mezcla de orgullo y emoción que solo los hermanos entienden, y tú te vas a sentir más arropada que nunca.
Tu mejor amigo
Porque hay amigos que son familia. Si tienes a ese amigo que ha estado contigo en todas, que conoce tu historia de amor casi mejor que tú y que ha celebrado contigo cada paso hacia el «sí, quiero», ¿quién mejor que él para hacer de padrino? Puede que no sea lo típico, pero será inolvidable.
Tu madre
Sí, has leído bien. Que no te suene raro ni te lo cuestiones demasiado: cada vez son más las novias que deciden que sea su madre quien las acompañe hasta el altar. ¿Y sabes qué? Tiene todo el sentido del mundo.
En las bodas civiles no hay ningún impedimento para que una figura femenina ejerza de “padrino”, y en las religiosas, aunque no hay una norma escrita que diga que debe ser un hombre, a veces depende del criterio del párroco o de la iglesia. Aun así, merece la pena intentarlo si ese es tu deseo.
Porque puede que tu padre ya haya acompañado a tu hermana en su gran día, o simplemente quieras darle a tu madre un lugar protagonista que nunca ha tenido. ¿Y por qué no? Es la persona que te ha acompañado desde siempre, que ha estado en cada preparativo, en cada lágrima, en cada ilusión. Que sea ella quien te lleve del brazo es un gesto poderoso, tierno y absolutamente inolvidable.
Tareas principales del padrino antes y durante la boda
Si te casas por la iglesia, hay algo que tienes que tener muy claro: no solo vas a necesitar un padrino. De hecho, hay cuatro figuras esenciales que tienen un papel simbólico y precioso dentro de la ceremonia religiosa. Elegir bien a cada uno de ellos es clave para que ese momento esté lleno de significado.
Padrinos de velación
Son los más importantes, las figuras centrales del ritual religioso. Su función es velar por vuestro matrimonio, es decir, ser testigos de vuestra unión ante Dios y comprometerse a acompañaros y apoyaros en el camino como pareja. Y aquí hay un punto clave: la iglesia católica exige que estos padrinos sean un matrimonio casado por la iglesia. Sí o sí. Así que si estás pensando en alguien, asegúrate de que cumpla este requisito antes de proponerlo.
Padrinos de anillos
No tienen por qué ser una pareja ni estar casados. De hecho, puedes elegir solo a una persona –ya sea madrina o padrino– para que entregue los anillos en el momento más simbólico de la ceremonia: cuando el sacerdote lo indique. Es un detalle breve, pero cargado de emoción (y con una gran dosis de nervios, no vamos a mentir). Elige a alguien cercano, con buena mano y mucha calma.
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Padrinos de arras
Las arras simbolizan la prosperidad, la abundancia y la promesa de compartirlo todo en el matrimonio. Los padrinos de arras pueden ser una pareja o una sola persona —como tú prefieras—, lo importante es que entiendan el significado del gesto. Su misión es sencilla pero requiere mimo: sacar las arras de su cajita y entregarlas con cuidado en el momento indicado. Un pequeño gesto que encierra un gran simbolismo.
Padrinos de lazo
Por último, y no menos importante, están los padrinos de lazo. Tienen un rol muy bonito: son quienes colocan el lazo sobre vosotros cuando el sacerdote lo indique. Este lazo representa la unión sagrada entre los dos, el vínculo que os une para siempre. Por eso, se suele elegir a una pareja muy especial —pueden ser tíos, amigos íntimos o incluso hermanos— que represente esa conexión duradera que también deseáis para vuestra vida juntos.
Bien, ahora que ya sabes quiénes son los principales padrinos de una boda y qué papel desempeñan en la ceremonia, toca hablar más a fondo del padrino por excelencia: el que te acompaña al altar. Y es que su rol no se limita solo al gran momento de cogerte del brazo y caminar hacia el “sí, quiero”. El padrino de boda, especialmente en las bodas religiosas, cumple funciones clave que empiezan mucho antes de que suene la música nupcial.
¿Qué debe hacer un padrino?
Una de sus tareas más importantes es ayudarte durante los preparativos del enlace. Desde coordinar detalles con el novio, hasta asegurarse de que todo esté en su sitio y a tiempo, su apoyo es imprescindible para que la ceremonia fluya con armonía (y tú puedas relajarte un poquito).
Además —y esto no muchas lo saben—, en algunas familias es tradición que sea el padrino quien regale el ramo de novia. Y no solo eso: también puede dedicarte unas palabras especiales durante el banquete, en uno de los discursos más emotivos del día.
¿Un consejo? Si va a hablar, que lo prepare bien. Un buen discurso no se improvisa. Lo ideal es que el padrino se haga un pequeño guión, practique en casa y no se alargue demasiado. Que hable desde el corazón, pero con orden y claridad. Aquí te dejamos algunos tips infalibles para que ese momento sea tan mágico como memorable…
Si el padrino de boda no es el padre y es el hermano o un amigo, se puede encargar de preparar la despedida de soltera, aunque esto es más típico del grupo de amigas.
Por supuesto, la función más importante de cualquier padrino de boda es acompañar a la novia al altar. Para que salga todo bien, lo ideal es ensayar ese paseo antes del gran momento. Asimismo, al igual que los niños se encargan de las arras, el padrino es el encargado de las alianzas. Los anillos de boda son responsabilidad del padrino, y eso no solo implica entregarlos en el momento clave de la ceremonia, sino también —en muchas ocasiones— asumir su coste. Es un gesto simbólico y de compromiso con la pareja, que muchas familias siguen manteniendo como parte de la tradición.
En cuanto a los trajes de los novios, aquí no hay normas estrictas, pero sí costumbres que todavía se conservan. Por lo general, son los padres y madres de cada uno quienes se encargan del gasto, sin diferenciar demasiado entre padrino, madrina o madre de la novia. Todo depende del acuerdo familiar, del estilo de boda que hayáis elegido y, sobre todo, de lo que tenga sentido para vosotros.
Y si has decidido no contar con una wedding planner, el padrino de boda se convierte en una figura aún más clave. En ese caso, su misión va mucho más allá de lo simbólico: será quien se encargue de atender las necesidades de los invitados, coordinar pequeños detalles de último momento y solucionar cualquier imprevisto que pueda surgir durante la ceremonia. Que si falta un coche, que si alguien no encuentra su sitio, que si hay que dar una señal de entrada al coro… él está ahí para todo.
Y no te preocupes, no estará solo. La madrina —ya sea tu madre, tu suegra o esa figura femenina especial— también puede echarle una mano para que todo fluya. Lo ideal es que entre los dos formen el equipo perfecto: eficientes, elegantes… y con una copa en la mano celebrando junto a vosotros, porque sí, también queremos que vivan la boda al máximo, igual que los novios.
Y si hay un momento que no puede faltar en ninguna boda… ese es el primer brindis. ¿Quién lo inicia? Exacto: el padrino de boda. Será él quien anime a todos los invitados a levantar sus copas y brindar por vosotros, por el amor, y por ese futuro que comienza. Un gesto sencillo, pero cargado de emoción, que marca oficialmente el inicio de la celebración.
Más adelante, llega otro momento especial: el de repartir los detalles a los invitados. Tradicionalmente, el padrino y el novio se encargan de entregar los regalitos a los hombres, mientras que la madrina y la novia hacen lo propio con las mujeres. Es una bonita forma de agradecer a todos por acompañaros en este día tan especial.
Ahora bien, si preferís delegar, podéis confiar esta tarea a personas cercanas, como las hermanas de los novios o ese grupo de amigas incondicionales. Pero si quieres un consejo de corazón: tomaros un ratito para pasar por las mesas vosotros mismos. Ese gesto de dar las gracias en persona, aunque sea con una sonrisa y un abrazo rápido, se queda grabado en la memoria de los invitados… y también en la vuestra.
Y por último, si el padrino de boda es el padre, protagonizará uno de los momentos más especiales de la boda junto a su hija, el baile entre padre e hija.
Padrinos de boda religiosa requisitos
Los padrinos de boda religiosa necesitan estar bautizados, tener más de 14 años, ser unas personas responsables y en el caso de estar en pareja, que sea un matrimonio regular. Para las bodas civiles, el padrino de boda tiene que ser mayor de edad y poseer DNI.
El padrino de boda comparte muchos momentos con la novia, antes, durante y después del enlace. Esos momentos compartidos hará que la unión sea aún más fuerte. ¿Un tip? Sorprender a vuestro padrino de boda cuando le vayáis a pedir que sea uno de vuestros “guardianes”. Un poema, una foto juntos, una frase emotiva… ¡No olvidará ese gesto nunca! Y vosotros, ¿ya habéis decidido quién será vuestro padrino de boda?
Etiqueta y vestimenta del padrino: qué dice el protocolo
El atuendo del padrino también debe estar a la altura del momento. Al fin y al cabo, su papel es clave durante la ceremonia y su imagen debe reflejar la importancia de esta responsabilidad. Tanto si se trata de una boda civil como religiosa, el padrino debe vestir en armonía con el estilo del enlace.
Si la boda tiene un carácter formal, la opción infalible es un esmoquin o un traje de corte clásico en tonos sobrios —el azul marino, el gris marengo o el negro nunca fallan—. En cambio, si celebráis una boda más desenfadada, especialmente en verano y al aire libre, podéis optar por trajes en tonos claros como el beige, el azul cielo o incluso un lino natural, siempre con elegancia y cuidando los detalles.
Un apunte importante: si el novio lleva chaqué, el padrino debe ir también con chaqué. Es parte del protocolo tradicional y visualmente, ambos deben estar en sintonía. Piénsalo como un dúo estilístico que marcará la diferencia en todas las fotos.
Más allá del estilo, la elección de los materiales es clave para que el padrino no solo luzca impecable, sino que se sienta cómodo durante toda la jornada. Tejidos como la lana fina, la seda o el algodón de alta calidad ofrecen ese equilibrio perfecto entre elegancia y confort. Y si la boda se celebra en un clima cálido —como tantas bodas veraniegas al aire libre—, los tejidos más ligeros y transpirables, como el lino, se convierten en una magnífica opción. Elegantes, frescos y con ese aire desenfadado que sigue siendo chic.
Eso sí, independientemente del tejido, el ajuste lo es todo. Un traje a medida o perfectamente adaptado al cuerpo marca una diferencia abismal. El padrino, al igual que el novio, debe proyectar presencia y estilo sin parecer encorsetado. Así que ojo con las solapas, los hombros, el largo de las mangas y los pantalones… todo debe revisarse y, si es necesario, ajustarse antes del gran día.
Los detalles también suman muchísimo: una corbata bien elegida, un pañuelo de bolsillo con un toque de color, un chaleco que armonice con la paleta de la boda… Todo ayuda a construir una imagen cuidada y coherente.
Y si hay algo que nos encanta, son esos pequeños guiños personales que hacen del look algo único. Unas iniciales bordadas en la camisa, un reloj familiar con historia, unos gemelos heredados… Son esos detalles sutiles que no rompen con la formalidad del evento, pero que hablan de la persona que los lleva. Igual que para el novio, para el padrino, los pequeños toques personales son oro.
No podemos olvidarnos de un detalle clave: el calzado. El padrino estará de pie durante horas —ayudando con la organización, acompañando al novio, saludando a los invitados— y, por supuesto, disfrutando de cada instante. Por eso, unos zapatos cómodos y bien ajustados son imprescindibles.
Al igual que recomendamos a las novias caminar con sus tacones antes del gran día, el padrino también debería probar sus zapatos con antelación. Así se asegura de que no le hacen rozaduras, se adaptan bien a su pisada y no le jugarán una mala pasada en mitad de la celebración. Porque sí, se puede estar elegante sin renunciar a la comodidad.
Ideas para sorprender al padrino y agradecer su papel
Ha estado a tu lado en todo momento. En los nervios previos, en los preparativos, en los detalles que nadie más veía. El padrino no solo cumple un papel importante durante la boda, lo vive con vosotros. Y por eso, merece un gesto que le diga —sin necesidad de muchas palabras—: gracias por tanto.
Si quieres tener un detalle especial con él, aquí tienes algunas ideas que te van a encantar:
Una carta escrita a mano: sincera, emocional y directa al corazón. Cuéntale lo que ha significado para ti tenerlo ahí en ese día tan especial.
Un regalo con intención: unos gemelos personalizados, un reloj grabado, una botella con etiqueta especial, un pañuelo bordado con algo que hable de él y de vuestro vínculo,… ¡algo que le deje boquiabierto!
Un recuerdo único: una foto especial enmarcada, una camisa con sus iniciales bordadas o un accesorio que haya llevado ese día y que puedas personalizar después.
No hace falta algo grande, basta con que sea auténtico y con significado. Porque un padrino de verdad se entrega sin esperar nada a cambio… pero recibir un “gracias” bonito, siempre emociona.
Porque el padrino no solo es parte del protocolo, es una pieza clave en vuestro viaje juntos. Un hombre que te ha visto crecer y te ha guiado en cada paso hasta llegar al altar. Su papel es único, y agradecerle su presencia y apoyo en este día tan especial, es una forma de honrar todo lo que representa para ti.