Si te casas por lo civil y quieres organizar un enlace original y romántico, apuesta por la ceremonia de las velas. También conocida como la ceremonia de la luz, es la representación perfecta de la nueva vida, de dos personas que pasan a caminar por un único sendero.
Esta ceremonia simboliza la puesta en marcha de un proyecto en común. La nueva vida de dos personas que han decidido pasar el resto de sus días juntos iluminándose el camino mutuamente. ¿Quieres saber más?
Las velas: Crea la ceremonia más mágica
Aunque su origen no está claro, esta ceremonia está totalmente desligada de toda religión. ¿En qué consiste? Cada novio tomará una vela que pueden encender cada uno o, para más simbolismo, dejar que sean el padrino y la madrina quienes las enciendan. Ambos tomaran las velas en sus manos y unirán las llamas en una gran vela.
¿Cuál es el momento para encender las velas? Al tratarse de una ceremonia personalizada, no hay un momento específico. Por lo general, se suele hacer en el intercambio de alianzas o después de dar el ‘sí, quiero’ pero, repetimos, es totalmente opcional el momento de dar luz a vuestro amor.
Además, podéis acompañar este momento con vuestra canción favorita, pedir a algún invitado que recite un poema, ser vosotros mismos los que dediquéis algunas palabras a ese momento tan especial… Pero, para ayudaros, os dejamos un texto del sacerdote belga Phil Bosmans
“Dejad que arda una vela el día de vuestra boda, es un símbolo que alumbra y acompaña. Después de pasados algunos años debe recordaros lo que hoy os habéis prometido. La vela del día de vuestra boda os susurra al oído: lo he visto. Mi llama estaba presente cuando os cogisteis las manos y regalasteis vuestro corazón. Soy algo más que una simple vela. Soy un testigo mudo en la casa de vuestro amor y continuaré viviendo en vuestro hogar. En los días en que brille el sol, cuando sintáis una gran alegría, cuando una bella estrella brille en el horizonte de vuestras vidas no necesitaréis encenderme.
Encendedme cuando anochezca, cuando irrumpa en vosotros una tormenta. Encendedme cuando haya que dar el primer paso y no sepáis cómo; cuando sea necesaria una explicación y no encontréis las palabras; cuando queráis abrazaros y los brazos estén paralizados, encendedme. Mi luz será para vosotros un signo claro. Habla su propio idioma, el idioma que todos entendemos. Soy la vela del día de vuestra boda. Dejadme arder mientras sea necesario, hasta que los dos unidos mejilla con mejilla, podáis apagarme. Entonces os diré agradecida: hasta la próxima vez”.
Además, podéis personalizar las velas con vuestros nombres y la fecha de la boda. ¡Qué en vuestro matrimonio siempre gobierne la luz!