La nueva colección de novia de la diseñadora Ana Prados es una muestra heterogénea con vestidos de inspiración vintage para diferentes estilos de novia y referencias a diferentes épocas históricas. Te contamos todos los detalles.
La nueva colección ‘Tempo’ de la diseñadora Ana Prados debió haberse presentado hace meses, pero la pandemia llegó para alterar los planes de su artífice e incluso para transformarla.
Hoy ‘Tempo’ es completamente diferente al proyecto inicial, pero el resultado es verdaderamente maravilloso y define absolutamente la manera de trabajar de esta extraordinaria creadora de origen gallego.
‘Tempo’, diseños de diferentes épocas para novias actuales
‘Tempo’ es una colección de muestra del trabajo de su creadora, la diseñadora Ana Prados. Ella es una auténtica maestra de la costura, al más puro estilo LucíaSeCasa, una modista artesana, a medida, de las de siempre, que no realiza colecciones de venta, pero que ha lanzado esta propuesta y presentará colecciones periódicas para mostrar su manera de trabajar e inspirar a las novias.
Se trata de una colección heterogénea, con diseños pensados para diferentes tipos de novia y que poco tienen que ver entre sí. Sin embargo, todos ellos identifican a Ana Prados y definen su estilo y su modo de trabajar, que era el objetivo.
La colección está categorizada en diferentes épocas, y los vestidos están influenciados por el gusto de la diseñadora por la tendencia vintage, muy retro. Sus referentes son la temática belle epoque, el romanticismo, los años 50… Y todas estas épocas dejan su impronta en las diferentes propuestas. «Es una muestra de lo que me gusta, de los que me inspira, de lo que mi retina ha ido reteniendo a lo largo de los años», explica Ana Prados.
En la colección se puede encontrar desde un vestido de algodón a un vestido de volumen más clásico o un dos piezas que lleva una bata por encima y que la diseñadora realizó con una cortina antigua reciclada. No tiene nada que ver un diseño con otro.
El nombre de ‘Tempo’ resume un poco todo el concepto de la muestra. Por un lado, tiene que ver con el concepto italiano del tempo musical, que es la velocidad con la que debe ejecutarse una pieza de música, mundo al que Ana Prados se encuentra también muy vinculada. Por otro lado se refiere al tempo gallego, el tiempo que corre, los tiempos que nos ha tocado vivir, el plantearse si es el momento o no de presentar una nueva colección. Tempo resume mucho la situación actual.
Por último, es una muestra de vestidos inspirados en diferentes épocas, en tiempos diferentes, en tiempos y vivencias determinados.
Apuesta por la modistería tradicional
La filosofía de Ana Prados es recuperar la modistería artesanal como oficio, por eso todos sus diseños tienen un trabajo muy manual, una confección y unos acabados muy cuidados.
“Yo no hago diseños como tal, me baso en la clienta a la hora de trabajar, en lo que me dice, en cómo es, en lo que le gusta. Hay vestidos que creo a partir de una idea que tengo en la cabeza de un diseño, de un volumen, de una estructura, y en otros casos es el tejido lo que me inspira. Veo un tejido y lo convierto en un vestido. Y es lo mismo que me pasa con las clientas: hay clientas que vienen con una idea muy determinada de lo que quieren, una estructura, unas hechuras. Luego vamos buscando las telas y del conjunto sale el diseño”, asegura la diseñadora.
Cada uno de los vestido de novia que sale del atelier de Ana Prados es único porque cada clienta es única y se realiza cada diseño a medida y específicamente para cada una de ellas. «Creamos según sus estructuras, según sus gustos, según las telas que les gusten».
El proceso creativo de cada vestido de novia pasa por la realización de varias pruebas. «suelen ser unas cuatro pruebas como mínimo, porque en la primera siempre hago el vestido en otra tela y probamos diferentes mangas, vamos abriendo escotes, cerrando… Hasta que no está todo ajustado, todas las estructuras y el diseño creados, no trabajo en el tejido final», explica.
«Es un proceso muy artesanal en el que la clienta es muy partícipe porque al final la prenda es para ella y tiene que ser algo con lo que se identifique y que le haga sentir ella misma».
Además, Ana Prados realiza los tocados de muchos de sus diseños, ya sean de porcelana o de otros materiales.
Pedagogía del diseño
Cuando la diseñadora Ana Prados inauguró su atelier, decidió invertir parte de su tiempo a la formación para contribuir a la preservación de la modistería artesanal como oficio. Fue así como surgió la idea de crear también una academia.
El amor de Ana Prados por la enseñanza viene de lejos. En su día fue pedagoga, hasta que en un momento de su vida cambió de sector por completo para empezar a dedicarse a algo que siempre le había gustado, la confección. Entonces comenzó a formarse de manera formal, porque siempre había cosido de manera autodidacta, y lanzó una primera firma de tocados y complementos.
Tras más de diez años de formación en diferentes puntos del territorio nacional «me fijé en que en Galicia, donde resido, hay mucha tradición de confección, pero no hay donde formarse. La formación está más dirigida al sector industrial, tanto la confección como el patronaje, y mi idea es que la gente que quiera dedicarse a la confección tenga en mi escuela un sitio donde aprender bien, para que la modistería no se pierda y se siga trabajando como se hizo siempre. Las profesoras con las que yo me fui formando es gente que ya está jubilada, gente que me enseñó muy bien a coser, y eso es lo que quiero seguir transmitiendo».
Ana Prados ofrece el sistema Martí de patronaje, «un sistema muy antiguo pero muy a medida, se toman muchas medidas y la confección es muy artesanal”.
«Desde la parte de la academia formo a gente que quiere sacarse la titulación y también a gente que quiere desconectar y aprender a hacerse sus propias prendas. Pero la formación está dirigida de la misma manera: es patronaje a medida con una confección en la que se sigue trabajando de manera artesanal: echamos puntos flojos, hilvanamos, probamos, rectificamos… Viene gente de fuera, de una sastrería de Madrid, de una camisería de Barcelona, un sastre de Tarragona… Suelo contar con profesionales que llevan ya años en el sector y que están especializados en determinados aspectos de la confección, como sastrería o la realización de trajes de baño, por ejemplo, y con ellos organizo workshops intensivos de fin de semana de vez en cuando que me sirven a mí misma para ampliar mis conocimientos y en los que participan otros profesionales».
Y es que, sin ninguna duda, Ana Prados es maestra de la costura por partida doble.