Ya sea por tenerlo más a mano, o por tener una confianza que solo se consigue conviviendo bajo el mismo techo, hay algunos tipos de sexo que solo se practican en relaciones largas de pareja.
Hay tipos de sexo que solo se practican en relaciones largas, cuando la confianza y la seguridad en la pareja se han establecido y se convive bajo el mismo techo. Aunque ahora te parezcan impensables algunas de ellas, llegará el momento en el que las incorporéis a vuestros hábitos. Si ya conocéis todas las posibilidades, eso es que vuestra relación va viento en popa y a toda vela.
5 tipos de sexo que solo se practican en relaciones largas
1. El sexo clásico Ya os conocéis y sabéis exactamente lo que le gusta al otro. Queréis sexo, pero no necesitáis experimentar cosas nuevas, preferís ir a lo seguro para satisfacer la necesidad del momento. Sin tonterías ni florituras. En todas las relaciones largas hay momentos de menor inspiración en los que un polvo clásico es más que suficiente. Tantos como momentos “no sex”, esos en los que te metes en la cama, das un beso de buenas noches a tu pareja, y te echas a dormir, porque para eso estáis en la cama. Situaciones que parecen impensables al principio de la relación.
2. El sexo matutino También conocido como dominguero, aunque pueda darse también los sábados por la mañana o en vacaciones, es el sexo de las mañanas sin despertador. Cuando notáis que vuestra pareja se ha despertado a vuestro lado y se aferra a las sábanas, aprovechando que no tiene obligaciones inmediatas, más allá de las puramente fisiológicas. No veáis cómo entra el desayuno después.
3. La siesta de verano La combinación polvo-siesta no falla. Imagina esta situación: os metéis juntos en la cama para descansar en pleno veranito, relajados después de la comida, fresquitos quizá tras un baño o gracias al aire acondicionado de la casa. El momento suele transformarse en todo menos en descanso. O en una combinación de las dos cosas, porque el momento de relax llegará después. Es inevitable.
4. El sexo de sofá y manta Fuera llueve y no se os ocurre un plan mejor que un maratón de series o de pelis en el salón, con palomitas y manta. Allí los dos, solos, tumbados cerca, abrazados quizá. Nuestra recomendación es que tengáis el mando a distancia a mano por si surge alguna escena subidita de tono que precipite la situación (si es que es necesario que pase esto para precipitarla) y necesitáis interrumpir la emisión. Después seguiréis como si tal cosa con la programación y, quizá, con algo más de hambre.
5. El sexo “aquí te pillo, aquí te mato” El sexo rápido o quickie añade espontaneidad a la relación y una buena dosis de transgresión y peligro, sobre todo cuando se realiza en un escenario improvisado, lo que hace que sea muy tentador. Es el sexo en el probador, aprovechando que estáis buscando un vestido nuevo, o en un rincón de la casa mientras los invitados esperan en el salón a que llevéis la comida que habéis preparado para ellos.
Solo las parejas que se conocen bien saben lo que excita al otro para lograrlo en tiempo récord y llevarle en el menor tiempo posible al punto óptimo de ebullición que facilite este tipo de encuentro. Serán las experiencias que más recordéis.