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Pierde su anillo de bodas en el mar y lo encuentra meses después

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Nathan Reeves, el primer protagonista de nuestra historia de hoy, buceaba tranquilamente en las aguas del Pacífico de la isla de Norfolk, Australia.

 

Durante su baño, tuvo la mala suerte de perder su alianza de boda. Aunque Nathan hizo algún esfuerzo por recuperarla, enseguida comprendió que aquello era una “misión imposible”.

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Fotografía: Pixabay

Una alianza, un pez y un océano

Sin embargo, cuando el destino, la destreza y la suerte se juntan, pueden hacer cosas maravillosas. Así, varios meses después, Susan Prior, una buceadora, estaba sumergida en la misma playa en la que meses atrás Nathan había perdido su alianza. Cuál fue la sorpresa de la buceadora cuando descubrió que un pequeño pez actinopterigio, uno de los más habituales de este océano, tenía en su cuerpo una especie de esfera dorada. Susan conocía la historia de la alianza perdida de Nathan por lo que enseguida supo de qué se trataba.

Fotografía: Susan Prior
Fotografía: Susan Prior

“Vi al pez con un aro alrededor del cuerpo que yo creía de plástico, pero parecía algo dorado y brillante, con mucha menos alga acumulada comparada con los aretes de plástico con los que nos encontramos normalmente”, relataba la buceadora en su blog. “Fue entonces cuando recordé que alguien había publicado algo de un anillo perdido en nuestra página de Facebook local, así que traté de encontrar a su dueño. No pasó demasiado para que se confirmaran mis sospechas, y ahora tenemos a un pobre pez que tiene dificultades para nadar por culpa del pesado anillo de boda de alguien”.

Sin embargo, esta misión todavía no ha finalizado ya que, para recuperar el anillo, tienen que esperar a que el pez lo suelte o su vida llegue a su fin. Aunque Nathan y Susan probaron con diferentes métodos, no dieron con el definitivo. La buena noticia para ellos es que muchos vecinos, al enterarse de esta situación, se ofrecieron para intentar ayudar en el rescate de la alianza. Esa misión no podrán desempeñarla, por el momento, pero sí podrán ayudar a retirar las toneladas de plástico que se interponen entre los peces y el océano en el Pacífico.

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