Laura Mesi, una entrenadora de fitness de 40 años, fue la primera mujer italiana en casarse consigo misma.
A sus 40 años, Laura Mesi decidió darse el “sí, quiero” a sí misma. Celebró una boda por todo lo alto en una granja en Vimercate donde no faltó la ceremonia, las damas de honor e incluso una tarta nupcial de cinco pisos de altura. Lo único que no hubo: un novio esperando en el altar.
La italiana tomó la decisión dos años atrás pero, esto no viene de ninguna ruptura amorosa. “Me di cuenta de que no tenía porqué estar soltera. Yo quería casarme. Pero sola. Conmigo misma”. “Tengo muchos amigos y una gran relación con los hombres. Simplemente, entiendo que estoy bien conmigo misma y esta es mi felicidad y mi logro”. Así, como si de cualquier otra boda se tratase, Laura Mesi celebró el amor, pero el propio.

Laura lució un vestido blanco de novia, de palabra de honor y tul bordado con cristales de Swarovsvki. Sin duda, una boda como cualquier otra, salvo una pequeña diferencia, no daría el “sí” a otra persona. En su boda no faltó ningún detalle. Eso sí, la ceremonia, oficiada por un amigo suyo, carecía de valor legal o religioso. Lo que no hizo que deje de ser un sueño para la novia, quien confesó que no había sido un proceso sencillo, y es que a lo largo de esos dos años fueron muchas las personas que intentaron que Laura cambiase de decisión. “No he querido aceptar que nada ni nadie me diga qué es lo que debo hacer”.
“Creo firmemente que cada uno de nosotros debe amarse primero así mismo. Puedes vivir un cuento de hadas sin el príncipe azul”. Un cuento de hadas que, cómo no, terminó con una luna de miel: en Egipto y ella sola.