Para celebrar su boda en Castellón, Laura y Emiliano eligieron una antigua masía cuidadosamente restaurada en un marco natural incomparable. Un sitio de ensueño con una gastronomía extraordinaria que hizo las delicias de novios e invitados.
Laura y Emiliano compartían trabajo cuando se enamoraron y, tras un tiempo de relación, decidieron casarse el pasado 28 de abril de 2018.
Eligieron Castellón de la Plana para darse el Sí, quiero, y buscaron dos edificios emblemáticos para desarrollar tanto la ceremonia religiosa como el banquete.
Así fue la boda de Laura y Emiliano
Para oficiar la ceremonia religiosa eligieron el santuario-basílica de Nuestra Señora del Lledó, un edificio del siglo XVII a un kilómetro de la ciudad de Castellón, que conserva detalles decorativos de diversos estilos artísticos, ya que se edificó sobre los restos de templos anteriores.
El banquete, por su parte, se ofreció en La Masía Les Casotes, a escasos 10 minutos del centro de Castellón. Se trata de un magnífico complejo adosado a una masía del siglo XVIII, rodeado de jardines y campos de naranjos, y dotado de unos equipamientos y servicios extraordinarios.
Entre las infraestructuras más atractivas de esta finca, que forma parte del catálogo histórico artístico de Castellón de la Plana como edificio y entorno de máximo interés, destacan una antigua ermita y la propia vivienda señorial, que fue respetuosamente restaurada a finales de la década de los 80.
El menú corrió a cargo del equipo de profesionales dirigidos por el prestigioso restaurador Miguel Martí, que destaca por ofrecer una gastronomía excepcional. Sus innovadoras creaciones en la decoración de sus platos y sus increíbles propuestas de show-cooking en directo, son dos de sus señas de identidad inconfundibles.
Para la organización y la decoración del evento, Laura y Emiliano contaron con la colaboración de la wedding planner María José Agost, de El laboratorio imaginario. Y para las invitaciones recurrieron a Llar Digital, de Castellón.
El vestido de la novia
Laura eligió un vestido del diseñador Franc Sarabia, que compró en el Atelier by Penhalta, de Valencia. El diseño destacaba sobre todo por los delicados detalles de encaje y los bordados en cuerpo, espalda y mangas. Completó su look con zapatos de Gloria Ortiz, tocado de Pronovias superpuesto al velo y joyas herencia de su familia.
La floristería de Valencia La Tartana se encargó del ramo y del resto de la decoración floral.
Respecto al maquillaje y al peinado, Laura recurrió a las estilistas del centro de belleza La Casa de Verona, de Castellón.
El outfit del novio
Emiliano eligió la sastrería Toque de Sastre, de Madrid, para la confección de su traje de chaqueta, que acompañó de camisa blanca, pañuelo a juego y corbata rojo vivo.
Entre las invitadas más elegantes estuvieron la madrina, que lució un diseño de Nati Jiménez, y la madre de la novia, de Esthefan.
El momento más emotivo
Nos cuentan los novios que hubo muchos momentos emotivos en su celebración, pero destacan tres como los más especiales: “el regalo de los ramos a nuestras madres, la entrega del ramo de novia a María, la hermana del novio, y el regalo que nos hicieron nuestros amigos, un álbum de fotos cargado de dedicatorias preciosas”.
Por su parte, los novios decidieron que su boda tuviese un fin benéfico, y su regalo para los invitados fue una donación a la Asociación Española Contra el Cáncer.
Todos estos momentos fueron inmortalizados por el fotógrafo Pedro Floro y por el videógrafo Adam Brenes, de Micrea Film Projects.
La sensacional luna de miel con la que pusieron punto y final a su boda Laura y Emiliano fue un viaje por la Costa Oeste de EE.UU. y la Polinesia Francesa organizado por la honeymoon planner Bárbara Cortés.