Todas nos hemos imaginado, alguna vez (o muchas), esa escena en la que nuestro chico se arrodilla previa parafernalia y nos pide matrimonio. Y es que, no nos engañemos, nos encantan esas historias. Por eso, hoy os queremos hablar sobre las pedidas de mano más románticas que ha organizado la agencia especializada en viajes Sitúmedicesvoy. ¡Son para morir de amor!
Las pedidas de mano curradas nos vuelven locas. Aunque tradicionalmente era el chico quién lo hacía, hoy por hoy cada vez son más las féminas que se lanzan y preparan una sorprendente pedida a su chico. Para ilustrar este post hemos hablado con el equipo de Sitúmedicesvoy, agencia de viajes online, y nos han contado las cuatro pedidas de manos más románticas que han tenido el placer de organizar.
Las pedidas de mano más románticas contadas por Sitúmedicesvoy
1. Hace años Daniel nos pidió ayuda para declararse a su mejor amiga (Bea) de toda la vida. Ahora, años después, y con un bebé en camino, nos ha permitido contaros el proceso. Se trataba de un viaje de dos familias que habitualmente viajaban juntas de safari por las maravillosas tierras de Tanzania. Después de cinco días descubriendo ese maravilloso país, una noche despertamos a Bea y la llevamos en todoterreno al lugar designado. Allí la esperaba un globo aerostático que inflamos entre todos, se subieron los dos en la cesta y allí y con las planicies del Serengeti como testigo mudo, Dani se declaró e incluso hoy en día lo recuerdan con emoción como uno de los momentos más maravillosos de su vida.
2. Carla siempre nos pareció una chica valiente y decidida. Llevaba dos años viviendo con Juan y fue ella la que nos pidió ayuda para declararse. En este caso, les preparamos una cena en privado alumbrada por velas en un templo, en la mágica ciudad de Bagan (Birmania). Ante semejante despliegue Juan no dijo sí, dijo “por supuesto”.
3. Lo más difícil creemos fue el caso de Mónica y Paco. En este caso tuvimos que compincharnos con un instructor de buceo en Maldivas para que al realizar la inmersión en esas aguas ella encontrase el anillo y él se declarase por señas bajo el agua... Elegimos una localización no muy profunda por si la emoción o los nervios les obligaban a subir rápido a la superficie, y así fue.
4. Jorge y Alicia habían hecho algún viaje con jornadas de trekking con nosotros a Bután y al Kilimanjaro y, en esta ocasión no necesitaron mucha ayuda por nuestra parte. Se levantaron para ver amanecer sobre Machu Picchu y, tras ascender al Wayna Picchu, él pronunció las tres palabras mágicas: «¿quieres casarte conmigo?»
¿Cómo os gustaría que fuese la vuestra?