El Castillo de Sanguino es un espacio fascinante con una gran historia, perfecto para ofrecer todo tipo de eventos únicos y espectaculares. Es también un escenario único para celebrar una boda de película.
Las fortalezas medievales son un reclamo turístico en todo el mundo, no solo para aquellos interesados en su historia, sino también para quienes quieran apreciar las impresionantes edificaciones, los detalles arquitectónicos y los paisajes que forman, como vestigios de la historia.
Por suerte, España está repleta de rincones mágicos, espacios que han sido el escenario más apropiado para películas y series que han dado la vuelta al mundo y en los que se pueden celebrar bodas memorables. Los castillos y los palacios son dos de los enclaves más solicitados por su majestuosidad.
Por eso descubrir el Castillo De Sanguino, en la localidad segoviana de Valdeprados, una joya del siglo XV que alberga jardines, esculturas, árboles centenarios y el murmullo del agua, es, sin duda, un regalo para los que quieren el espacio perfecto para el “sí, quiero”. Pero, también, junto a su bello y recoleto pueblo de Valdeprados, en Segovia, es el lugar especial para celebrar todo tipo de eventos.
La magia de casarse en un escenario de película
El antes llamado Castillo del Conde de Puñonrostro, ahora propiedad del escultor español e internacional Luis Sanguino, nos descubre un espacio maravilloso en el que conviven arcos, escudos, ventanales espectaculares, dinteles únicos y una colección de arte muy importante del afamado escultor, en la que se encuentran obras y esculturas propias o de otros autores y artistas, como un espectacular Zuloaga, Enrique Navarro, Sorolla, Fortuny o Jan de Ruth, entre otros muchos.
El Castillo de Sanguino es el escenario perfecto para producciones de cine, shootings de moda, cenas temáticas, convenciones, seminarios y cualquier celebración de ensueño.
También para presentaciones de productos internacionales, rodajes de películas tanto históricas como con pasajes o temáticas especiales, cenas de empresa con un mínimo de comensales, eventos temáticos y ambientados de época. etc.… Para todo o casi todo reúne este espacio las condiciones perfectas para su éxito.
La localidad de Valdeprados, por su parte, es escenario actualmente de la serie española Cuéntame y también se rodó en ella Las ovejas no pierden el tren, de Álvaro Fernández Armero con Raúl Arévalo, Inma Cuesta y Candela Peña.
En su entorno histórico, donde se enmarcan el torreón y su espectacular residencia afrancesada con salones para 200 personas, se encuentran los jardines del famoso escultor.
Allí, entre rincones especiales y románticos, habitan junto a la naturaleza las esculturas del genio internacional Luis Sanguino. Disfrutar de sus Amantes, de los Faunos, de las Damas, conjuntos escultóricos de grandiosas mujeres icónicas, bustos históricos de grandes personajes o una piscina presidida por un conjunto mitológico que la hace única, es un verdadero lujo que pocos espacios pueden ofrecer.
Sentirse en casa en esta increíble finca familiar es una oportunidad única de convivir con la Historia de España, pero también con la época neoyorquina del escultor, junto a Dalí o Jack Rudin, época en la que realizó la obra The Inmigrants, en Battery Park, o el busto retrato de JFK. También de descubrir sus años en México, de donde se ha traído el escudo de la Virgen de Guadalupe, que destaca en el balcón principal de la preciosa torre del conjunto.
El salón de armas y el Trono Real, las terrazas afrancesadas de estructura clásica y nostálgica…
Todo ello en una mezcla de los siglos XV castellano junto al francés neoclásico del Siglo XIX crean un ambiente bucólico de campiña idóneo para todo tipo de eventos de cuento, en los que la creatividad da lugar a soñar con carpas beduinas, medievales, contemporáneas o con una decoración ecléctica y muy personal.
El bello pueblo de Valdeprados cuenta, además, con tres casas rurales muy especiales y acogedoras, y en su proximidad hay hoteles maravillosos, tanto en los Ángeles de San Rafael como en Segovia, donde es posible hospedarse con el Acueducto romano o el Alcázar como visión para despertar al día siguiente. Una opción nada desdeñable.