En la programación de tu boda deberás incluir un momento clave que puede ser más o menos romántico, más o menos divertido: cortar la tarta nupcial. Decide con antelación cuándo va a aparecer el postre y qué enfoque que queréis darle. Y, si tenéis la posibilidad, ensayad antes.
Cortar la tarta nupcial sigue siendo uno de los momentos más divertidos del banquete. Por eso, la mayoría de los recién casados lo incluyen en su planning del día y siguen disfrutando de esta tradición. Elegir bien el momento lo hará mucho más divertido.
Elige bien el momento para cortar la tarta nupcial
El protocolo recomienda cortar la tarta nupcial al final de la comida, una vez retirados los platos principales, y justo antes de empezar la fiesta; cuando los invitados esperan el café y el postre. Sin embargo, la decisión final es cosa de dos: vosotros elegís el momento exacto para hacerlo.
Por ejemplo, podéis dar paso a diferentes discursos programados antes de que la tarta entre en escena, intercalarla entre discursos, o simplemente darle paso inmediatamente después de retirar el último plato. También hay quienes prefieren servir otros postres con el café y reservar el corte de la tarta para un momento de la fiesta, que puede ser inmediatamente después del primer baile de los recién casados o incluso más adelante, a modo de sorpresa inesperada.
En cualquier caso, os recomendamos acompañar su entrada con una canción que tenga un significado especial para vosotros. Así concentraréis la atención de todos vuestros invitados, que estarán sentados en sus sitios conversando plácidamente… o bailando, dependiendo del momento.
Cortar bien la tarta nupcial, todo un reto
El protocolo indica que debe ser la novia quien tome el cuchillo para cortar la tarta, mientras el novio coloca su mano sobre la de ella. Deberá cortar una pequeña porción y depositarla en un plato. De ella, el novio le dará un trocito a la novia y ella deberá hacer lo mismo con él.
Aunque pueda parecerte tarea fácil, te recomendamos consultar con el repostero la mejor manera de realizar el corte. Deberás ser rápida, limpia y evitar que el conjunto se desmorone. El momento puede ser divertido, pero por la manera en la que decidáis enfocarlo, no porque ocasionéis un desastre que desate las carcajadas de vuestros invitados.
Daros de comer el uno al otro es opcional. Lo mismo que mancharos la nariz (¡o lo que se os ocurra!) con un poquito de tarta. Cada pareja decide cómo vivirlo. En cualquier caso, os recomendaros tener servilletas a mano, por si en algún momento os puede la emoción y tenéis que limpiaros.