El día de nuestra boda todas queremos ser Rihanna y ”brillar como un diamante”. Es nuestro día. No es ser egocéntricas ni mucho menos vanidosas. Es que es innegable que somos las protagonistas y todas las miradas estarán puestas en nosotras.
Todo en la vida cambia. Si comparamos nuestra sociedad con la España del siglo XIX podemos ver la evolución de la mujer, como todos nuestros derechos se han ido igualando. La educación ha mejorado, han ido surgiendo nuevos puestos de trabajo a medida que la humanidad a evolucionado… ¡Incluso nuestra forma de alimentarnos es distinta! Pero también hay cosas que se han mantenido, como que la novia sigue siendo el centro de atención en una boda.
¿Cómo brillar en nuestra boda más que nadie?
Da igual los meses, años o siglos que pasen: en una boda lo que todo el mundo está deseando ver es a la novia. Por supuesto, el novio es igual de importante y sin él nada tendría sentido pero debemos reconocer que, por lo general, el outfit de la novia es mucho más llamativo que el de él.
Nuestro cometido es brillar en nuestro día y, sobre todo, que nada nos nuble. Pues esta novia se lo ha tomado muy enserio y al pie de la letra y ha adornado su vestido con cientos de luces. Por supuesto, su novio no lo sabía y no pudo más que quedarse totalmente sorprendido cuando vio a su mujer iluminar toda la sala, como si fuera una luciérnaga.
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Lo cierto es que esta chica consiguió dejar a todos sus invitados boquiabiertos. Además, si queremos sacar alguna otra ventaja a este vestido que te hace brillar más que nadie el día de tu boda (literalmente) podemos abogar que el consumo de luz es muy bajo ya que, por supuesto, el resto del alumbrado estaba apagado para que todo el mundo pudiera tener localizada a la novia en cualquier momento. Solo una persona podía ser Lumière, y la novia tuvo claro quién debía ser.
El vestido nos puede gustar más o menos pero, en lo que seguro que todas estamos de acuerdo, es en calificarlo, como mínimo, de original.