A la hora de elegir el ramo de novia es fácil sentirse abrumada a causa de la cantidad de opciones existentes: formas, tamaños, tipos de flores… Estos consejos te ayudarán a dar con el mejor complemento tanto para tu look bridal como para el estilo de tu boda.
Una manera muy práctica de ir perfilando lo que buscas es hacer una lista con las especies y las composiciones que más te gustan y crear un tablero en Pinterest con imágenes en las que aparezcan. También puedes ir guardando fotos de Instagram.
Con todo ello y otros elementos clave como las características de tu vestido, el lugar donde te vas a casar o el estilo de la celebración, será más sencillo elegir el ramo de novia perfecto.
Claves para elegir el ramo de novia perfecto
Si eres una absoluta novata en temas de flores, hazte las siguientes preguntas:
COLORES
¿Has definido una paleta de colores determinada para tu boda? ¿Has elegido los vestidos de tus damas de honor? ¿Vas a llevar algún complemento con un color diferente al blanco del vestido?
FORMA y TAMAÑO
¿Te gustan los ramos redondeados? ¿Los prefieres en cascada? ¿Prefieres ramos delicados, de pequeño tamaño, o grandes? Por su forma y tamaño, hay que diferenciar entre los siguientes tipos de ramos:
– Bouquet: de no más de 30 cm de diámetro, forma redondeada y flores pequeñas, es perfecto para vestidos de cuerpo sencillo y falda voluminosa, como los de corte princesa.
– Silvestre: desenfadado, con mucha caída y aire boho, suele realizarse con flores de temporada. Es perfecto para bodas rústicas y vestidos con tejidos ligeros, con encaje y bordados.
– Asimétrico: se trata de un bouquet formado por diferentes especies de flores colocadas de manera aparentemente desordenada. Es ideal para acompañar vestidos con cuello halter o escote corazón, sencillos pero sofisticados.
– Cascada: en este ramo las flores caen hacia abajo. Su composición suele ser muy vertical, perfecta para novias altas con velo.
ESTILO
¿Te inspira más un ramo suelto y salvaje o prefieres que sea ordenado y compacto? ¿Te lo imaginas como una pequeña reproducción de un campo de flores silvestres o con el estilo de una ciudad, elegante y pulcro?
Si eres una novia tradicional, elige un ramo tipo bouquet. Su forma redondeada y su tamaño lo hacen elegante y muy manejable. Además, te irán bien los colores clásicos y suaves, como el rosa nude, el melocotón o el blanco.
Si eres una novia romántica, te puede ir mejor un ramo en cascada en color nude que contraste con el color vivo de flores silvestres o con el verde de algunas hojas.
Si vas a ser una novia boho o rústica, te irá mejor un ramillete silvestre, con flores en diferentes tonalidades.
Por último, si tu boda va a ser moderna, te irá bien un ramo asimétrico, que combine flores de tallo largo con otras más pequeñas.
La estación del año al elegir el ramo de novia
Centrarte en las flores de la temporada en la que celebres la boda es la mejor opción a la hora de configurar el ramo, porque lo hará más duradero y, además, te ayudará a descartar especies.
Si tu boda es en otoño, puedes elegir, por ejemplo, dalias o brezo. Para bodas de invierno se puede optar por tulipanes, anémonas, ranúnculos, calas, rosas o astilbe. En primavera se pueden añadir peonías, paniculata, rosas, lavanda, claveles… Y en verano rosas, margaritas, peonías, dalias, claveles…
Qué debes evitar al hacer la elección
Si no estás completamente segura de lo que quieres, no te sientas obligada a dejarte llevar por las últimas tendencias ni a elegir un ramo gigante. Apuesta por algo clásico y atemporal. Así no tendrás que llevarte las manos a la cabeza cada vez que veas las fotos de tu boda, porque tu ramo no pasará de moda y resultará elegante siempre.
Cómo debes sostener el ramo de novia para lucirlo bien
Un error frecuente de muchas novias en su camino hacia el altar es mantener el ramo demasiado alto. Se trata de un accesorio que debe complementar tu vestido de novia, no ocultarlo. Esto suele suceder por culpa de los nervios, que hacen que los hombros se tensen hasta elevar las manos casi hasta la altura de la barbilla. Un truco para evitarlo es girar ligeramente los codos hacia adentro para sostener el ramo por debajo de la cintura. Este giro impedirá subir el ramo más alto.