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el final inesperado
Andrea Levy
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Cuando están a punto de dar el ‘sí, quiero’… el sacerdote casa a otras dos personas

El vestido de novia con capa que se ha ganado todos los likes en Instagram

Andrea Levy, la salvadora de las bodas

Oscuro Claro

¿Te imaginas que estás a punto de dar el ‘sí, quiero’ y, de repente, tu sacerdote casa a otras dos personas en vez de a tu pareja y a tí? Un final inesperado es el que tuvo esta boda británica. 

Pues esta curiosa historia, que parece más bien recién sacada de una comedia romántica, ha sucedido en una iglesia de Reino Unido.

un final inesperado
Fotografía: Mar de Pecas

Esta boda tuvo un final inesperado para todos los asistentes

Una pareja de novios acudió al sacerdote que les iba a oficiar su boda para que les inscribiera en el Registro Civil. Una vez realizado el papeleo, los futuros marido y mujer tan solo se preocuparon de ultimar los detalles de su enlace. Sin embargo, un giro inesperado de los acontecimientos iba a suceder el mismo día del ‘sí, quiero’ e iba a hacer de esta boda un final inesperado totalmente.

Cuando los novios estaban a punto de convertirse en marido y mujer, su sacerdote nombró a dos personas totalmente ajenas a ellos y les unió en matrimonio. Bueno, no podemos decir que fueran totalmente ajenas. Lo que es seguro es que no eran quienes deseaban formalizar un matrimonio. ¿Quiénes? La mejor amiga de la novia y el hermano del novio quienes, además, eran la dama de honor y el padrino, respectivamente. ¡Menudo error!

el final inesperado
Fotografía: Encarnación Campanario

Los susodichos ni siquiera se conocían antes de entrar a la iglesia y salieron de la misma siendo marido y mujer. Por su puesto, el siguiente paso que tienen que realizar es anular ese matrimonio y que los verdaderos novios vuelvan a pasar por el altar. Esperamos que en la siguiente ceremonia consigan su propósito.

Todo tipo de anécdotas pueden suceder el día de nuestra boda: desde que el anillo no le siente bien a tu esposo, damas de honor que en el último momento se ‘mueren’ de la vergüenza y no pueden desempeñar su cometido, niñas de arras sin arras, novios que no han llegado a tiempo al altar porque la mujer se había puesto de parto… Y, ahora, novios que no lo son pero terminan convirtiéndose en marido y mujer.  Desde luego, la realidad siempre supera a la ficción. 

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