¿Tiene validez legal casarte contigo? Spoiler: no. Pero… ¿y si el valor simbólico fuese aún más poderoso?
Imagina esto: un vestido rojo, un anillo grabado con tu nombre, una ceremonia íntima pero cuidada al detalle, y un “sí, me quiero” que resuena no en un altar tradicional, sino en el centro de tu propia vida. Suena a guión de película, ¿verdad? Pues no lo es. Es la realidad de mujeres como Vanessa García, que decidió dar el paso más importante de todos: comprometerse con ella misma.
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Toggle¿Qué es la sologamia?
La palabra suena exótica, casi inventada. Pero la sologamia existe, y cada vez más personas la abrazan como un acto de amor propio. Se trata de casarse con una misma. Sin papeleo, sin efectos legales, sin ventajas fiscales. Solo tú, prometiéndote cuidarte, respetarte y priorizarte.
¿Te suena la película La boda de Rosa? Candela Peña encarnó a una mujer que, harta de vivir para los demás, decide recuperar su voz casándose con ella misma. Desde entonces, este tipo de ceremonias han cobrado vida fuera de la pantalla.
“Prometo cuidarme. Prometo preguntarme a mí misma primero.” Este emocionante discurso de la protagonista en La boda de Rosa podría hacernos replantear muchas cosas que, como mujeres, a menudo dejamos en un segundo plano. Escucharnos, saber qué necesitamos, debería ser lo primero. Y quizá no haga falta organizar una boda para ello, pero… ¿hay mayor acto de amor propio que celebrar, sin miedo, que nos queremos tanto como para brindarnos una fiesta con las personas que nos rodean?
¿Tiene validez legal?
Aquí viene la parte seria: no. La sologamia no aparece en el registro civil, no te da derecho a tributación conjunta, ni pensión de viudedad, ni días libres por boda. De hecho, a ojos de la ley, sigues siendo soltera.
Pero… ¿de verdad el valor de una boda está en lo que diga el BOE?
¿Moda, rebeldía o revolución silenciosa?
Algunas lo ven como una “excentricidad”. Otras como un acto de empoderamiento. La realidad es que la sologamia no busca reemplazar al amor romántico, sino colocarse por delante de todo. Es, probablemente, uno de los actos más poderosos de amor propio que puedes hacer. Porque, ¿cómo vas a amar bien a otra persona si no te amas bien a ti misma?
Lo explica Teresa Estay, oficiante de bodas y pionera en esta práctica: “No soy media naranja. Soy una fruta completa”. Y punto.
Historias que inspiran
Vanessa, asturiana y pintora de 37 años, lo tenía claro: “Ese día me reafirmé como mujer con amor propio”. Se vistió de novia, envió invitaciones, se compró un anillo… y se prometió que iba a ponerse por delante, por fin. “Fue una ceremonia para hacer tangible lo que ya sentía: que me amo, me respeto y me cuido”.
Y no, no está sola. Otras dos mujeres, con vidas y edades distintas, compartieron altar (sin pareja) con ella en Gijón. Había música, flores, emoción… y sobre todo una misma convicción: no necesitas a nadie para celebrar que estás completa.
¿Solo para mujeres?
Aunque es más habitual ver mujeres protagonizando estas bodas, hay hombres que también lo han hecho. Chus Pedro, cantante asturiano, se casó consigo mismo en una espicha festiva donde no faltó ni la sidra ni la música. Porque sí, también los hombres tienen derecho a ponerse como prioridad.
¿Y si tienes pareja?
¿Casarte contigo implica renunciar al amor de otro? Para nada. Muchas de las personas que practican la sologamia tienen o han tenido relaciones. De hecho, varias aseguran que repetirían la ceremonia incluso estando en pareja. Porque no se trata de sustituir el amor romántico, sino de complementarlo con algo más sólido: el amor
A veces, la sologamia es solo una forma simbólica de decirte: basta. Basta de posponerte, de priorizar a todos menos a ti, de vivir esperando que alguien te elija. Ya va siendo hora de que te elijas tú.
¿Te casarías contigo?
Puede que todo lo que te contamos te haya sorprendido. Puede que te haya hecho sonreír o incluso fruncir el ceño. Pero si algo deja claro la sologamia es esto: no es una moda, es una declaración. De independencia emocional. De autocuidado. De amor en su forma más radical y honesta.
Y ahora la pregunta es: ¿te dirías que sí?