En primer lugar, hay que tener muy claras dos cosas: todas las relaciones tienen etapas y todas las relaciones son diferentes.
Y hay tantas etapas como relaciones existen. Tienes que saber que en cada etapa tendréis que enfrentaros a nuevos obstáculos. No es necesario que estéis preparados para ellos, solo necesitáis saber que queréis superarlos juntos.
¿Cómo volver a tener chispa en una relación?
Cuando en una relación se comienza a perder la llamada “chispa”, surgen las angustiosas preguntas: “¿Estaré con la persona correcta?”, “¿nos hemos dejado de querer?”…
Es momento de meditar y de buscar en nuestro interior las respuestas, pero también en nuestra pareja.
No queremos mirar. Uno de los grandes problemas cuando este sentimiento aparece es que no queremos mirar a nuestra pareja. Nos recreamos en nuestros propios sentimientos, en “yo tengo la razón” y empezamos a construir pensamientos que, aunque no nos demos cuenta, son muy destructores.
Tenemos que ser capaces de sentarnos y, en primer lugar, mirar a nuestra pareja. Seguramente, ese sea el punto de partida para que las cosas empiecen a cambiar. Necesitamos escuchar y ser escuchados. Exteriorizar qué nos pasa y por qué nos pasa. Además, tenemos que comprender a nuestra pareja. No interrumpirle. No esperar a que termine para lanzar la ofensiva.
En todo momento hay que ser conscientes de qué es lo que se pretende: reforzar la relación. En ese camino, las actitudes defensivas, los reproches… no tienen un camino y, si lo tienen, jamás llegarán a buen puerto.
Empezar el cambio. Una vez con todos los asuntos claros, necesitáis poneros manos a la obra con el cambio. Lo más recomendable es que no sea un cambio brusco. Por ejemplo, si antes no os veíais más que una vez a la semana, de repente no empecéis a tener citas todos los días. Que sea paulatino.
No hace falta que hagáis grandes planes juntos, solo hace falta que estéis juntos. Que seáis capaces de sobrellevar la situación sabiendo lo que os ha traído hasta ese momento.
Recordad quiénes sois juntos. Todo será mucho más fácil cuando os acordéis de esos momentos: de las caricias en el sofá, de cuando cantáis música juntos en el coche, de cuando os ponéis los pies fríos en la cama… Los pequeños detalles hacen grandes cosas.
Y, por encima, recordad siempre que el amor, si es amor sano, todo lo puede.