Está claro que los días previos a tu boda los vivirás con nervios. Probablemente te sientas reflejada en este artículo.
Desde que te piden matrimonio hasta que llega el día «b», tendrás la sensación de que tu boda está lejos en distancia y tiempo. Sentirás que estás planeando y planeando y los días pasan a paso de tortuga. Pero de repente te plantas a diez días de la fecha y claro, entonces sí. Te das cuenta de que tu boda es un acontecimiento inminente.
Entonces, ¿que pensarás días previos a tu boda?
1. Que se te olvida algo. Incluso si eres una planificadora meticulosa serás víctima del síndrome de la duda. Cuando tienes tantas decisiones que tomar y tantos detalles que tener en cuenta, es normal que en mitad de la vorágine, te asalte el pánico de «¿me estaré olvidando de algo importante?», «tengo la sensación de que se me olvida algo…«. ¿Un consejo? Haz una lista minuciosa con cada cosa que hagas y cada cosa que quede por hacer. Y revísala a diario. Así será mucho más fácil llevar un control y no caer en falsas inseguridades.
2. Que estás tomando decisiones equivocadas. Ocho días antes de tu boda, te estarás preguntando: «¿Por qué elegí cubiertos dorados en vez de plata? ó ¿Quedarán bien las flores con los manteles?«. A estas voces de ultratumba no deberías hacerle mucho caso o te volverás loca. Se trata de la manifestación mental de todos los nervios que has ido acumulando. Y si de verdad hay algo que no te convence, habla con tu pareja para ponerle una solución.
3. Preocupada por el clima. Después de meses creyendo que el día será soleado y perfecto, ver el clima del día de tu boda por primera vez puede parecer un momento decisivo. Trata de no dejar que te consuma. Ya sea que el clima parezca correcto o totalmente incorrecto, ten en cuenta que es el clima, por lo que puede y probablemente cambiará según lo lejos que esté del gran día que esté. No tomes decisiones precipitadas sobre un informe meteorológico que está a dos dígitos del día de tu boda. Espera unos tres días para realizar una última llamada y pasar a tu plan b si la lluvia permanece en el pronóstico.
4. Nervios e inquietud. Una boda es un acontecimiento bonito, especial y único pero no se trata de elegir cuatro flores, un menú y un look de novia. Requiere una planificación seria y responsable y por ello los nervios que sentirás son totalmente normales.