El amor no tiene límites, por eso, definirlo es complicado. No existe el amor perfecto, sino la perfección en el amor para cada persona. Lo ideal siempre es conseguir lo que te haga sentir mejor y eso es diferente para cada uno.
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El amor perfecto es aquel que te hace sonreír y te llena. Por eso, es diferente para cada persona. No todos tenemos las mismas necesidades o gustos. Y lo primero que debemos hacer es establecer nuestros límites. Existen diversas maneras de amar y estas maneras dicen mucho de lo que somos.
El amor verdadero junta a partes iguales la pasión, la intimidad y el compromiso.
El amor verdadero se construye a diario
Un amor perfecto no es el que no tiene problemas, sino el que es capaz de solucionarlos y vivir con ellos y para eso, lo más importante es que el sentimiento sea de amor verdadero y no de encaprichamiento u obsesión.
El amor verdadero requiere trabajo. Requiere asumir que las personas tenemos tantos defectos como virtudes. Requiere que nos preocupemos por alguien más que por nosotros mismos pero siempre sin perder el norte.
Para construir un amor verdadero debes trabajar día a día y enamorarte todos los días de la misma persona. La confianza y el amor se adquieren con el tiempo y acciones. No todo es de color de rosa ni vivimos en un cuento de hadas.
Un amor verdadero es leal, respeta tu intimidad y comprende tu pasado y presente. Es aquel que te da seguridad y no miedo y no necesita demostraciones.
Un amor verdadero no requiere formar un equipo perfecto, sino uno fuerte y decidido que se complemente en torno a los defectos y virtudes de cada integrante de la pareja. Las diferencias son lo que hacen bonito el amor y se deben amar también. De lo contrario, el cariño no sostendrá la relación. No es amor verdadero hasta que conoces los defectos del otro y los aceptas comprendiendo que una relación no es todo bonito.
Amar no es necesitar, es preferir, no es exigir sino ofrecer. El amor debe ser siempre saludable, nunca hacernos perder el norte, nuestra identidad o nuestras relaciones externas.
Los que disfrutan del amor verdadero se entregan sin olvidar sus límites y pretenden ser amados de la misma manera.
***Siempre ten en cuenta esto: si no te amas a ti mismo, no podrás amar.
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