Los masajes en pareja son un preliminar perfecto, que favorece unas relaciones sexuales amenas y placenteras. Si quieres mejorar la calidad de vuestros encuentros sexuales, o alejar la monotonía de ellos, aprender a realizar un masaje erótico a tu pareja es una excelente idea.
Antes de empezar, prepara un lugar cómodo, con una temperatura de unos 25 grados, para que los músculos se relajen y no sintáis frío. Es importante cortarte las uñas y quitarte las joyas, para no arañar a tu pareja, además de elegir un buen aceite de masaje, con un aroma que os resulte agradable a ambos.
Además de aprender las técnicas de masaje erótico que te explicamos a continuación, deja volar tu imaginación y adapta tu masaje a las reacciones de tu pareja, que será quién mejor te guíe. ¡Ah!, y no te importe si en algún momento tienes que interrumpir el masaje para sustituirlo por algo mejor. Al fin y al cabo, ¿cuál era el objetivo?
5 técnicas de masaje erótico para 5 zonas corporales
1. Masaje erótico en la cabeza
Este masaje tan sencillo de realizar relaja las tensiones y el estrés y propicia un agradable sentimiento de bienestar.
Pide a tu pareja que se tumbe de espaldas, con la cabeza apoyada sobre un cojín. Ponte detrás de él y recorre su frente alternativamente con las yemas de los dedos de una y otra mano, desde la nariz hasta el nacimiento del cabello. Ve variando la presión en función de sus preferencias y termina presionando las sienes con las palmas de las manos durante un par de minutos.
A continuación, puedes hacerle cosquillas con tu aliento o con la lengua en la oreja. Se trata de una zona muy erógena que lanzará un impulso eléctrico directamente a la tripa. Eso sí, si notas que le molesta, corta. No a todo el mundo le resulta agradable que le estimulen esta parte de la cara.
2. Masaje erótico en el pecho
Pide a tu pareja que se tumbe boca arriba y sitúate a la derecha de su cuerpo, a la altura de sus caderas. Coloca una mano encima de cada pectoral, tratando de abarcarlos con ellas. Realiza al mismo tiempo un movimiento circular en el sentido de las agujas del reloj sobre el pecho derecho y otro en la dirección contraria sobre el izquierdo, alejando y acercando los senos al tiempo que haces los círculos. A continuación, desliza los dedos desde el pezón hasta el exterior del pecho. Puedes rematar el masaje con la ayuda de la lengua, una pluma o un pincel, o combinar todo ello.
3. Masaje erótico en la espalda
Pídele ahora que se tumbe boca abajo y, desde la misma posición que antes, recorre su espalda con las palmas de las manos. Deslízalas desde la base del cuello hasta las nalgas, haciendo un pequeño estiramiento en dirección a los pies. Presiona el contorno de los glúteos con las palmas y luego ve subiendo las manos por los costados hasta llegar a la altura de las axilas. Repite varias veces. Relajarás su tensión muscular y aumentarás la sensibilidad de la piel de tu pareja, que estará más receptiva a las caricias.
4. Masaje erótico en los glúteos
Siéntate a horcajadas sobre las piernas de tu pareja, colocada boca abajo. Pon las manos sobre sus glúteos y ve masajeándolos con movimientos circulares cada vez más amplios. Después céntrate en una de las nalgas. Se trata de hacer movimientos circulares más profundos, ayudándote con la otra mano para aumentar la presión. Después cambia de lado y repite la operación. Para aumentar la superficie masajeada, puedes utilizar los antebrazos.
5. Masaje erótico en los pies
Los pies son zonas muy erógenas, y masajearlos resulta relajante además de muy excitante.
Con tu pareja tumbada de espaldas y tú sentada a la altura de sus pies, échate aceite de masaje en las manos y caliéntalo frotando las palmas. Luego coge el pie izquierdo con ambas manos y realiza movimientos circulares sobre el tobillo con el pulgar. Después pon los tres primeros dedos de la mano sobre el tobillo y dibuja círculos sobre él lentamente, en un sentido y en otro. Puedes variar la presión y la amplitud de los movimientos. Cambia de pie. Sigue presionando la base de los dedos de uno de los pies con ambas manos, realizando movimientos longitudinales, y cambia nuevamente de pie.