Una de las bodas más emotivas. Homenajean a su difunta hija soltando mariposas que, en vez de volar, permanecieron junto a ellos durante toda la ceremonia.
No podemos evitar emocionarnos al conocer la historia de la boda de Max Van Gorder y su novia Lydia en Honesdale, Pensilvania. Hace unos meses contrajeron matrimonio pero, entre sus invitados, sobresalía la ausencia de Vanessa, la hermana de Max, que había fallecido cuatro años antes en un accidente de circulación en las vacaciones de Navidad.
Mariposas para homenajear a su difunta hija que permanecen junto a ellos toda la boda
Max Van Gorder quería que su hermana, de una manera u otra, estuviera presente el día de su boda. Por eso, sus padres, Scott y Elizabeth, soltaron mariposas, ya que creen que «los seres queridos les pueden volver a visitar en forma de este insecto».
El momento más impactante llegó cuando las mariposas, en vez de volar, se posaron en el dedo de Scott y en el vestido de Elizabeth, los padres del novio y de su difunta hija Vanessa, y allí permanecieron el resto de la ceremonia.
Lydia, la novia, también tuvo dos de ellas en su vestido y en su ramo de flores y, durante el cóctel, una más voló hasta posarse en su cuello. La mariposa no voló nuevamente hasta que terminaron.
Jessica Manns, la fotógrafa de la boda, se encargó de retratar estos momentos que perdurarán por siempre en la memoria de todos los asistentes de la boda. »A medida que lanzaron las mariposas, no se iban a volar. Se aferran a todos ellos e incluso se quedaron en sus cuerpos toda la ceremonia y después en la hora del cóctel» comentaba Manns en su perfil de Facebook.
Lydia, ahora mujer de Max, posteaba en su muro de Facebook: «Gracias de nuevo por capturar este momento tan precioso y especial durante nuestra boda. Vanessa estuvo con nosotros allí y durante toda la noche».
Esta mágica historia nos ha conmovido y deseamos todo el amor del mundo para Max y Lydia.