Un hombre ganó 15 millones de euros y ayudó a su vecina, que se había visto obligada a posponer su boda en cuatro ocasiones por culpa de la pandemia, a llegar al altar.
Peter Congdon es un hombre que vive en la pequeña ciudad de Truro, de 20.000 habitantes, en la provincia de Cornualles, al suroeste de Inglaterra. Hace unos años le cambió la vida por completo. Congdon ganó la lotería: 13’5 millones de libras, lo que se traduce en 15 millones de euros al cambio. Se jubiló y decidió dedicar su vida a ser feliz y a ayudar a los demás.
El pasado fin de semana, Erika Witheridge-Towers iba a casarse tras aplazar su boda en cuatro ocasiones por culpa del Covid-19. Esta joven de 24 años iba a dar el «sí, quiero» al amor de su vida. No quería esperar más. La iglesia y la autoridades de la ciudad dieron luz verde a la boda y la novia tan solo tenía cuatro días para preparar todo. Erika tenía claro que nada iba a salir como lo planeado con tan poco tiempo, pero, al menos, iba a poder celebrar su boda.
Ayuda inesperada
La novia tuvo que sacrificar muchos detalles para poder celebrar el enlace. Ella quería llegar al altar en un coche clásico, aunque no pudo alquilarlo por culpa de la pandemia. Pero sus amigas tuvieron una brillante y arriesgada idea. Todas habían oído hablar de la generosidad de Peter Congdon, un hombre al que le tocó la lotería hace 5 años. Decidieron contactar con él y contarle la situación de su amiga. Querían que la llevara al altar en uno de sus increíbles coches. Peter no pudo decir que no y el día de la boda se plantó en casa de la novia para llevarla hasta la iglesia. Las amigas de la novia no le habían contado nada, por lo que Erika se llevó una gran sorpresa.
Peter Congdon se presentó con un Bentley Continental descapotable, un coche valorado en más de 200.000 euros y que decoró con lazos blancos para la ocasión. El día era magnifico, había un gran sol, por lo que Erika pudo ir en el descapotable hasta la iglesia.
El hombre contó a Cornwall Live que estaba muy contento de poder ayudar a la novia y a su familia con su coche de edición limitada. La novia, por su parte, explico: «no podía creer lo que veía cuando salí con mi vestido de novia al ver a Peter y su Bantley en la puerta. Fue un momento increíble».
«Condujimos hasta la iglesia a través del centro de Truro con el techo bajado y la gente a lo largo del camino se detenía para aplaudir y desearme lo mejor. Honestamente, ¡me sentí como Kate Middleton! Lo estaba haciendo gratis, y Peter incluso se ofreció a esperar fuera del lugar mientras nos casábamos para que pudiéramos tener algunas fotos bonitas con el coche, fue un detallazo»
Peter Congdon tiene 73 años y contó: «no quise desaprovechar la oportunidad de hacer algo especial por Erika y Aaron el día de su boda, es un día que recordarán durante muchos, muchos años. Este año ha sido difícil para mucha gente, así que me alegro de haber podido ayudarlos a celebrar algo». También confesó que el restaurante donde los novios celebraron el banquete fue el mismo donde celebró él el gran premio.