El príncipe Guillermo se salta el protocolo y se acerca a la reina Isabel II para despedirse antes de Navidad. Un momento que ha emocionado a todos.
Estas navidades serán diferentes para todos, también para los miembros de la Familia Real Británica que, por primera vez, van a pasar las fiestas separados y no en Sandrignham, como marca la tradición. Un distanciamiento que todos viviremos en nuestras casas por culpa de la pandemia.
El acercamiento de Guillermo a Isabel II
El príncipe Guillermo y Kate Middleton se encuentran inmersos en su gira por el país para agradecer el trabajo a todos los sanitarios que aún luchan contras el coronavirus. Han sido muchas las paradas que han protagonizado junto a estudiantes, médicos, trabajadores de bancos de alimentos, transportistas… Y todos los han recibido de una forma muy emotiva.
Entre todas las visitas que han realizado se encontraba el Hospital Royal Berkshire de Reading, donde Kate nació hará 38 años. Allí la pareja habló con el personal y el príncipe Guillermo confesó que es zurdo. Otra de las paradas que marcaron su agenda fue la del palacio de Windsor, donde se reunieron con Isabel II. En esta visita no solo estaban presentes los duques de Cambridge, también el príncipe Carlos y Camila, el príncipe Eduardo y Sofía de Weesex, y la princesa Ana. Todos se reunieron en las escaleras de entrada al castillo y allí, rodeados de árboles navideños, disfrutaron de los villancicos interpretados por la banda de música The Salvation Army International Headquarter.
Después de esta magnífica postal tocaba despedirse, ya que pasarán muchas semana antes de que la familia se vuelvan a ver. Y fue entonces cuando el príncipe Guillermo no pudo contenerse y demostró el amor que siente por su abuela. Cuando la Reina subía las escaleras para entrar a su casa, el Príncipe y futuro rey se dirigió a ella con una cercanía poco común en estos actos. «Bye, Gran», que en castellano se traduce como «Adiós, Abu».
No es la primera vez que Guillermo se salta el protocolo para dirigirse a su abuela. El Daily Mail recordó una anécdota que ocurrió cuando Guillermo era un niño. Una vez, mientras corría por Buckingham, se cayó y empezó a llorar mientras llamaba insistentemente a un tal Gary. La Reina, que estaba presente, corrió a consolar al pequeño. Después alguien preguntó que quién era ese tal Gary. «Yo soy Gary, es que todavía no sabe decir granny (abuelita) bien», afirmó Isabel II.