El 2020 fue un año totalmente diferente e inesperado. ¿Qué hemos aprendido este año?, ¿qué nos depara el 2021? La directora de Avance Psicólogos, Laura Palomares, nos da las claves para valorar cada momento y aprender de lo vivido.
El 2020 ha sido un año difícil para todo el mundo. Aunque hayamos tenido la suerte de no perder a ningún familiar o amigo, nos hemos enfrentado diariamente a cifras de muertes escandalosas, una terrible crisis económica y la ansiedad derivada de confinamientos que, hasta marzo del año pasado, eran situaciones totalmente desconocidas para nosotros.
¿Qué hemos aprendido (psicológicamente) este año?
De todo se aprende. Incluso de las malas situaciones, consiguiendo valorar los pequeños detalles: “El ser humano es superviviente y resiliente por naturaleza, pero si hay algo que ayuda a las personas a lo largo de su vida y en momentos vitales difíciles, es dar sentido y sacar aprendizajes de lo vivido”. Y matiza, “Yo creo que estamos aprendiendo a ser más conscientes del otro, en cuidarle y en cuidarnos. Más conscientes de sus necesidades, y de encontrar un equilibrio entre satisfacer las propias sin saltar las de los demás. Y eso es bueno, es un buen aprendizaje”.
Asimismo, Palomares insiste en que “otro aprendizaje fundamental es el de entender lo importante que es el tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Hemos tenido, y tenemos, que sobrellevar muchas frustraciones para estar con ellos, y cuando podemos hacerlo somos conscientes de su importancia y posiblemente estemos generando tiempos de mayor calidad en nuestras relaciones”. Sacar lo positivo de las situaciones es el primer paso para empezar con buen pie el próximo año que está al caer. Es momento de coger la agenda e ir anotando los pequeños retos que queremos cumplir.
“En la mayoría de los casos la entrada al 2021 será desde la distancia con muchos de nuestros familiares y amigos, pero poder intuir el final de esta etapa con la noticia de la vacuna nos va a ayudar a entrar con más ánimo”, opina Palomares. Y, es que, como describe la experta, “ha habido momentos de mucho cansancio y frustración generalizados, pero empieza a verse la luz al final del túnel. Ser consciente de que nada es permanente y que todo pasa es fundamental”.
Así, piensa que “es bueno ante la incertidumbre que todavía está presente, que hagamos planes a corto plazo, para nuestros momentos de ocio y dentro de las posibilidades, pero que nos resulten muy gratificantes”. De este modo, recomienda que “ante la frustración de juntarnos, abrazarnos y las limitaciones de realizar otros planes, aún fuera de nuestro alcance, es muy importante ser consciente de que los esfuerzos de ahora garantizan los logros de mañana. Merece la pena esperar y llevar a cabo los últimos esfuerzos ahora, para poder disfrutar de los nuestros sin ponerles ni ponernos en riesgo”.