Seguramente te gustaría tener una bola del tiempo que te confirmase si el vuestro es el amor definitivo, pero, como aún no las han descubierto (que sepamos), tendrás que conformarte con tener algunas señales.
¿Será para siempre? ¿Habré acertado esta vez? ¿Es el amor de mi vida? Seguramente te habrás preguntado más de una vez si el vuestro será el amor definitivo. Porque crees que un fracaso en vuestra relación será un mazazo. Porque no quieres invertir tu tiempo en una persona que no merezca la pena. Porque quieres estar segura de que vas a ser feliz a su lado.
Para ayudarte a saberlo, te damos algunos criterios con los que puedes analizar tu relación.
8 señales que indican que es el amor definitivo
1. Habláis mucho y os entendéis
La comunicación es la base de cualquier relación madura con visos de perdurabilidad. No se trata de hablar por hablar, por llenar el tiempo. Las parejas que se entienden lo hacen incluso cuando están en silencio. Una mirada basta. Es fundamental que seáis capaces de hablar de los aspectos más íntimos de vuestra relación y de vuestras vidas. Confesar vuestros deseos e inquietudes. Decir lo que pensáis sin temor a la reacción del otro, sin agredir, exponiendo con delicadeza vuestros puntos de vista, pero haciéndoos entender.
2. Os encanta demostraros cariño… y recibirlo
No os cansáis de los besos, de los abrazos, de las caricias, de jugar el uno con el otro. Aunque pase el tiempo, la llama sigue viva y continuáis demostrándoos lo que sentís cada día. No se trata solo de dar, también de recibir con agrado. No solo no te molestan sus demostraciones de cariño, sino que te siguen gustando tanto como el primer día. Y también a él. Si notas que tus demostraciones de amor le agobian, o te empiezas a sentir agobiada por las suyas, enciende la señal de alarma. ¡Algo pasa!
3. Os cuidáis, ¡los dos!
No se trata de comportarse como si fueseis los padres el uno del otro, sino de demostrar vuestra preocupación sincera, un deseo real de proteger y cuidar del otro. Muchas mujeres caemos en el error de acabar comportándonos como la madre de nuestra pareja, y esto supone un cambio de rol que acaba con parte de la magia. El cuidado tiene que ser mutuo y verdadero, nunca fingido. Y partir del reconocimiento de nuestra pareja como persona adulta y competente.
4. Tenéis paciencia el uno con el otro
Sois conscientes de que todos tenemos momentos difíciles y de que la pareja es un apoyo muy importante. Os consoláis, os escucháis, y también os soportáis a veces. Nadie está siempre al cien por cien, ni siquiera el amor definitivo, y ambos lo sabéis.
5. Afrontáis los problemas juntos
Y sois capaces de resolverlos. Los miráis a la cara, los llamáis por su nombre y buscáis juntos la solución. No los rechazáis ni los escondéis, sino que los combatís de la mano. Y es que avanzar es ser capaces de superar los contratiempos de la vida. No se trata de vivir una relación irreal, llena de luces, sino de ser capaces de sacar partido a las sombras, y crecer y haceros más fuertes como pareja con su ayuda.
6. Formáis un equipo de 10
Os complementáis y, cuando es necesario, os convertís en uno solo. Sois capaces de estar solos, de viajar solos y de trazar solos vuestro camino. Sois capaces de resolver juntos sin grandes conflictos, porque tenéis maneras similares de entender y afrontar la vida. Y eso no significa a renunciar al resto del mundo. Vuestros amigos, vuestra familia, vuestro entorno, en definitiva, es importante, pero sabéis integrarlo en vuestra relación de pareja.
7. Habéis previsto un futuro juntos
Habéis hecho planes de futuro reales. Tenéis fecha de boda o una estimación. Tenéis una idea común de cómo queréis que sea vuestra vida el uno al lado del otro. Y vais dando los pasos necesarios para conseguirlo. Y os gusta a ambos lo que vais viendo porque os hace sentiros cómodos.
8. Estáis dispuestos a enfrentar cualquier desafío
Y también a hacer sacrificios, en el sentido positivo de la palabra. Sabéis que en vuestra relación no todo será de color de rosas y habrá ocasiones en las que uno u otro tenga que ceder para que todo funcione. Tal vez el día de mañana tengáis hijos y haya que compartir sus cuidados, renunciando a parte de vuestra autonomía actual. Si la pareja es fuerte, será el amor definitivo. Todo merecerá la pena y las compensaciones serán mayores que las renuncias.