‘Cuando sea la boda de mi mejor amiga’, ¿habéis pensado alguna vez cómo será ese momento? La periodista Sophie Ross, que escribe para The Knot, cuenta cómo vivió la boda de la suya. ¡Prepara los pañuelos! ¡Habrá lágrimas!
Raquel y yo hemos sido inseparables desde el colegio. Fuimos a primaria juntas, de campamentos en verano, vivimos las primeras fiestas y nos hacíamos visitas cuando estábamos en la universidad. En una de esas salidas durante el último año de instituto, Rachel conoció, por fin, al chico de los campamentos de verano del que había estado enamorada todos esos años. Yo estaba muy emocionada por ella.
Ocho años después, acabamos de celebrar su matrimonio con aquel chico de los campamentos de verano. Parece que todo este tiempo haya pasado en una milésima de segundo. A continuación, os voy a compartir todo lo que nadie me dijo sobre lo que se siente cuando tu amiga de la infancia entra en una fase de la vida completamente nueva y «adulta».
La boda de mi mejor amiga
1. Llorarás mucho más de lo que pensabas.
Por lo general, las bodas son un acontecimiento emocionante y obviamente sabía que en algún momento lloraría, pero nunca imaginé que fuera para tanto. Es tan fuerte recordar cómo hablábamos de adolescentes sobre ese chico del campamento al que buscábamos entre todo el grupo para que mi amiga lo conociera y años después, verla caminar hacia el altar con él… Es completamente surrealista.
2. Te sentirás vieja.
«¿En qué momento crecimos tanto como para casarnos?«, es una de las preguntas que más me hice a mí misma durante todo el día. De repente pasas de estar vendiendo limonada para conseguir dinero para el viaje fin de curso a escuchar los votos matrimoniales de tu amiga delante de cientos de invitados.
3. Todos tus recuerdos pasarán delante de tus ojos.
Todas las anécdotas se me agolparon. Recordé las coreografías en su jardín con nuestras canciones favoritas, nuestros primeros selfies con cámaras digitales –cuando aún no se llamaban selfies– y nuestros trucos para entrar en la discoteca de moda sin tener la mayoría de edad. En aquella época no pensábamos que llegaríamos hasta este gran momento: su baile nupcial, las fotos de la boda y disfrutar de banquete.
4. Vuestras vidas cambiarán.
Sentirás que, aunque la amistad está por encima de todo, vuestras vidas toman un camino diferente. Ella vivirá con su marido, probablemente tenga hijos y muchas más responsabilidades. Te tocará aceptarlo.
5. En cierto modo, sentirás su boda como si fuera la tuya.
Sí, soy consciente. Suena muy ridículo. Pero mientras la vi caminar por el altar, sentí sus nervios y su emoción como si se tratara de mi día.
6. Te estresarás también.
Al tratarse de la boda de mi mejor amiga, quería que todo saliera a la perfección y ayudarla. Por eso viví momentos de estrés. Quería que todos disfrutaran de una celebración excelente. Incluso ella, por un instante, me tuvo que pedir que me relajara. ¡Estaba más nerviosa que la propia novia!
7. Nostalgia.
Será fugaz pero te preguntarás: «¿Seguiremos haciendo viajes como cuando éramos niñas?«, «¿me seguirá queriendo cuando sea madre y tenga hijos a los que cuidar?«.
Por supuesto, todas esas sensaciones preocupantes pasaron tan pronto como llegaron. Porque cuando una amistad ha perdurado durante más de catorce años, algo me dice que durará un millón más. Ni siquiera algo tan «adulto» como una boda o un príncipe azul convertido en marido podrá cambiar eso.