A menudo, nos damos cuenta de los errores en la planificación de un evento cuando ya ha pasado. Para ayudarte a evitarlos el día de tu boda, aquí tienes los mejores consejos y los fallos más comunes al hacer la lista de invitados, uno de los mayores desafíos de organizar una boda
Después de la pedida de mano y el famoso «sí, quiero», es natural tomarse un tiempo para disfrutar la emoción de la propuesta, compartir la noticia con familiares y amigos y celebrar juntos. Sin embargo, una vez que comienza la planificación de la boda, hay decisiones clave que deben tomarse desde el principio: elegir la fecha, reservar el lugar y contratar proveedores esenciales. Pero hay otro paso crucial que no se puede pasar por alto ni restarle importancia: hacer la lista de invitados.

Decidir quién será parte de un día tan especial como es el día de tu boda no es tarea fácil y puede generar estrés. Surgen preguntas como: ¿a quién realmente quiero allí?, ¿invito solo a los adultos o también a los hijos?, ¿debería invitar a ese primo lejano con el que apenas hablo?….
Elizabeth Hall, organizadora de bodas, ofrece un consejo útil para la revista Brides y arranca con una simple pregunta: “Pregúntense a sí mismos: ‘Cuando caminen hacia el altar, ¿a quién querrían ver? ¿A quién extrañarían si no estuviera allí?’”. La clave es priorizar a quienes realmente significan algo en sus vidas y no a quienes sienten que “deberían” invitar por compromiso.
Para que la planificación sea más fácil, hoy te compartimos los errores más comunes que cometen las parejas al hacer su lista de invitados y cómo puede llegar a evitarlos.
Sobrepasar el número de invitados permitidos
Uno de los errores más habituales es asumir que muchas de las personas que tenías en mente invitar no podrán asistir y, por ello, acabas invitando a más gente de la que permite tu presupuesto. Jessica Bishop, fundadora de The Budget Savvy Bride, advierte que aunque algunos invitados pueden rechazar la invitación, lo más acertado es planificar con que todos aceptarán y jugar con un pequeño margen de error. De esta manera no te verás saturada y con el compromiso de tener que desinvitar a nadie o sobrepasando el presupuesto inicial.
No tener en cuenta a los acompañantes de tus invitados
El tema de los acompañantes puede ser delicado. Según la experta en etiqueta Suzy Lines, si un invitado tiene una pareja estable, lo correcto por protocolo es invitar a su acompañante también, aunque no la conozcas personalmente, y que sean ellos quienes decidan si acudir juntos o no.
También asegúrate de que tu invitado te confirme si vendrá acompañado o no para poder cuadrar las mesas cuanto antes. Piensa que también asistir a una boda es un desembolso de dinero, por lo que te puedes ver en la situación de que cuentes con que ciertos invitados llevarán acompañante y que luego te lleves la sorpresa de que no.
Sin embargo, esto no significa que debas invitar a todas las parejas. Si alguien acaba de empezar una relación, no es obligatorio que invites a su pareja, pero por educación y protocolo es mejor hacerlo. Pero no olvides nunca que es tu boda y que tiene que ser el día perfecto para ti. Si hay ciertos invitados a los que querrías ver solos o no quieres que aparezcan sus parejas, coméntalo con delicadeza y tacto con esa persona, seguro que acaba entendiéndote.
Hacer invitaciones por compromiso
¿Es necesario invitar a compañeros de trabajo de tus padres o a familiares con los que no tienes una relación cercana? La respuesta es no. Esto ocurría mucho antiguamente y a las bodas asistían compromisos de los padres de los novios. Actualmente, lo mejor es centrarse en las personas que realmente forman parte de tu vida y de tu futuro.
Una boda es una celebración íntima, no un evento para cumplir compromisos sociales. Prioriza a aquellos que te han acompañado en momentos importantes y que realmente quieres ver ese día. Sin embargo, te puedes encontrar con la situación de que esa persona sea alguien importante para tus padres aunque tu no lo conozcas. Simplemente, háblalo con tu madre o padre y verás cómo llegáis a un acuerdo, tampoco pasa nada por incluir a unas cuantas personas más.
No establecer límites con la familia
Es común que los padres y futuros suegros quieran invitar a personas de su círculo, lo que puede hacer que la lista crezca rápidamente. Para evitar peleas o malestares, es fundamental hablar sobre esto desde el inicio de la planificación y establecer un número de invitaciones máximo para cada familia.
Jessica Bishop destaca que si los padres están contribuyendo económicamente a la boda, pueden sentir que tienen derecho a invitar a quien deseen. Por eso, lo mejor es definir desde el inicio cuántas invitaciones tendrán cada uno o hablarlo con tranquilidad. ¡Siempre se puede llegar a un acuerdo con tus padres!
No ser claros en las invitaciones
La forma en que diriges las invitaciones es clave para evitar malentendidos. Si los niños están invitados, incluye “y familia” en el sobre. Si no, omite esa frase y deja claro en la tarjeta de confirmación de asistencia cuántas personas están invitadas. Por ejemplo, si una pareja con dos hijos recibe una invitación y solo están invitados los adultos, es importante especificarlo en la tarjeta para evitar confusiones.
No tener en cuenta la dinámica de grupo
Tener en cuenta la dinámica del grupo para evitar posibles dramas o incomodidades es esencial. Jamila Musayeva, experta en etiqueta, explica: «Descuidar la dinámica de los invitados puede generar momentos incómodos entre ellos, como invitar a un ex o excluir a alguien de un grupo de amigos muy unido», señala. «Si invitas a una persona de un círculo cerrado, suele ser mejor incluir a todos».
Ahora que ya tienes presente este tipo de errores, coméntalos con tu pareja y tenedlos en cuenta mientras preparáis vuestra boda de ensueño.