Cuando llevamos muchos años con nuestra pareja, en algunas ocasiones, nos acomodamos demasiado y cogemos malos hábitos. También en el sexo. Sí, no te sorprendas, los malos hábitos sexuales existen y te los vamos a contar.
El sexo es una parte fundamental de la conexión en pareja, pero muchas veces, ciertos hábitos pueden afectar la calidad de la intimidad y hasta generar problemas en la relación. Mejorar la vida sexual no solo se trata de innovar en la cama, sino de construir una experiencia donde la confianza sea la base de la acción. Si quieres mejorar tu vida sexual y fortalecer la conexión con t pareja, es importante evitar ciertos malos hábitos que se suelen repetir en muchas relaciones y que pueden afectar a vuestra intimidad. A continuación te contamos cuáles son los más comunes que deberías dejar atrás.
Malos hábitos comunes durante las relaciones sexuales
1. No comunicar lo que te gusta y lo que no
Uno de los mayores errores en el sexo es asumir que la otra persona sabe exactamente lo que queremos o lo que nos hace disfrutar. La comunicación es clave para mejorar la experiencia. Si hay algo que no te gusta, dilo con tacto. Si hay algo que disfrutas, exprésalo para que tu pareja lo tenga en cuenta. El sexo debe ser una experiencia compartida, en la que ambos se sientan cómodos y disfruten plenamente. No tengas miedo de hablar sobre tus deseos y expectativas, ya que esto fortalecerá la conexión y evitará insatisfacciones.

2. Fingir el orgasmo
Este hábito está muy relacionado con el anterior. Muchas personas fingen el orgasmo para no herir los sentimientos de su pareja o para terminar rápido el encuentro. Sin embargo, esto puede convertirse en un problema a largo plazo, ya que evita que la pareja pueda mejorar la experiencia en la intimidad. Si nunca expresas lo que realmente te hace sentir placer, es probable que el problema nunca se resuelva y sigas sintiéndote insatisfecho/a. En lugar de fingir, habla con tu pareja sobre lo que te gustaría probar o cambiar.
3. Descuidar los juegos previos
El sexo no debería reducirse solo a la penetración. Los juegos previos son una parte esencial de la experiencia, ya que aumentan la excitación, mejoran la conexión emocional y pueden hacer que el encuentro sea mucho más placentero. Caricias, besos, masajes, palabras provocativas o incluso un buen ambiente pueden marcar la diferencia. No subestimes la importancia de la previa, ya que muchas veces es la clave para alcanzar un mayor nivel de disfrute.
4. Hacerlo siempre en la misma posición
Te gusta lo que te gusta y no hay absolutamente nada malo en eso. Pero, seamos realistas, lo mucho cansa. Además, practicar sexo siempre en la misma posición te quita la posibilidad de poder experimentar otras cosas que, quizás, te lleguen a gustar más. Debes estar abierta (y abierto) a probar cosas nuevas. ¿Necesitas inspiración? Coge un libro de Kamasutra o ficha estos juegos sexuales.
5. Dejar que tus hijos duermas siempre en tu cama
Sabemos que es una sensación de lo más reconfortante, los pollitos con mamá y papá, pero hay veces que se necesita intimidad, y no solo para tener relaciones. Debes crear límites y dejar claro que papá y mamá necesitan tiempo privado e intimidad”. Puedes comenzar cerrando la puerta de tu dormitorio.
6. Hacerlo siempre a la misma hora
¿Atrapada en la rutina nocturna? Tranquila, no estás sola en esto. Pero, mantener relaciones por la mañana puede ser una muy buena forma de comenzar el día. El sexo y la actitud varían a lo largo del día. ¿Por qué siempre nos acordamos del sexo por la noche? Cambiar el horario e incluso el lugar, puede avivar la llama del amor.
7. No hablar con tu pareja sobre ello
El sexo es algo natural y la comunicación y la confianza son pilares fundamentales en las relaciones sexuales. Por ello, es muy importante que hables con tu pareja sobre “qué tal fue anoche”, por ejemplo. Dile lo bien que lo hizo, qué te pareció divertido o que no te gustó tanto. De esta forma, tus relaciones sexuales darán un giro de 180 grados (a mejor).
8. Dejar que la otra persona tome siempre la iniciativa
En toda relación, siempre hay una persona que tiene más iniciativa que la otra. Pero, no por ello debe ser siempre quien comience con los preliminares o dé el paso a practicar sexo. A ella o a él también le gusta sentirse deseado y, si nunca das el paso tú, se acabará cansando.
9. Usar el sexo como solución a los problemas de pareja
Muchas parejas recurren al sexo después de una discusión como una manera de reconciliarse sin abordar el problema real. El sexo puede ayudar a liberar tensión y fortalecer la conexión eso está claro, pero no debería ser una forma de evitar el diálogo y la resolución de conflictos. Es importante hablar y solucionar los problemas antes de recurrir a la intimidad, para que el encuentro no se convierta en un mecanismo de escape en lugar de una verdadera expresión de amor y deseo.
10. No prestar atención a nuestra pareja
El sexo no es solo una cuestión individual. Ignorar las señales de placer o incomodidad de tu pareja puede hacer que la experiencia no sea satisfactoria para ambos. Observar sus expresiones, movimientos y reacciones puede ayudarte a entender qué le gusta y qué no. Por supuesto, que uno termine no signifique que el otro esté satisfecho. Hacer el amor es cosa de dos.