La boda de Kurt Cobain y Courtney Love supuso el principio del fin del cantante, músico y compositor estadounidense, a causa de un amor superior al del que la pareja se profesaba.
El viernes 12 de enero de 1990 Kurt Cobain y Courtney Love se conocieron, como no podía haber sido de otra manera, en un concierto. El grupo Nirvana actuaba de telonero y a ella le fascinaba su música.
Así fue la boda de Kurt Cobain
“Te pareces a David Pirner”, se aventuró a decirle ella. “¿A quién?”, preguntó Kurt. “David Pirner, el cantante de Soul Asylum”, sentenció Courtney según cuenta Charles R. Cross en Heavier Than Heaven. Aquella noche los músicos charlaron, pero cada uno regresó a su cama solo. En cualquier caso, Kurt Cobain salía con Tracy Marander. Pasó un año y medio hasta que la pareja volviera a coincidir. Courtney se enteró de que Kurt y Tracy habían roto gracias a Jennifer Finch, su amiga que mantenía una relación con Dave Grohl, el batería de Nirvana.
Courtney decidió enviar un regalo a Kurt: una cajita en forma de corazón forrada de seda y encaje. Dentro había depositado su perfume favorito, rosas secas, una muñeca y un set de tacitas de té en miniatura. No obtuvo respuesta de Kurt, pero eso no la desalentó. Nadie auguraba que, tan solo unos meses más tarde, la boda de Kurt Cobain se haría realidad. En mayo de 1991, Kurt y Courtney volvieron a encontrarse en el Palladium de los Ángeles. Ella le dio un “puñetazo” y saltó sobre su espalda cayendo ambos al suelo. En aquel tiempo, Courtney mantenía una relación a distancia con Billy Corgan, el líder de los Smashing Pumpkins. Sin embargo, las infidelidades por parte de él le impedían estar celoso de la manera en la que Courtney le hablaba de Kurt. Por su parte, Kobain salía con Tobi Vail, la batería de Bikini Kill. Ambas parejas rompieron casi a la vez y fue entonces cuando su historia comenzó realmente.
“Estaba cansado de no encontrar a la pareja perfecta”, contó Kurt en una entrevista a Michael Azerrad. “He estado buscándola toda mi vida. Siempre he sido anticuado en ese sentido. Al final, encontré una persona con la que soy completamente compatible. No me importa que sea hombre, mujer, hermafrodita o burro”, comentaba el cantante en referencia a Courtney. Poco tiempo después, se efectuaría la boda de Kurt Cobain y Courtney.
Parecía que todo entre ellos era semejante: dos artistas procedentes de familias desestructuradas que habían encontrado consuelo en la música, y también en la heroína. “Probé la heroína por primera vez en 1987 en Aberdeen y seguí utilizándola unas 10 veces más desde el 87 hasta el 90”, describía Kurt Cobain en sus diarios. “Cuando volví de nuestra segunda gira europea con Sonic Youth -como miembro del grupo Nirvana- decidí consumir heroína a diario debido a una dolencia estomacal que llevaba sufriendo desde hacía 5 años y que me había llevado literalmente a pensar en el suicidio. Todos los días de mi vida durante 5 años”, sentenciaba el cantante.
Por su parte, Courtney se había pasado del speed a la heroína, pero lo consumía de manera mucho más intermitente que Kurt. Ambos quisieron unir sus caminos y, por desgracia, también sus adicciones. Kurt renunció a seguir con su gira para pasar “6 meses pinchándose junto a Courtney”, afirmaría en el documental Montage of Heck. “Es justo lo que quería”, sentenció en una entrevista sobre la boda de Kurt Cobain.
A finales de 1992, tres meses después de iniciar su relación, Courtney se dio cuenta de que estaba embarazada. “Me suplicaron que abortara”, declaró Courtney. “Pero yo sabía que el feto estaba perfectamente. Así que les mandé a la mierda”, lo cierto es que ella tenía razón, o al menos eso creía fervientemente, ya que, según la biografía de Poppy Z., un teratólogo les afirmó que consumir heroína en el primer trimestre de embarazo no afectaría a la salud del bebé. Kurt y Courtney se sometieron a un proceso de desintoxicación. Sin embargo, Kurt volvió a consumir opiáceos durante la gira con Nirvana por Australia retomando así su adicción. Por su parte, ella aseguró que durante el embarazo no volvió a probar la heroína.
La boda de Kurt Cobain y Courtney Love se celebró el 24 de febrero de 1992 en Hawaii. Aunque el destino fue elegido porque la gira de Nirvana hacía una parada en este sitio, no todos sus integrantes fueron invitados a la boda de Kurt Cobain. Krist Novoselic y su esposa Shelly no recibieron invitación, ya que ambos desaprobaban el consumo de drogas y su relación con Courtney. Lo cierto es que a casi nadie de la banda le caía especialmente bien Courtney: “Pásate dos fatigosos días de gira con esta nueva maquina de producir de Nirvana compatible con los estadios y de repente caerás en la cuenta de que el gran problema aquí no es si Kurt Cobain está tomando heroína (o no la toma, o la tomaba, o la toma pero intenta dejarla), sino que su mujer es un grano en el culo de categoría superior”, contó Keith Cameron a la prensa tras la boda de Kurt Cobain.
Sin embargo, la boda de Kurt Cobain y Courtney se iba a celebrar, tuvieran o no la aprobación de la gente. Él lució un look muy inusual incluso en aquellos tiempos: un pijama de cuadros azules, un collar de cuentas y un bolso de lana. Courtney optó por un vestido blanco que había pertenecido a la actriz Frances Farmer de gasa rosa, dejando entrever su incipiente barriga de embarazada. Kurt Cobain asistió a su enlace drogado “aunque no muy colocado”, como él mismo aclararía. Después de la boda de Kurt Cobain y Courtney Love, todo el mundo se preguntaba qué pasaría con su bebé.
El 28 de agosto de 1992 llegaba al mundo Frances Bean Cobain, la hija de Kurt y Courtney. Nació con un excelente estado de salud. Su padre no pudo estar al lado de Courtney cuando dio a luz, ya que se encontraba en el mismo hospital en el ala de recuperación intentando desintoxicarse. Aunque ambos describieron el momento de coger a su hija por primera vez como “el más feliz de sus vidas”, lo cierto es que un día después de ese momento, Kurt salió del hospital para chutarse heroína y entró en la habitación del hospital de su mujer con una pistola amenazándola diciéndole que, si alguien le quitaba a su hija, se suicidaría. Courtney le consiguió tranquilizar, aunque las sospechas del cantante no era infundadas: varios agentes se presentaron en el hospital para retirarles la custodia de la niña. Finalmente, Jamie Rodríguez, la hermanastra de Courtney, se encargó de la niña con la condición de que sus padres no volverían a verla a solas y se desintoxicarían, sometiéndose a análisis frecuentes hasta que fueran aptos para recuperar a su hija.
La boda de Kurt Cobain y Courtney Love fue el principio del fin. Si ambos aceptaron desintoxicarse en un principio, su dinámica no cambió. El 31 de marzo de 1994, Kurt Cobain accedió a ingresar en la clínica Exodus de Los Ángeles para someterse al proceso de desintoxicación. “Has hecho un gran disco. Recuerda que te quiero pase lo que pase”, le diría Kurt a Courtney en una llamada. Al colgar, Kurt “saltó la valla del hospital”, tal y como confesaría Courtney, para comprar heroína y chutarse en un hotel. Tras inyectarse una triple dosis, escribió una carta de despedida dirigida a su amigo imaginario de la infancia, Boddah, y se voló la cabeza con una escopeta. Tres días más tarde, un electricista encontró el cadáver del músico.
La boda de Kurt Cobain y Courtney Love unió a dos personas que, a toda vista, se amaban profundamente, pero fueron condenados por un amor superior a ambos: su pasión por la heroína.