Amanda y Carlos trabajaban juntos en la misma tienda. Él era comercial y ella operadora. Un día como otro cualquiera, a él le trasladaron a otro centro. Sin embargo, eso no fue ningún impedimento para que siguieran manteniendo el contacto. Poco a poco, ese contacto se convirtió en amor, de esos que duran para siempre. Desde entonces, no se han separado.
La suya fue una de esas bodas románticas con un toque rural. De esas que nos encantan en la redacción de LucíaSeCasa. No te pierdas ningún detalle.
La novia
Amanda lució un espectacular vestido de la colección vintage de José María Peiro. Predominaba la presencia del encaje francés, también el rebrodé y las sedas naturales. En definitiva, un vestido lleno de delicados detalles. Los zapatos, unas sandalias de esparto de la tienda Carmenchu. Como complementos, una preciosa pulsera y unos pendientes de la Feria-Mercado de Artesanía. El tocado, hecho de flores de cerámica fría fue sin duda, el complemento estrella del estilismo de la novia.
“Me gustaba la idea de que la gente más cercana participase de una manera especial en la boda” dice la novia. Y así fue. La madre de Amanda se encargó del maquillaje, mientras que dos amigas de la novia, de esas de toda la vida, se encargaron del peinado. ¿El resultado? Un maquillaje de lo más natural y un recogido en forma de moño bajo con mechones sueltos a ambos lados.
Carlos, el novio, vistió un chaqué con aire actual de la tienda Soysagaz. Como accesorios, una corbata lisa en color rojo y pañuelo de seda a juego. Tanto del ramo de la novia como del prendido del novio se encargó la floristería Salón des Fleurs.
La boda: ceremonia y celebración
La ceremonia se celebró en la Parroquia de San Pedro Apóstol, en Garganta de los Montes y la celebración tuvo lugar en Finca La Badilla, un lugar que supo adaptarse perfectamente a la personalidad de los novios.
El catering corrió a cargo de Goizeko Catering, un referente de comida vasca mediterránea conocido por su excelente servicio y su altísima calidad. La elección fue sin duda, todo un descubrimiento, tanto para los novios como para los invitados. Durante el cóctel hubo todo tipo de aperitivos; entre ellos, un cortador de jamón, un buffet de quesos, un córner de mojitos y otro de limonadas.
Los detalles de la boda
La boda de Amanda y Carlos está repleta de detalles. El equipo de wedding planners de Goizeko, encabezado por Ana Cortés, asesoró y ayudó a los novios a la hora de elegir las mejores ideas para la decoración de su boda. Se encargaron del montaje y decoración de las mesas, del seating plan y de los regalos para los invitados. ¿El resultado? Excelente. ¿Su secreto? El toque personal y rustico que tienen todas sus ideas. Para la decoración de la finca, los novios también contaron con la ayuda de Jorge Pascual, responsable de la finca y con los padres de la novia.
Los novios quisieron obsequiar a los invitados con una botella de vino de Ribera del Duero, reserva de 2013 y unos jabones artesanales, hechos por la madre de la novia.