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Paula y Guillermo, alegría en familia en Madrid

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Oscuro Claro

Lo que comenzó como una amistad en Polonia se transformó casi un año después en una declaración de amor y, ocho años más tarde, en una boda preciosa y familiar en Madrid, sellando así una unión eterna: la esencia misma de la alegría.

Todos hemos escuchado alguna vez la leyenda del hilo rojo. Esa historia que relata que estamos unidos a la persona de nuestra vida por un hilo invisible y rojo. El hilo se puede estirar, doblar y arrugar, pero siempre está unido a ambas personas y, tarde o temprano, las unirá. La bonita historia de amor de Guillermo y Paula es un claro ejemplo de este relato, puesto que, a pesar de vivir toda su vida en España y no conocerse, lo hicieron en Polonia a principios de 2016, cuando se hicieron muy buenos amigos. No fue hasta finales del mismo año cuando Guillermo declaró lo que sentía por Paula.

«Nos conocimos cuando realizábamos el programa Erasmus en Polonia, a principios de 2016. Nos hicimos muy amigos, pero no fue hasta diciembre de ese año cuando empezamos a salir, gracias a él, que se envalentonó y me dijo lo que sentía la noche de su cumpleaños. Desde entonces no nos hemos separado».

Paula y Guillermo, los novios

El vestido de novia y los complementos

Paula eligió para su día especial un vestido blanco diseñado y hecho a medida para ella, con el objetivo de verse representada en él. El vestido tenía manga francesa y escote Queen Anne, uno de los más románticos que existen. Para el pelo, eligió un recogido simple en un moño bajo y con volumen, que adornó con tres peinas en forma de sol durante la ceremonia y celebración. El toque mágico lo dieron sus tacones gris oscuro, con tacón grueso y marrón.

«Lucí un vestido a medida de Clara Brea Design, recto y con una línea muy geométrica, con el que me sentí absolutamente yo. Lo acompañé con peinas de Mdepaulet y sandalias Flordeasoka«.

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Paula tenía claro que quería un look natural para el día de su boda y, para ello, necesitaba un maquillaje en tonos nude y naturales. El elegante recogido que lució durante la ceremonia y celebración dio paso a una cola de caballo con ondas cuando sonaron las primeras notas musicales que anunciaban el inicio de la fiesta.

«Ana Reyna Torroba se ocupó de maquillarme, consiguiendo un look muy natural, y de realizarme el recogido bajo que adorné con las peinas. En la fiesta me solté el moño y lucí una cola de caballo con ondas. También prescindí del velo y pude lucir la abertura trasera del vestido.»

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Los adornos florales y el ramo de la novia

Sin lugar a dudas, el ramo de Paula era uno de los complementos más importantes y con mayor significado que lució esta preciosa novia. Sin haberlo elegido ni diseñado ella y a modo de sorpresa, el mismo día de la boda su madre, que fue la encargada de escoger el ramo de hojas verdes con pequeñas margaritas blancas, se lo entregó junto con una medalla de la Virgen de Montserrat, una imagen religiosa muy importante para la familia.

«Bukka Flores se encargó tanto de mi ramo, diseño sorpresa de mi madre que no vi hasta la mañana de la boda, como de las flores de la iglesia y los preciosos centros de flores de las mesas. El ramo llevaba la medalla de la Virgen de Montserrat, muy especial en mi familia, y que da nombre a mi madre y a mi hermana pequeña. ¡Me encantó!»

El traje del novio y los complementos

Por su parte, Guillermo lució un traje hecho a medida en Drovers Valladolid que acompañó con unos zapatos Diplomatic y una preciosa corbata de Old Jeffrey.

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

La madrina y la madre de la novia

Las madres de los novios son dos de las personas más importantes en las bodas. El amor y la devoción que una madre siente por su hijo se plasman a la perfección el día de su boda, y así lo quisieron hacer tanto la madre de Paula, que lució un vestido de Fely Campo y unos zapatos de Jaime Mascaró, como la madrina que acompañó a Guillermo hasta el altar con un look totalmente personalizado. La madre del novio lució un vestido a medida de Modista Elvira San Juan y unos zapatos personalizados de Zapatería París, ambos en Valladolid.

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

El lugar donde plasmaron su amor

La ceremonia

Torrelaguna, un pequeño municipio de Madrid, fue el destino elegido por los novios para prometer y pronunciar el “sí, quiero” frente a todos sus amigos y familiares. La iglesia local, de los siglos XV y XVII, restaurada y adornada para la ocasión, cobró vida el 13 de abril de 2024, cuando ambos se juraron amor eterno.

«Nos casamos en la Iglesia Santa María Magdalena de Torrelaguna, de arquitectura gótica. Construida entre el siglo XV y XVII ha sido recientemente restaurada. ¡Estaba preciosa! con los centros de flores de Bukka Flores en el altar y los olivos acompañando al arco de la puerta principal».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

La celebración

«La celebración fue en la Finca Casa de Oficios, en Madrid. Es preciosa, con una casa de campo del siglo XVIII llena de rincones especiales y rodeada de naturaleza. La zona del cóctel, con el suelo adoquinado y los jardines tan cuidados, nos enamoró».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

«De la comida se encargó su propio catering, El Laurel, y fue excepcional. Cuidan cada detalle, utilizando productos locales de excelente calidad y con gran variedad de platos para elegir».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

«Todo salió aún mejor de lo previsto. Mención especial a Lola, que nos acompañó a lo largo de todo el proceso con infinita paciencia y amabilidad, muy flexible con los cambios y facilitándolo todo».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Las invitaciones y los detalle de invitados

En cuanto a las invitaciones y los detalles para los invitados, Paula y Guillermo eligieron opciones totalmente personalizadas para plasmar la elegancia y originalidad en cada aspecto de la boda.

«Las invitaciones las hicimos nosotros con la ayuda de mi hermana Marta, que es arquitecta y nos dibujó una acuarela de la finca que también utilizamos para las minutas del menú y mesas. Quedaron preciosas».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

«De regalo a todos los invitados hicimos fotos personalizadas con cada uno de ellos. Pusimos sus nombres debajo, lo que sirvió también para señalizar los sitios en la mesa. Fue un trabajazo, pero mereció la pena porque les encantó a todos. Se encontraban el detalle al llegar a su sitio, lo que les sorprendía y emocionaba. Para los futuros novios encargué unas ilustraciones muy especiales a Ana Hernández que también triunfaron. Quedaron todos encantados»

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Los momentos más emotivos

Sin lugar a dudas, los momentos más emotivos y especiales de Paula siempre los compartió con algún miembro de su familia, desde bailar con su padre hasta la presencia de su abuela, pasando por la entrega del ramo de novia a su hermana gemela, a quien describe como su alma gemela y mejor amiga.

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

«El baile con mi padre fue un momento muy emocionante y del que me sentí muy agradecida. Estuvo muy enfermo este último año, por lo que la boda fue también una celebración de su vida. Poder tener a nuestras familias juntas y completas fue el mejor regalo para los dos».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

«Mención especial también a mi abuela, ella es muy importante para mí y tenerla con nosotros ese día nos hizo especialmente felices».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

«La entrega del ramo a mi hermana Marta justo después del baile también fue muy emotivo. Es literalmente mi alma gemela y mi mejor amiga y queríamos que tuviese un momento destacado en nuestro día. También hubo un momento muy especial por lo divertido que resultó, que fue la llegada de la charanga. A la familia de Guille le encantan y quisimos tener esa sorpresa con todos ellos. Elegimos a Los Renacidos y, sin duda, fue un gran acierto. No dejaron que parásemos de bailar en toda la tarde. ¡Divertidísimos!»

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Las invitadas más elegantes

Las hermanas de los novios fueron las invitadas estrella en cuanto a looks: toda una inspiración para ser las más elegantes y preciosas.

«Me gustaría destacar, en primer lugar, a mi hermana gemela Marta, que iba vestida con un dos piezas de top y falda midi diseñado por ella misma y llevado a cabo por la modista Daniela Valdivieso. Estaba guapísima. Mi hermana Montse, con vestido a medida de Matelier, y mi cuñada, Fátima, la hermana de Guillermo, con vestido de Baymo, estaban espectaculares también».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

«Por último, quiero mencionar nuevamente a mi abuela. Ella es todo elegancia y lo ha sido siempre. Su conjunto de dos piezas, diseñado a medida para ella hace algunos años, sigue quedándole de maravilla y lo sigue luciendo igual de bien. Estaba perfecta».

Organización y planificación de la boda

Wedding planners

«No tuvimos wedding planner. Quise ocuparme yo misma de toda la organización y lo hice con la ayuda de Guille, por supuesto, y también de mis hermanas, de mi madre y de la madre de Guille. Disfrutamos muchísimo de todo el proceso y sobre todo del resultado. La verdad es que el equipo la finca nos lo puso muy fácil».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Reposteros

«De los postres se encargó el propio catering. La famosa tarta árabe de El Laurel no defraudó. Del puesto de dulces nos encargamos Guille y yo. Tanto a él como a su padre especialmente les gustan mucho las chuches, así que queríamos hacer algo original. La verdad es que el carrito de chuches sorprendió a todo el mundo y triunfó: ¡no sobró casi nada!».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Fotógrafos y videógrafo

«El equipo de Ocho/Veinticuatro se encargó de inmortalizar cada momento y no podemos estar más contentos con el resultado de su trabajo».

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.

Luna de Miel

Como destino de ensueño y siguiendo las tendencias actuales, la pareja de recién casados recorrió medio mundo para disfrutar de tres semanas en Japón. Tuvieron la oportunidad de conocer no solo los lugares más emblemáticos, sino también de adentrarse en el maravilloso e histórico país oriental.

«De luna de miel nos fuimos a Japón. Tuvimos la suerte de poder escaparnos tres semanas, lo que nos permitió alejarnos de los destinos más habituales para visitar zonas más lejanas y llenas de encanto del país, como Hokkaido u Okinawa, totalmente recomendables. Es un país que lo tiene todo y enamora desde el minuto uno.»

Fotografía: Ocho/Veinticuatro.
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