María y Joan decidieron sellar su amor con el “sí, quiero” este verano. Sus gustos y personalidad quedaron reflejados en una boda de lo más especial. ¿El lugar escogido? Una platanera canaria.
Su historia de amor
Una canaria y un mallorquín. María y Joan se conocieron en la residencia de estudiantes Juvenes, en Barcelona, en el año 2006. Casi 11 años después, por su aniversario, María se armó de valor y pidió matrimonio a Joan. El pasado 19 de agosto celebraron su boda en Tenerife.
El vestido de la novia
María lució un vestido de plumeti bordado con transparencias en el cuello, a modo de falso escote, de Marco & Maria. Sombrero de Blàvands y zapatos de Steve Madden. Oxi2 peluqueros se encargaron del maquillaje y el peinado de María, un moño bajo que encajaba perfectamente con su tocado. Además, la novia utilizó pendientes de José Luis Joyería y alianzas de la joyería Abolengo de Palma.
El traje del novio
Joan vistió traje azul, camisa y cinturón de Massimo Dutti. Zapatos de Zara, pajarita de Llengua mallorquín, una tela típica de Mallorca, de Amart de Palma; reloj MVMT, regalo de pedida y, prendido de madera de Urban Link Fab.
Ceremonia y celebración
La ceremonia tuvo lugar en la finca Punta del Lomo, una platanera de abundante vegetación, perfecta para acoger su gran día.
Para su banquete, se decantaron por una opción mucho más informal que permitiese a todos sus invitados compartir el tiempo y el espacio: una mesa de quesos (de Tenerife, Mallorca y Navarra), sobrasada mallorquina, un cortador de jamón y, hasta 15 entrantes que fueron saliendo poco a poco. Para su plato principal, lo tenía claro, una barbacoa compuesta de solomillo, presa ibérica y pollo acompañado de queso asado, papas arrugadas y verduras a la parrilla. Todo eso con, por supuesto, varios tipos de mojos canarios. Pero esto no fue todo, mientras los invitados lo daban todo en el baile, salieron hamburguesas, ¡para que pudiesen aguantar toda la noche!
Nada de tarta nupcial. María y Joan no quería, para nada una boda clásica y se decantaron por 3 postres: couland con caviar de fresa, conitos de sorbete de limón y quesillo en deconstrucción. Todo preparado por MAG catering.
María fue su propia wedding planner y, con la ayuda de proveedores y muchas manos, pudo hacer su sueño realidad. Las flores y el montaje, a manos de La boda de Chloe resultó todo un acierto. Una decoración que encajaba perfectamente, no solo con el lugar escogido, sino también con la personalidad de los novios. Un escenario sencillo en el que resaltaba la exótica naturaleza y todos los elementos perfectamente acordes al lugar. Mesas de madera adornados por centros en la misma línea y utensilios sobrios.
Las invitaciones y toda la papelería de la boda las diseñaron ellos mismos, con ayuda de su amiga Mirin. Urban Link Fab fueron los encargados de los marcadores de libro que entregaron a sus invitados y de todo el trabajo de madera. Además, contrataron un fotomatón con el que inmortalizar, aún más, su gran día.
El momento más emotivo
Sin duda, fue un día de lo más emocionante y lleno de momentos imborrables. El novio, se emocionó (y lloró) mucho al ver Tenerife, Mallorca y Navarra, de donde es su madre, juntos por primera vez.
Otro de los momentos más emocionantes de la boda fueron los discursos de familiares y amigos, además de, la entrega de los anillos por parte de la hermana pequeña de María.
Ese 19 de agosto no solo celebraron su amor, también un cumpleaños y auguraron cuáles serían las próximas bodas. Fue un día completo, emotivo y muy divertido.
Su luna de miel
El viaje de novios de María y Joan es de los más completos, emocionantes y románticos. Una semana en Bali, 3 días en el Parque Nacional de Komodo con sus islas y playas paradisíacas, y, para culminar la luna de miel, el 1 de septiembre, día del cumpleaños de Joan, volaron a Singapur, una ciudad mágica.