Carla y Rodrigo se conocieron en 2005 en Cantabria, tierra natal de ella. Tras trece años de relación, celebraron su enlace el 15 de septiembre de 2018 en San Vicente de la Barquera, en Cantabria. Te contamos todos los pormenores de esta boda llena de detalles.
Desde que se conocieron, Carla y Rodrigo vivieron durante un tiempo separados por miles de kilómetros, él en Pamplona y ella en Londres primero, él en Exeter (Gran Bretaña) y ella en Madrid después. Pero, a pesar de ello, su relación fue cada vez más fuerte. Finalmente tuvieron la oportunidad de empezar una nueva vida juntos en Madrid, que les condujo al altar en septiembre del pasado año.
Así fue la boda en Cantabria de Carla y Rodrigo
Te contamos todos los detalles de la boda de Carla y Rodrigo.
El vestido y los complementos de la novia
Carla lució dos vestidos para acompañarla en el día de su boda, ambos diseñados por Santos Costura: “no podía haber elegido mejor diseñador para uno de los días más felices de mi vida. Un gran profesional y una gran persona. Ir a su atelier me puso muy nerviosa, pero fue una experiencia enriquecedora. Salí maravillada del mundo Santos Costura”, asegura la novia.
El vestido de ceremonia estaba realizado entero a mano, diseñado con escote a caja y manga larga, con falda fruncida de tul sedoso y cuerpo bordado en soutache con motivos art decó.
“Para el segundo vestido elegimos un diseño geométrico de escote halter realizado con tira de encaje metalizado. Las tiras estaban integradas en la falda con godets de tul sedoso, una auténtica obra de arte hecha a mano”, explica Carla.
La novia completó su look nupcial con su anillo de compromiso de Suarez, pendientes de la firma Aristocrazy y sandalias Aquazzura.
Las alianzas de boda fueron de Navas Joyeros.
El maquillaje y el peinado de Carla
Pablo Robledo fue el encargado del make up & hair de la novia. “Para el primer vestido elegimos un moño despeinado natural y romántico, sin perder mi esencia”, explica Carla.
“Para el segundo elegí lucir melena suelta hacia un lado con hondas al agua. ¡Una auténtica maravilla! Mientras me maquillaba para la ceremonia lucía zapatillas de novia y bata de seda personalizada con mi nombre de la firma Promise“.
El ramo y la decoración floral
Todos los adornos florales y el ramo de novia corrieron a cargo de la floristería Catalpas. “Gloria, la florista, supo captar perfectamente la esencia que yo buscaba: ramas de olivos verdes, flores blancas, hortensias… Toda la boda y mi ramo de novia iba en los mismos tonos, todo un acierto”, explica Carla.
El ramo fue confeccionado con rosas inglesas, lusianthus, helioborus, eucalipto y flor de cera. Además, Gloria de Catalpas realizó arreglos florales con plumones.
El outfit del novio
“Rodri lució un traje diseñado exclusivamente para él en la Sastrería Oteyza. Cuando se estaba vistiendo, le hice llegar un detalle y un emotivo mensaje, ya que, en unas horas nos daríamos el “sí, quiero” en el altar. El detalle fueron unos gemelos de nácar natural personalizados con sus iniciales. Estaba guapísimo”, asegura Carla.
Los regalos para los invitados
Todos los invitados encontraron en sus mesas mini botellitas de licor Jägermeister, un detalle muy original. Muchas de las mesas brindaron con ellas al comienzo del banquete.
Durante la celebración, Carla y Rodrigo tuvieron detalles especiales con sus hermanos, padres y madres. “El ramo de novia se lo entregué a mi hermana Laura, que no paraba de emocionarse durante la celebración”, explica Carla.
Regalaron también a cada invitado pulseritas de la Asociación Española contra el Cáncer de Cantabria y a los niños narices de payaso solidarias.
La ceremonia y la celebración
“Nos dimos el “si, quiero” en uno de los lugares más románticos del mundo, la capilla del Santuario de La Virgen de la Barquera en Cantabria”, explica Carla. Tinín, primo de la familia de la novia, ofició la emotiva ceremonia del enlace.
Para la celebración Carla y Rodrigo eligieron La Casona de Las Fraguas, un espacio ubicado en la finca y jardines del Palacio de los Hornillos. Un lugar de película en plena naturaleza cántabra.
En cuanto al catering, los invitados pudieron disfrutar de una tarta nupcial con un cartel personalizado que les regaló la empresa Lovely Toppers. Además, añadieron una pared de donuts cerca del fotomatón, que corrió a cargo del fotógrafo José Ferreiro Fotografía, y alquilaron el neon del “Si quiero” en Lights and Wires.
“Para la recena llego un food truck chulísimo que ofrecía perritos y hamburguesitas a todos los invitados”, añade la novia.
Durante la fiesta nupcial, disfrutaron del talento del famoso violinista Miguel Lara: “no podíamos parar de bailar y saltar con su increíble música”.
Otros detalles
Carla y Rodrigo alquilaron sendos coches en Bon Voyage. “El coche de Rodri era un Hurtan Albacyn en color bourdeos metalizado, y el mío un Hurtan Author Color gris plata. Roberto, el dueño de la empresa, es encantador. Él fue el encargado de llevarme junto a mi padre a la ceremonia”.
“Después de esta nos llevo a Rodri y a mi a La Casona de Las Fraguas, dónde hicimos una entrada a la celebración con el coche descapotado con bengalas de humo”, explica Carla.
El fotógrafo
De capturar los mejores momentos de la boda se encargó la empresa de vídeo y fotografía especializada en bodas Concorazón. “Quedamos súper contentos con el resultado”, asegura Carla. No obstante, de algunas de las fotos realizadas junto al fotomatón, se encargó el fotógrafo José Ferreiro.
El momento más emotivo
Toda la boda estuvo repleta de sorpresas emotivas. “Nuestros hermanos leyeron unas palabras durante el banquete y ninguno de los dos pudimos contener las lagrimas. Quizás uno de los momentos más emotivos fue cuando entré a la capilla del brazo de mi padre y comenzó a sonar mi canción favorita de Romeo & Julieta. Me temblaron las piernas y la emoción me invadió. ¡No me lo podía creer, había llegado el momento!”, cuenta Carla emocionada.
La luna de miel de Carla y Rodrigo
Los novios recorrieron durante 23 días diferentes zonas de Dubai e Indonesia. “Exploramos la selva de Borneo y los centros de rehabilitación de orangutanes. Surcando el río en nuestro klotok de madera, visitamos los maravillosos templos de Borobudur y Prambanan en Yogyakarta. Navegamos por la Isla de Flores, buceando con tortugas y mantas rayas… Disfrutamos mucho de las islas, del Parque Nacional de Komodo y de nuestra embarcación, una goleta preciosa. Finalizamos nuestro viaje en una isla de ensueño llamada Gili Gede”.
¡Que seáis muy felices, pareja!