Pablo y Ángela se casaron 12 de octubre de 2023, el Día de la Hispanidad, la Fiesta Nacional de España, y la suya fue una boda temática auténticamente española. Te mostramos todos los detalles de su inspirador (¡y divertidísimo!) gran día.
Pablo y Ángela se conocen de toda la vida. Él era uno de los amigos de la playa del hermano mayor de ella y de niños se veían todos los veranos. Sin embargo, no empezaron a salir hasta que cumplieron los 20 años. Entonces se convirtieron en inseparables. Nuestra pareja selló su amor en una ceremonia religiosa el 12 de octubre de 2023. A continuación, celebraron una boda temática muy original en un espacio único: Torre del Rey, en Granada. Allí, un equipo magnífico mimó hasta el último detalle para conseguir que todo saliera como los novios habían soñado.

El vestido de novia y los complementos
El vestido de la novia lo diseñó y confeccionó la diseñadora granadina Claudina Mata. «Siempre había sido mi sueño llevar el vestido de novia de mi abuela y una cola de cuatro metros de largo», explica Ángela.
«Claudina realizó un nuevo vestido sobre el vestido de mi abuela y le añadió una espectacular cola desmontable».
«La tela del vestido es organza sobre raso de novia, excepto las mangas, que son solo con la organza».
Respecto a las joyas, «Los pendientes de novia fueron los pendientes de novia de mi abuela y la tiara la confeccionó la Joyería López Linares, de Toledo».
Ángela acompañó su vestido con unos salones blancos clásicos de Martinelli.
Respecto al maquillaje y al peinado, los encargados de peinar y maquillar tanto a la novia, como a su madre y a su cuñada, fueron Manu y Jonathan, de Manu Marfil Estilista.
Por último, la novia lució un ramo de Floristería Verdegal. «Estaba compuesto por las mismas flores que las que utiliza la Virgen de la Esperanza de Granada en su paso procesional, ya que somos cofrades de dicha hermandad: rosas, nardos, minirosas, hipéricum…», explica la novia.
El novio, la madrina y la madre de la novia
Pablo lució un chaqué clásico de lana fría, con chaleco beige champán, de Diákara Diseños Inia, de Granada, y corbata de Miguel Olmedo.
La madre de la novia llevó un vestido malva diseñado a medida y un tocado de la tienda Vergel, mientras que la madrina lució un vestido del diseñador Antonio Gutiérrez y zapatos de Alma en Pena.
La ceremonia religiosa
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Basílica de San Juan de Dios de Granada. Estuvo presidida por el Rector de la Basílica, Fray Juan José Hernández Torres, consiliario de los novios. El coro fue la coral de la Basílica y las flores las puso Granantum.
«Vintage Granada nos alquiló el Mercedes Pontón que nos recogió y llevó a la ceremonia y posterior celebración».
«La entrada de los novios a la iglesia la hicimos al estilo español: entramos juntos, él me esperó en la puerta y cuando yo llegué nos situamos en el atrio de la entrada y el sacerdote salió a por nosotros, nos bendijo con agua bendita y comenzamos la procesión de entrada: niños de arras vestidos por Coconut y la tienda Esparteros, del centro de Madrid; novio con la madrina, novia con el padrino y, por último, los dos sacristanes y el sacerdote, mientras la coral interpretaba Zadok the Priest».
«Durante la ceremonia se interpretaron la Missa Brevis de Franz Joseph Haydn a San Juan de Dios (Kyrie, Gloria, Sanctus, Benedictus); tras la consagración, el Himno de España a órgano, en la comunión el Ave Maria de Schubert y a la salida el Himno de San Juan De Dios ya que somos decuriones de la Orden de Caballeros y Damas del Santo Sepulcro de San Juan de Dios», explican los novios.
La celebración en Torre del Rey
«Para la celebración teníamos clarísimo que queríamos una finca amplia, con varios espacios para cada momento y con un catering que diera de comer con calidad y abundancia», explica Ángela.
«Torre del Rey era el lugar perfecto para ello, reunía todos los requisitos y, además de ser un lugar precioso, cuenta con un equipo excepcional: Pilar, Loli, María y Diego lo organizaron todo a la perfección», asegura.
«Durante el cóctel, en el Patio de los Olivos, estuvo tocando el grupo de flamenco dirigido por Carlos Neyall, que convirtió el cóctel en toda una fiesta en la que los invitados bailaron y cantaron como si de la feria se tratase».
«Hubo invitados que nos dijeron que, si así era el coctel, no se querían ni imaginar cómo iba a ser la fiesta».
Estaba todo espectacular. La decoración cuidada al detalle.
Además, había infinidad de puestos y corners, desde el rincón de la cerveza al corner de quesos o el cortador de jamón, todo exquisitamente montado y delicioso.
«Como nos casamos en el día de la Hispanidad, aprovechamos para hacer una especie de boda temática dedicada a nuestra nación. Para entrar al convite, en el Salón del Campanario, elegimos como banda sonora un remix del Himno de España mezclado con la música clásica Can Can de Offenbach estilo Techno».
«¡Fue todo un éxito! Previamente habíamos repartido a los invitados aplaudidores con la bandera de España, primero sonó el himno de España mientras estábamos en la puerta del salón, saludando, y cuando la música se mezcló entramos al salón recorriéndolo sin parar de saltar y bailar con todos nuestros primos, que estaban compinchados. Fue uno de los momentos en los que los invitados mejor se lo pasaron, y en el que terminaron uniéndose a nosotros».
«El salón, precioso de por sí, estaba espectacular con la decoración floral de Mónica Florista y el mobiliario, vajilla y cristalería elegidos. No faltaba ni un detalle».
«El seating plan estaba dedicado a los reyes de España, desde los Reyes Católicos hasta la actualidad, y las mesas elegidas fueron 6 largas para familiares y grupos de amigos numerosos y el resto mesas circulares».
«En cada una de las mesas largas Mónica Florista colocó tres árboles de flores coloridas y un caminito de jarroncitos entre árbol y árbol. Para las mesas redondas diseñó un florero grande con las mismas flores».
El menú, elaborado por Lumiere Catering, fue: Timbal de atún rojo y guacamole de la costa sexitana con teja de parmesano; Solomillo de bellota asado al carbón de encina con salsita de boletus, patata francesa y verduras naturales y Mousse suave de queso con interior gelificado de frutos rojos, base clásica de galleta y mantequilla. «Ni que decir tiene que la comida estaba increíble, y que los miembros del equipo estuvieron súper pendientes de que todas las intolerancias y alergias de los invitados estuvieran localizadas, algo que agradecemos de corazón», asegura la novia.
La fiesta y la recena
«Para la fiesta utilizamos el Salón y el Jardín del Mirador y contamos con el DJ Iván de Tinmax, recomendado por la finca, y la mesa dulce y puesto de gofres y crepes de Granadate».
«Fue un acierto todo. Tuvimos incluso un toro gigante, que nos revolucionó a todos».
«Iván consiguió que estuviéramos bailando aún cuando los pies no podían más».
«Sin duda, una de las cosas que más nos agradecieron y recuerdan los invitados fue la recena: ¡un puesto de barbacoa!»
Las invitaciones y los detalles para los invitados
«Las invitaciones las diseñamos nosotros con ayuda de mi prima Alicia Gómez Hurtado, que, como artista, dibujó Salobreña, lugar donde nos conocimos, para el forro del sobre. También hizo la portada del misal, que tenía dibujada la fachada de la basílica», explica Ángela.
«Como regalo decidimos donar dinero tanto a la Orden de San Juan de Dios como a la Casa de la Esperanza, dos organizaciones benéficas con las que estamos profundamente enraizados».
El momento más emotivo
«No podríamos quedarnos con uno solo», expresa la novia. «La entrada a la basílica fue impresionante. Toda nuestra familia y amigos mirándonos con alegría mientras llegábamos al altar. También llegamos los primeros al convite porque queríamos recibir a todos los invitados en la entrada de la finca para darles la bienvenida. Saludarlos a todos uno a uno, abrazarlos mientras nos daban la enhorabuena fue muy emotivo».
«Mis primos nos prepararon una sorpresa muy especial durante el convite, en la que nos regalaron un cuadro con los escudos heráldicos de nuestras familias y recitaron una poesía que habían compuesto ellos mismos. Fue muy especial».
Fotógrafo y videógrafo
«Como fotógrafo y videógrafo no pudimos elegir mejor, James Richardson, Cristina Ruiz y Leandro Ruiz. Para nosotros el fotógrafo y el videógrafo era de lo más importante y en lo que no íbamos a escatimar: iban a ser nuestros recuerdos para toda la vida. Contactamos con varios fotógrafos, pero cuando conocimos en persona a James, a los cinco minutos de conversación supimos que iba a ser él nuestro fotógrafo, tenía que ser él y no otro, la conexión fue brutal».
«Gracias a James conocimos a Cristina y a Leandro, que son igual de excepcionales. Juntos forman una auténtica familia que rebosa talento, profesionalidad, arte y creatividad. No nos gusta mucho que nos hagan fotografías, pero cuando ellos nos apuntaban con el objetivo ni nos dábamos cuenta. Cada vez que veíamos a Cristina, James o Leandro sentíamos su cariño de ellos: no eran profesionales trabajando, eran auténticos invitados. Nunca podremos dejar de agradecerles que inmortalizaran el día más feliz de nuestras vidas, que nos hace emocionarnos y transportarnos al día de nuestra boda, con nuestra gente».
Luna de Miel
«El viaje lo organizamos nosotros. Tailandia fue el destino elegido, quince días por Bangkok, Chiang Rai, Chiang Mai y Phuket. Dedicamos la mitad del viaje a hacer turismo y la otra mitad a descansar en sus playas paradisiacas».
¡Que seáis muy felices, pareja!