María y Miguel Ángel se conocieron “a la madrileña”, comiendo un tradicional bocadillo de calamares junto a algunos amigos que tenían en común.
Lo que todavía no sabían, es que ese bocadillo los uniría para siempre. Tanto es así que el 28 de septiembre de 2019 se dieron el “Sí, quiero” en Belalcázar.
La novia
- El vestido
María lució un precioso y delicado diseño de Panambi. Se trata de un traje de dos piezas formado por un top y una falda larga.
La parte superior presentaba un sutil cuello redondo y, desde los hombros aparecía el encaje que los cubría y que dibujaba un escote en forma de “V” en la espalda a partir del mismo encaje que nacía en los hombros.
La parte inferior estaba compuesta por una falda de tiro alto en la que destacaban los botones centrales, a partir de los cuales aparecía una abertura, también frontal, de pequeñas dimensiones pero que aportaba encanto al diseño.
Para terminar, la pieza inferior escondía un secreto: la cola en la parte trasera que se deslizaba.
- Los complementos
En el día más especial de su vida, María quiso lucir unos complementos con mucho simbolismo para ella. Se trataba de unos pendientes que su abuela Luciana le había regalado y que quería llevar en su gran día para que ella también fuera partícipe de aquel momento.
- Las flores
Floristas La Calandria se encargaron de todo el decorado de la boda.
¿Y el ramo de la novia? “Lo más especial es que mis amigas me regalaron el ramo, y lo supe la misma mañana de la boda, que estaban esperándome con él”, nos cuenta la novia.
Y el gusto de sus amigas no pudo ser más acertado. Crearon para ella un ramo a partir de distintas flores entre las que destacaban las rosas, de diferentes colores como el morado y el fucsia, campanillas blancas y diversos fondos fucsia, morados, blancos y verdes. Una combinación preciosa que resaltaba en el outfit de la novia.
- Los zapatos
María se decantó por un diseño de la firma Just Ene: un modelo de terciopelo en color verde botella y tacón ancho que se sujetaba en el tobillo a través de una fina tira.
- El maquillaje y el peinado
El maquillaje lo realizó Carmen Moreno, de Real Beauty y consistió en una piel muy jugosa en la que resaltaban los ojos de María a través de un sutil ahumado, unas cejas enmarcadas y lo más arriesgado del make up: unos labios rojos que, por cierto, combinaban con el ramo que sus amigas le habían regalado.
El peinado lo realizó Gema de New Look y, aunque solo hicieron la prueba dos días antes de la boda, el resultado no pudo ser mejor: un recogido bajo formado a partir de ondulaciones que dejaba sueltos algunos mechones, también ondulados, para darle un aspecto más desenfadado.
El novio
Por su parte, Miguel Ángel lució un traje de color azul marino realizado a medida de Bere Casillas.
Resaltaba el chalequillo, confeccionado en colores marrones con cuadros, y la corbata de topos que nuestro novio eligió.
- La madrina y la madre de la novia
“¡La madrina se hizo su propio traje!”, nos cuenta María. El diseño fue un vestido largo de color dorado con detalle de mini cinturón y, debajo de él, aparecía una preciosa abertura lateral que estaba recubierta del mismo encaje que la madrina lucía en su mantilla. ¡Un diseño espectacular!
La madre de María confió en la firma Tamaral para su look. Se trataba de un vestido midi, por debajo de la rodilla, de color fucsia adornado con topos. En las mangas sobresalían los grandes lazos que adornaban el diseño, y en el bajo del vestido aparecía un volante de tul que le daba el toque final de elegancia a su outfit.
La ceremonia dónde se ha celebrado
Un lugar muy simbólico para la novia y para toda su familia: la Ermita de San Antón en Belalcázar.
La familia de la novia se encarga del cuidado de este lugar durante el año. “Dice la tradición que si le das 3 vueltas al santo no te duele la barriga en ese año”, nos cuenta María.
- La celebración
Después del “Sí, quiero”, los recién casados y todos sus invitados se trasladaron hasta la Finca la Espuela, donde realizaron un menú tipo catering, por Catering el Cazador.
“Es una de las cosas de la que estamos más contentos porque los invitados interactuaron todo el tiempo entre ellos”, confiesa la novia.
- Las invitaciones y el regalo de las invitadas
Marta, la hermana de la novia, diseñó las invitaciones. “Nunca he visto unas invitaciones tan bonitas, estaban formadas de varios papeles, cada uno de un tipo con distinta información, y entre ellos se encontraba papel con semillas para plantar”, el que se convirtió en uno de los regalos de los invitados.
El otro regalo fue Resol, una bebida típica del pueblo de María.
- El momento más emotivo
“Cuando le entregué el ramo a mi abuela Carmen, una de las personas más inspiradoras en mi vida”.
- Invitadas más elegantes
María lo tiene claro: sus damitas de honor.
- Fotógrafo
Las profesionales de Caleidoscopia se encargaron de capturar los momentos más especiales de este enlace, y fueron contratadas por sus amigos. «Las chicas de Caleidoscopia, Sara y Car, fueron una apuesta segura y realizaron un trabajo espectacular».
- Wedding Planner
María fue su propia wedding planner. Según nos cuenta, realizó el curso para tener bajo control cada detalle de su boda pero, según admite: “Sin la ayuda de mi hermana no hubiese sido posible”.
Luna de miel
Miguel Ángel y María disfrutaron de una semana en la ciudad que nunca duerme, Nueva York. Sin embargo, todavía tienen pendiente otra escapada para poner el broche final a su luna de miel.