La boda de la semana es una boda medieval en un marco incomparable que nos ha enamorado. Cargada de detalles y decorada con un gusto exquisito, fue una celebración romántica, amena y muy divertida de la que todos los asistentes disfrutaron muchísimo.
María y Juan se conocieron en mayo de 2014 en la feria de Cáceres, en una cena organizada por una pareja de amigos que estaban conociéndose por ese entonces, Laura y Borja. María iba a pasar la feria con su amiga Laura, y Juan había ido a pasar el fin de semana con su amigo Borja. Como Laura y Borja estaban deseando verse, organizaron esa cena a la que acudieron con sus respectivos amigos.
Los cuatro conectaron muchísimo y pasaron un fin de semana estupendo. Juan y María intercambiaron sus teléfonos móviles y empezaron a hablar y a quedar en Badajoz las semanas posteriores, y, a partir de entonces, se hicieron inseparables. Se casaron tres años después, el 2 de septiembre de 2017.
Una boda medieval en plena dehesa extremeña
El Castillo de Piedrabuena, en Badajoz, que eligieron tanto para realizar la ceremonia como para el banquete, fue lo que les inspiró para realizar una boda medieval. Se trata de un precioso castillo del siglo XIII, en plena dehesa extremeña.
La ceremonia civil se desarrolló en la espectacular ladera del castillo, con una cuidadísima decoración de la que se encargó Essencias de Boda. “Fue una boda muy romántica y súper actual, con claros guiños personales a los novios, donde se dio protagonismo a la sencillez, la elegancia y el romanticismo. Llenamos todo el castillo de rincones con una decoración muy íntima. Quedó precioso. Y la caída de sol entre tanto cristal, tanto verde, y tanto amor, fue espectacular”- explica María-.
La ceremonia fue oficiada por una juez amiga íntima de la novia y amenizada por el fantástico músico de jazz pacense Pedro Calero, con temas expresamente elegidos por los novios. Merece mención especial la entrada de la novia acompaña de la voz de una de sus mejores amigas a piano, cantando la canción “A thousand years” de Christina Perri.
El cóctel y el banquete
Uno y otro corrieron a cargo del catering Machaco, que dio prioridad a la gastronomía extremeña.
De un Bocado, de Badajoz, se encargó de la repostería que acompañó a la barra libre: galletas, cupcakes y macaroons inspirados en la temática de la boda.
El cóctel tuvo lugar a la entrada del castillo, junto a sus arcos y palmeras, y la cena se desarrolló al aire libre en uno de los recintos exteriores, con una decoración espectacular por parte de Essencias de Boda, en tonos suaves y luces tenues a base de velas que dio un aire súper romántico a la velada.
La entrada de los novios a la cena con el novio interpretando Voy a pasármelo bien, de Hombres G, acompañado de la novia con una guitarra eléctrica, sorprendió a todos los invitados.
Toda la velada de esta boda medieval «estuvo acompañada de jazz y bossa nova, música que nos apasiona- relata María-. La decoración fue preciosa, destacando el rincón de momentos con fotografías con nuestros amigos y familiares.
Teníamos claro que queríamos una boda amena y divertida y Jessica, de Essencias de Boda, lo hizo posible. Ella organizó previamente todo y estuvo hasta el final del día controlando que todo saliese según lo esperado. Además, realizó una puesta en escena en el castillo espectacular”.
El vestido y los complementos de la novia
María eligió un vestido de Paredero Quirós que le regalaron sus padres para acompañarla en su gran día. “Desde el principio me encantó la elegancia y naturalidad de sus diseños- cuenta María. -Yo tenía claro que ese día quería, por encima de todo, sentirme yo misma, no sentirme disfrazada, y, cuando me probé sus diseños en su atelier de Madrid, fue amor a primera vista”.
Se trata de un vestido de cintura alta y cola, con un pronunciado escote en la espalda y adornos de flores en la cintura, hombros y espalda. También llevaba mangas de tul con adorno floral en la muñeca. “Cuando comenzó la barra libre me quité las mangas –cuenta María. Es un vestido muy sencillo y acorde con su boda medieval”.
María lució, además, zapatos de Salo Madrid; corona de flores preservadas de Lito y Lola, regalo de sus amigas, en los tonos del ramo, y ramo de Flores en el Columpio. El diseño del ramo lo vio María en instagram y Flores en el Columpio fue capaz de reproducirlo fielmente. “Es un ramo preservado silvestre a base de eucalipto, peonias rosas y blancas y rosas rosas y paniculata, todo en tonos rosaceos, malvas, granates y blancos –explica María-. Toda la decoración de la boda y el resto de mis complementos los hice en función de los colores del ramo. Flores en el Columpio también se ocupó de los prendidos del novio, del padre de la novia, del padre del novio y de los testigos”.
Una anécdota preciosa que prepararon mis amigas con la ayuda de Jéssica, de Essencias de Boda, mi fiel cómplice, fue que, mientras me vestía, me trajeron un ramo regalo de mis amigas con la inscripción Baila, ríe y disfruta. Hoy será el día más feliz de tu vida. Todo saldrá de maravilla y nosotras estaremos ahí para vivirlo contigo. Me emocioné muchísimo y me encantó”.
Las joyas de los novios
María lució su anillo de pedida, un solitario de oro blanco y diamante de Luzz y pendientes de brillantes y diamante negro y oro blanco, regalo de la madre del novio.
Las alianzas, de Joyas Hada en Madrid, fueron un regalo de los padres de la novia.
El peinado y el maquillaje de la novia
Para peinarse, María recurrió a Jesús Mato Peluqueros, su peluquero de siempre en Badajoz. Optó por una melena suelta con ondas suaves: “tenía claro que ese día quería ser yo misma e ir con mi look de siempre”, explica.
Del maquillaje se encargó Ana, una maquilladora profesional que trabaja en Canal Extremadura recomendada por Jéssica, de Essencias de Boda. “No pude estar más contenta con el resultado –afirma María-. El maquillaje fue muy natural, potenciando un poco más los labios con un color cereza”.
El outfit del novio
Juan tenía claro que no quería ir de novio con chaqué, por eso optó por traje azul y corbata, ambos de Hugo Boss. “Desde que lo vio no quiso otro, y no me extraña, porque iba guapísimo- cuenta María-. La camisa y el chaleco se los hizo a medida en la sastrería Jajoan de Madrid”.
Además, Juan calzó zapatos de Berwick y lució gemelos de El Corte Inglés y reloj de Hamilton, regalo de la novia. El resto del vestuario y complementos del novio fue regalo de sus padres.
La madrina y la madre de la novia
La madrina lució un diseño en color coral de la diseñadora Patricia Avendaño y zapatos y cartera de Úrsula Macaró en tonos dorados. Acompañó el peinado con una peineta de brillantes regalo de los novios.
La madre de la novia, por su parte, llevó un vestido en color cereza del modisto cacereño Sebastián Navarro, acompañado de zapatos y cartera en color nude.
Las invitaciones y los regalos de los invitados
La temática de la boda medieval «giró en torno a los castillos –explica María-, de modo que cada mesa era un castillo de una ciudad visitada por nosotros. También nos encantan los playmobil, y decidimos fusionar ambos conceptos y hacer unas invitaciones divertidas de dos playmobil vestidos de novios camino del Castillo de Piedrabuena. Triana, de Fishingeye, fue la encargada de realizar estas invitaciones súper originales. También diseñó el seating, los meseros y las minutas. El trabajo fue espectacular, ya que diseñó 18 castillos diferentes, uno para cada mesa, todos en la misma línea y con los colores del ramo de la novia. La propuesta se integró perfectamente en el romántico seating con cristal que preparó Essencias de Boda”.
Fue una boda medieval «llena de detalles –añade María satisfecha. Regalamos pulseritas de flores del color del ramo de la novia a las testigos, paipai en la ceremonia y pashminas en la barra libre”. Además, la novia dejó en las mesas de sus amigos más cercanos unas cajitas hechas por ella en las que había una foto acompañada de una pulsera de Rite Rite con un mensaje para las chicas y un bolígrafo con mensaje para los chicos. “Además, regalamos un ramo de flores a nuestras madres, abuelas, tata y tía- añade María- y a la hermana del novio, embarazada de nueve meses, la sorprendimos con un súper regalo para su futuro bebé. A los niños les dimos unas cajitas con un playmobil, chucherías, un cuaderno de dibujos y lapiceros”.
El momento más emotivo
Para María el discurso de su padre acompañado de uno de sus temas favoritos al piano, Cinema Paradiso, fue un momento que jamás olvidará. Para Juan fue muy emocionante el momento en que su querida tía, que estaba muy enferma, se puso a bailar con una gran sonrisa en la barra libre.
Wedding Planner
Essencias de Boda, de la mano de Jessica Palacios y su equipo, hizo realidad la boda medieval soñada de María y Juan. “Sin su fantástico trabajo nada hubiera sido lo mismo –asegura María-. Se lo debemos todo de ese día. Solo tenemos palabras de agradecimiento por saber escucharnos, por sus consejos y por toda la paciencia que tuvo con nosotros a lo largo de todos los preparativos. Ella se encargó de toda la decoración y de la coordinación del día de la boda. Desde el principio se ganó nuestra confianza por su gran profesionalidad y, sin duda, ha sido clave y parte imprescindible de la boda”.
Las fotos y el vídeo de la boda
María y Juan encargaron las fotos de su boda medieval al fótógrafo Hilario Sánchez, mientras que el vídeo lo realizó PlantaBajaFilms. Con ambos trabajos quedaron contentísimos.
La luna de miel
Japón y Maldivas fueron los dos maravillosos destinos que eligieron Juan y María para poner el broche final a su boda medieval.