Autor: José Santana
El ácido hialurónico ha llegado al mundo de la belleza para revolucionarlo, y es que se trata de una de las pocas sustancias realmente eficaces para actualizar la imagen de cualquier persona.
Puede que suenen campanas de boda y que seas tú la afortunada. Quizás te queden aún unos cuantos meses para ello, y preveas celebrarlo en primavera o en cualquier otra estación. Y que además hayas probado ya diferentes técnicas de belleza y tratamientos estéticos con el fin de llegar a ese gran día de forma radiante. Aunque también puede que no sea tu caso, y simplemente eches un vistazo a los consejos y novedades que te ofrecemos aquí, porque eres una persona a la que gusta cuidar su imagen y sentirse bien.
El caso es que no hay que esperar a pasar por el altar para sentirte guapa y llegar a convertirte en lo que realmente deseas ser, porque cada vez que pensamos en ese sueño y trabajamos por él, nos acercamos un poco más a esa imagen ideal que todos albergamos de nosotros mismos en nuestro interior.
En ese sentido, hoy en día la medicina estética pone a nuestro alcance multitud de procedimientos que no requieren cirugía o intervención quirúrgica, por lo que acceder a ese ideal de belleza en una sociedad como la nuestra donde la imagen es tan importante, resulta cada vez más fácil.
Ácido hialurónico, la nueva piedra filosofal beauty
Dentro de estos, el ácido hialurónico es uno de los ingredientes de más éxito empleados en cosmética y en medicina estética en la actualidad. Y aunque algunos productos a veces se vuelven muy populares para luego decaer o pasar a un segundo plano, la investigación ha ido demostrando estos últimos años que los beneficios del ácido hialurónico no son pasajeros ni mucho menos fruto de una moda.
La razón de esta “nueva panacea”, como es considerada por algunos, es bien sencilla: se trata de uno de los mejores ingredientes para cuidar y rejuvenecer la piel. Y aunque son muchos los que han oído hablar alguna vez de él, pocos saben realmente lo qué es y cuáles son sus principales beneficios.
El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en diferentes partes de nuestro organismo, como pueden ser las articulaciones y los globos oculares. Siendo su objetivo más importante la retención de humedad en el cuerpo, por lo que en el caso de la piel hace que esta se mantenga hidratada y conserve un buen nivel de elasticidad.
Sin embargo, a medida que envejecemos, su producción se reduce gradualmente en nuestras células, lo que evidencia cada vez más los signos de la edad.
No obstante, siempre podemos mejorar nuestras condiciones físicas con ayuda de unos buenos hábitos: alimentación y deporte, además de recurrir a inyecciones de ácido hialurónico en centros especializados, que mejoran considerablemente la hidratación de la piel.
Con ello evitaremos la sequedad y la tirantez del paso del tiempo, a la vez que estimulamos la producción de colágeno, lo que reducirá notablemente las arrugas y líneas de expresión en el rostro. El ácido hialurónico posee también propiedades antioxidantes, por lo que resulta bastante efectivo como complemento en tratamientos de rejuvenecimiento facial, e incluso resulta beneficioso para pieles delicadas y sensibles.
Gracias a su uso estético, la piel recibe no solo este aporte extra desde el exterior, sino que también se estimula la producción propia, consiguiendo así desde dentro una mayor tersura y firmeza. Del mismo modo, con esta sustancia podemos contornear algunas partes del rostro como pueden ser los pómulos y la mandíbula; realizar rinomodelaciones, aumentar y perfilar los labios y también mejorar el aspecto de aquellas zonas en las que hayamos perdido densidad, como suelen ser el surco nasogeniano y las ojeras, entre otros.
Nuevos tratamientos con ácido hialurónico
El doctor Jorge García, Licenciado en Ciencias Médicas por la Universidad de La Habana y en Medicina Estética por el Instituto Misisipi de la UAH, nos enseña hoy algunos de los tratamientos con ácido hialurónico más novedosos y demandados en su clínica de Madrid.
“Independientemente de su uso como refuerzo de la piel y sustancia de relleno, a un nivel más profundo, se puede emplear sobre el hueso para conseguir un buen marcaje del óvalo facial tanto en mujeres como en hombres”, nos dice. Este procedimiento estético no quirúrgico recibe el nombre de “feminización” en el caso del primero, y “masculinización facial” en el segundo.
Como su nombre indica, ambos tratamientos resaltan los rasgos del rostro, pero requieren de un estudio personalizado. La cirugía de feminización (mandíbula y pómulos) y masculinización facial (mandíbula y mentón) abarca una amplia gama de técnicas cuyo objetivo persigue marcar los rasgos característicos de cada género al mismo tiempo que se consigue cierta armonización general.
Y añade: “Otros usos bastante habituales del ácido hialurónico suelen ser la corrección de imperfecciones en la nariz, haciendo que está parezca más elevada, además de corregir los ángulos de la nariz e, incluso, podemos modelar esta tras una rinomodelación sin cirugía.
En el caso de los labios, se pueden corregir también asimetrías, engrosar, marcar el arco de cupido, subir las comisuras, disminuir la sonrisa gingival y mantenerlos más hidratados. Y en cuanto a los ojos, podemos corregir las zonas de hundimiento o un surco lagrimal marcado. En general, en este tipo de intervenciones solemos utilizar ácido hialurónico de alta reticulación, que posee una gran capacidad de retención de agua y resultados casi instantáneos; eso sí, bajo la supervisión de nuestro equipo médico, el cual hará un seguimiento de todo el proceso.
El número de viales dependerá de la persona, tras el asesoramiento adecuado. La duración de las sesiones es corta (entre 15 y 20 minutos), con una aplicación previa de anestesia para evitar molestias”, explica.
Y concluye: “Los tratamientos no tienen efectos secundarios más allá de la inflamación local durante los primeros días, por lo que la recuperación es rápida. Los mejores resultados los obtendremos después de la primera semana. La substancia se irá reabsorbiendo con el tiempo, por lo que requiere de cierto mantenimiento. Y lo más importante, no produce reacciones alérgicas ni problemas de ningún tipo. Con ello logramos un rostro mucho más atractivo y rejuvenecido, pero sobre todo ganaremos en seguridad y autoestima”.
Nuestra imagen personal es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta al relacionarnos con los demás. Y no se trata de una cuestión banal, ni siquiera sexual, puesto que son muchas muchas las mujeres y hombres interesados actualmente en cuidar su aspecto. Nuestra presencia manifiesta públicamente cómo queremos que los demás nos perciban, y por supuesto, señala el valor que le damos a nuestra propia vida, ya que la imagen física no deja de ser un reflejo de nuestro interior. Invertir en ello es, pues, mucho más que una cuestión social; es un tema de salud física y mental, pero también la manera en la que nos relacionamos con todo lo demás.
