No es muy frecuente, por lo que no se habla demasiado de ello. Pero, aunque la pérdida del pelo la asociamos a los hombres, hay mujeres que también la sufren en silencio.
Gracias a Cabello Experience y a los profesionales del cabello, hoy profundizamos en el tema de la alopecia femenina, un tema tabú para muchas personas pero que sufren miles de mujeres.
Alopecia femenina
– ¿Qué la causa?
Las causas de la alopecia femenina no están del todo claras. Puede haber una predisposición genética, pero también se da en casos en los que no hay antecedentes. “Es complicado saber cuáles son las causas para que una mujer pierda gran parte de su melena o desaparezca completamente. Se debe a muchos factores, como los hormonales, genéticos… Y puede producirse antes y después de la menopausia. En el caso de la androgénica se cree que es por un aumento de los andrógenos, las hormonas sexuales masculinas, las cuales provocan una reducción de los folículos pilosos, haciendo que el pelo se vuelva más fino. Si no se hace nada al respecto, el pelo se convierte en vello.”, explica M.ª José Llata de Peluquería Llata Carrera desde Santa Cruz de Bezana (Cantabria).
– Tipos de alopecia
Existen tres tipos de alopecias:
- La androgenética, en la que el cuero cabelludo clarea.
- La areata, en la que se crean áreas circulares de alopecia.
- La difusa, producida por una enfermedad o una carencia del organismo.
“El porcentaje de mujeres que alguna vez tienen una pérdida importante del cabello es del 30%. La más frecuente es la androgénica, de origen genético y hormonal, y lo que se produce es una reducción del manto capilar. A esta se le añade la causa por el estrés o el efluvio telógeno (una alteración del ciclo de crecimiento del pelo que produce una caída del cabello muy llamativa) que ha incrementado a causa de la pandemia. Lo positivo de esta última es que es reversible. Cuando el estrés desaparece, el pelo vuelve a crecer.”, asegura Rafael Bueno de Rafael Bueno Peluqueros desde Málaga.
“La alopecia areata se produce a causa de una reacción del sistema autoinmune, es decir, las defensas del propio cuerpo atacan a la raíz de la fibra capilar, inflamándola y provocando la caída. No está claro su origen. La genética puede influir, pero el estrés, también. Aparece creando clapas aisladas, pero puede llegar a ser total y afectar a cejas y pestañas. Existen tratamientos para hacer crecer el pelo, pero tanto el diagnóstico como la prescripción deben estar a cargo de un médico.”, señala Felicitas Ordás de Felicitas Hair desde Mataró (Barcelona).
“En los últimos años ha aparecido un nuevo tipo de alopecia que detectamos cada vez más en los salones. Se llama alopecia en diadema o frontal fibrosante porque afecta a la zona de la frente y las patillas creando una cicatriz. Aún no se sabe muy bien por qué ocurre, aunque se cree que tiene un origen hormonal y autoinmune. La detectamos sobre todo en mujeres de más de 50”
En general, para todos los tipos de alopecias existen diferentes terapias y tratamientos en los que se recupera el cabello. El problema es que no podemos dejar estos tratamientos. En el momento en el que los abandonamos, el pelo se vuelve a caer. Por eso se aconseja: “un diagnóstico médico y perseverancia”, recomienda Charo García, de Salón Ilita desde Balmaseda (Bizkaia).
Cortes y peinados que disimulen la escasez de pelo
Aunque consigamos frenar la caída del pelo, puede que no volvamos a tener una melena abundante y sana, por eso hay que saber cómo peinarnos para disimular las zonas en las que se tenga menos pelo y así sentirnos más seguras.
“Si tienes una escasez de manto capilar o poco pelo, recurre a melenas muy cortas como el bob. Cuanto más largo sea el pelo más pesará y más difícil será también manejarlo para ocultar que clarea. Un corte garçon con volumen en la parte superior es una opción muy válida. A este corte le podemos dar unas capas y crear cierta desestructura para aparentar más abundancia. Con todos los estilos, debemos peinarnos de forma que tapemos las partes donde hay menos pelo. También podemos ahuecar las raíces al secarlo, cardarlo ligeramente o hacer coletas no tirantes con un efecto messy. Huye de las coloraciones oscuras, mejor más claras para que no se vea tanto el cuero cabelludo. Lo ideal es crear un juego de reflejos finos en distintos tonos para tener una sensación de mayor densidad.”, propone Raquel Saiz, de Salón Blue desde Torrelavega (Cantabria).