La pedida de mano es una de las tradiciones que forma parte de la boda. Pero, ¿sabes todo sobre ella?
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Pedir la mano de la novia, hace años, era una formalidad del novio ante los padres de la novia, comunicaba así sus intenciones de contraer matrimonio con su hija y pedía el consentimiento de los padres. Actualmente, muchas parejas (cada vez más), consideran que este protocolo es innecesario y anticuado y, no ven necesario pedir permiso a los padres ya que se trata de dos personas adultas e independientes y capaces de tomar una decisión por sí mismos.
De todas formas, aunque no se pida permiso a los padres, si es importante hacerles partícipes de este acontecimiento. Es una forma de comunicar a los padres el deseo de esta pareja de dar un paso más en su relación y de hacerla todavía más formal. Es un acto cortés y de respeto hacia los padres, quienes, agradecerán mucho verse incluidos, en cierta forma, en un momento tan importante para sus hijos.
¿Cuándo se debe comunicar a los padres?
Nos encontramos en un momento en el que, primero, los novios se prometen y después, citan a sus padres para comunicarles su decisión y el deseo de contraer matrimonio.
Lo ideal es comunicarlo antes de empezar con la organización de la boda y, por supuesto, antes de hacerlo totalmente público. Los padres agradecerán que se les comunique a ellos antes.
¿Qué se hace en la pedida de mano?
La pedida de mano debería ser una reunión íntima en la que se juntan los padres de la novia, los padres del novio y la pareja. Hay parejas que deciden invitar también a más miembros de la familia, como hermanos o abuelos. Eso depende de cada uno pero, siempre debería tratarse de una reunión muy cercana.
Normalmente, se trata de una comida o merienda. Ya sea en su casa o en un restaurante. Al fin y al cabo, depende de cómo de formal lo quiera hacer cada pareja y las costumbres de la familia.
¿Cómo se debe comunicar?
A pesar de los nervios, hay que pensar que ambas familias se alegrarán del paso que van a dar. Agradece que se hayan reunido con vosotros y después, explicad el motivo de dicho encuentro. Al final, las palabras nacerán solas, sin necesidad de ensayo. Y, por supuesto, ¡que no se os olvide brindar!
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