¿Por qué se rompen tantas relaciones? ¿Por qué sufrimos tanto por amor? Os damos las claves para conseguir un amor invencible y duradero.
Durante años, las personas han seguido una misma estructura en sus relaciones de pareja: te conoces, te enamoras, te casas y «hasta que la muerte os separe». Antes, divorciarse no era una opción. En la actualidad todo esto ha cambiado bastante. Dejar una relación a día de hoy es más fácil que mantener y cuidar el amor. Los divorcios se han normalizado y el matrimonio es una simple opción más. Las relaciones son diversas: abiertas, tradicionales, amistosas, comprometidas… Cada uno elige cómo quiere vivir su relación y cómo relacionarse con su pareja.
Hoy analizamos, de la mano de Ixi Ávila, coach de Inteligencia Emocional, los problemas más comunes de las parejas y cómo cuidar la relación para que nuestro amor sea duradero.
¿Por qué se rompen tantas relaciones?
Una de nuestras necesidades básicas es la conexión y el amor. Por naturaleza, las personas somos seres sociales, dependientes de otros humanos. Un bebé necesita cariño físico (oxitocina). Dependemosde seres adultos hasta que podemos mantenernos, no solo económicamente, también emocionalmente. Por eso, el amor y las relaciones íntimas son para los humanos un instinto de supervivencia. Un gran miedo universal es sentir que no vamos a recibir amor, aunque esto no quiere decir que no puedas vivir sin una pareja. Hay rupturas que son necesarias. PEro, ¿por qué hay tantas? ¿Por qué se destruye el amor?
- Tres razones principales por las que las parejas se rompen
1. Falta de comunicación clara y comprensiva
Comunicar a la persona con la que compartes vida lo que te gusta, lo que no, agradecer lo que aprecias de la relación y ser capaz de expresar desde el amor lo que te gustaría cambiar es esencial. La idea es dejar atrás el juego psicológico de asumir que mi pareja tiene que saber lo que me está pasando.
Más allá de comunicar lo que se quiere y lo que no en una relación para poder llegar a acuerdos claros y sinceros, es importante hacerlo a través de la comunicación no violenta: sin atacar, sin culpar, sin responsabilizar a la otra persona de tus propios sentimientos. Es importante que el amor se mantenga libre de ataques. En el momento en el que juzgas o atacas a tu pareja, se rompe el equipo y la unidad.
2. Elección basada solo en la atracción
Somos libres de elegir con qué tipo de persona queremos compartir vida y de qué manera. Sin embargo, muchas veces cuando esta elección se lleva a cabo simplemente por una primera atracción física la relación no acaba de funcionar. Compartir valores, estar de acuerdo en lo que de verdad importa, es clave. Tener diferencias con tu pareja es natural y enriquecedor. Sin embargo, tener valores de vida opuestos puede llevar a constantes conflictos y a compromisos que pasan factura.
3. Falta de espacio para el amor propio
Si esperas encontrar en tu pareja el amor que no te das, vas a exigir más de lo que cualquier persona pueda aportar. A menudo al enamorarnos es fácil poner toda nuestra atención en la persona que queremos y nos olvidamos así de llenarnos de amor propio. Abandonar lo que más nos llena o gusta por nuestra pareja también pasa factura. ¿Qué necesitas hacer para llenarte de amor cada día? Permítetelo, dedicarte tiempo para ti favorecerá tus relaciones.
Regar es más fácil cuando ya rebosas de amor (propio) para dar y regalar. El amor no va de ver quién da más. No es una competición, es cooperación. Se trata de poner el foco en dar en vez de en recibir. El amor une, no separa. Si dejas de regar una relación deja de crecer. Si una relación deja de crecer, muere.